6. Asistente Personal.

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"Si comes cerezas con los poderosos te arriesgas a que los huesos lluevan contra tu nariz".

"Si comes cerezas con los poderosos te arriesgas a que los huesos lluevan contra tu nariz"

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WILLIAM.

Estoy agotado por esta situación. A pesar de nuestros esfuerzos por encontrar un reemplazo para Sandra, parece que no hay nadie adecuado. O bien no encajan con mi esposa, o no generan la confianza necesaria, o simplemente carecen de las habilidades para sustituir a mi asistente anterior.

Hoy tengo que ver a cinco personas más que buscan el puesto de asistente. Solía entrevistar a veinte personas al día, pero sinceramente, era una pérdida total de tiempo.

—Hoy es el último día que buscaremos un reemplazo. No pienso posponerlo más —le digo a mi esposa Priscila, enfatizando mi frustración. —Si hoy no encontramos a alguien, te tocará a ti ser mi asistente.

—Ojalá sean decentes —chista Priscila con tono sarcástico.

—Cielo, a ti parece que no te gusta nadie —hago el sutil comentario, notando su desconfianza.

—No me agradan las mujeres que intentan coquetear contigo en lugar de hacer su trabajo. Dudo que alguna de estas candidatas sea la adecuada —refunfuña.

—Eso no debería importarte. Sé que soy atractivo, divertido, inteligente, rico, y entre muchas cosas más. Pero mi corazón siempre te pertenecerá a ti. Nadie podría nunca hacer que dejes de gustarme, porque cariño, cada día te amo más, y por eso decidí casarme contigo. Así que deja las estupideces para otro día —trato de calmarla, tomando asiento mientras comenzamos las entrevistas.

Me gusta hacer las entrevistas personalmente. Me da una idea más clara de quién será mi compañero de trabajo y qué puedo esperar.

Finalmente, entrevistamos a la última candidata y ninguna cumple con mis expectativas ni con las de mi esposa. Sé que no es correcto juzgar a una mujer, pero estas candidatas, todas mayores de 30 años, parecen más interesadas en coquetear que en trabajar. Priscila lo nota y no me lo deja pasar.

No sé por qué simplemente no buscan a un buen hombre que las quiera, pero sobre todo que quiera formar una familia con ellas. Deberían de buscar amor, felicidad, estabilidad y seguridad, no irse detrás de la cuenta bancaria de un hombre.

—¡Te dije que iban a ser unas descerebradas que querrían meterse contigo! —alega mi mujer.

—Te dije que no me importa ninguna de esas damas descerebradas. La única con esas características que me importa es mi mujer. O sea tú —hago comillas en el aire, y me aniquila con la mirada.

—No me digas así —se queja.

—Te amo por completo, pero tus celos a veces me frustran. A pesar de sus acciones, no debemos juzgarlas tan duramente. Siguen siendo personas y merecen respeto. Ponerte en su lugar tal vez te ayude a entenderlo —le digo, tratando de suavizar las cosas, mientras le doy un sorbo a mi café.

PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora