𝐄𝐏Í𝐋𝐎𝐆𝐎

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"No he dejado de pensar en ella".

"No he dejado de pensar en ella"

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ϺЖϺ

—Pequeña, cuéntame una historia —dijo el hombre desde el otro extremo del limbo, su voz resonaba en el vacío como un eco inquietante.

—Había una vez un hombre de piel clara y cabellos castaños que vivía solo, apartado de su hija y amigos —narró la joven, con voz suave y llena de melancolía, impregnada de una tristeza antigua y oscura.

El limbo, un lugar etéreo y desolado, se extendía en todas direcciones, envuelto en una niebla espesa que difuminaba la realidad. Las sombras se movían lentamente, susurrando secretos olvidados. Un viento helado soplaba, llevando consigo susurros de voces distantes, llenas de dolor y sufrimiento.

—¿Por qué vivía solo? —preguntó el hombre, cargado de una curiosidad sombría, casi temerosa.

—El limbo lo separaba de la única persona que amaba, su hija. Ella no podía atravesar a ningún lado, pues pertenecían a distintos lugares —respondió la joven, quebrantada—. Pero al regresar, todas las personas deberán enfrentar a este hombre junto con su hija.

Un silencio sepulcral cayó sobre el limbo. Las sombras parecían detenerse, como si esperaran algo. Una sensación de peligro inminente llenaba el aire.

—¿Y él los cazará? —la voz del hombre se torna más grave, con un matiz de anticipación oscura.

—Lo hará. Su hija y él cazarán a todos aquellos que los lastimaron. Se vengarán de quienes los dañaron —dijo la joven, con resentimiento en su corazón. Sus ojos brillaban con una luz fría y feroz, mientras una sombra siniestra parecía envolverla.

—Es hora —declaró el hombre, con su mirada fija en el horizonte nebuloso.

La joven levitó sobre una de las esquinas del limbo, sus pies apenas rozando el suelo etéreo. El ambiente se cargó de una energía oscura y pulsante. Las sombras se agitaban con violencia, creando figuras grotescas y aterradoras.

—Pronto despertaremos de este frágil sueño —aseguró ella, firme y decidida.

Su voz era como un eco de una profecía olvidada.

—¿Así es como se siente el final? —preguntó el hombre castaño, su rostro marcado por años de sufrimiento y espera. Su voz tiembla con un terror contenido.

—No lo sé, padre, pues este no es nuestro final —le contestó la joven con seguridad—. Los demás vuelven.

—Los que lo hacen desearán no haber vuelto —dijo el hombre con una sonrisa amarga, sus palabras resuenan como una amenaza en la oscuridad.

Un viento helado recorrió el limbo, trayendo consigo susurros de profecías olvidadas. Las sombras se retorcían, formando figuras grotescas que parecían observar la conversación. Los ojos de la joven brillaban con un fuego oscuro, lleno de odio y determinación.

—¿Qué tan viejos y poderosos somos, hija mía? —inquirió el hombre, su voz resonando con una autoridad ancestral, cargada de un poder ominoso.

—Ahora mismo, somos más viejos que los primeros seres cuyas huellas hace tiempo se borraron; somos el principio y el fin —respondió la joven, con destellos de deseo apoderándose de sus ojos.

Un brillo siniestro iluminó el rostro del hombre, mientras recordaba los siglos de soledad y sufrimiento. Las sombras alrededor de ellos parecían cobrar vida, susurrando y gimiendo en la penumbra.

—Han pasado siglos ya —dijo el hombre con tristeza, al saber que no pudo estar cerca de su pequeña, su voz impregnada de un dolor eterno.

—Muchos siglos. No he olvidado ninguno —la joven observó un lago cercano, cuyas aguas reflejaban las acciones de los seres que aún vivían.

—Ya se olvidaron de nosotros, pequeña.

—Todos aún saben quiénes somos, aunque tratan de olvidarlo —dijo ella, sus ojos fijos en las imágenes del lago. Las figuras en el agua se distorsionaban, mostrando rostros de terror y desesperación.

Una risa baja y siniestra resonó en el limbo, como un eco de tiempos pasados. La joven miró a su padre con determinación. Las sombras susurraban alrededor de ellos, sus voces llenas de terror y maldad.

—Volveremos, hija —prometió William, sus ojos brillando con una feroz resolución, su voz cargada de una amenaza oscura.

—Volveremos, padre. Cada vez estamos más cerca —le aseguró Morgan—. Por fin tendremos nuestra venganza.

El limbo comenzó a vibrar, las sombras se agitaban con mayor intensidad. Una profecía, olvidada por siglos, se materializó en sus mentes:

"Cuando el limbo rompa sus cadenas y los antiguos despierten, la tierra temblará bajo sus pasos. La sangre de los inocentes fluirá y los culpables conocerán el terror. La venganza será su bandera y la muerte su compañía."

Las palabras resonaron en sus mentes, llenándolas de un poder oscuro y antiguo. Morgan miró a su padre, y juntos, comenzaron a prepararse para su regreso. La noche eterna del limbo los envolvía, mientras los ecos de sus risas se perdían en la neblina. Las sombras se acercaban, susurrando historias de horror y sufrimiento. La oscuridad los rodeaba, como un manto de muerte y venganza, listo para desatarse sobre el mundo.

 La oscuridad los rodeaba, como un manto de muerte y venganza, listo para desatarse sobre el mundo

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Aquí podemos apreciar el limbo. 

Si les gustó no olviden regalarme una estrellita, y comentar!! se los agradecería muchísimo. 


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PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora