PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]

40. Bóveda de los deseos.

"En cada historia siempre existe un villano y te aseguro que en esta, el rey no esta ni cerca de serlo".

⩥ ⋰ ⨳ ϺЖϺ ⨳ ⋱ ⩤

MORGAN.

Maldigo el momento en el que llegué a respetar a ese hombre. Es un completo cabrón; si bien lo dijo, no tiene tiempo que perder y yo tampoco. Tomo el libro que tengo debajo de mi cama y lo hojeo.

Conque esta cosa es el grimorio.

El único problema que tengo, es que no puedo abrirlo —la primera y única vez que lo hice se abrió debido a que la gema ya no se encontraba incrustada en él. La segunda vez que lo intente, no pude hacerlo—, por lo que me pongo a investigar, y aparentemente, las brujas todo lo que conjuraban iba acompañado de sangre, ya que así el hechizo era más potente.

Me coloco el calzado y una vez me encuentro preparada, cierro mis ojos enfocándome en el lugar donde terminé la primera vez que me encontré con este libro y al cual quiero volver a entrar.

Después de algunos minutos de esfuerzo,  me encuentro dentro de la habitación. Desconozco el tiempo del cual dispongo antes de que noten mi ausencia, por lo que inspecciono a mi alrededor en busca de cualquier cosa con la cual pueda provocarme una herida lo suficientemente profunda para que brote sangre de ella.

Localizo una especie de cuchillo delgado —parece un abre cartas—, y hago un corte en toda la palma de la mano. Al investigar descubrí que las brujas eran sádicas, por lo que dudo mucho que una herida de primer grado cause una gran impresión.

Coloco el líquido rojizo en el grimorio, donde anteriormente se encontraba la gema —ahora hay un cristal vacío y sin vida—,  la sangre comienza a llenar el cristal, volviéndolo rojo intenso y brilloso, pero una luz azul se apodera de todo el lugar tomándome por sorpresa.

"Tu alma será medida". Escucho una voz proveniente de la luz.

—¿Quién eres? —giro sobre mis pies buscando de donde proviene la voz.

—Kaia —mi nombre dicho en susurros se esparce por todo el lugar y el eco de estos me rodean.

—Revélate —exijo.

No tengo que hablar mucho, ya que de inmediato la voz responde a mi petición y una mujer de unos cuarenta y cinco años se hace presente.

—La heredera de Hekate —me hace una reverencia.

—Preséntate —le ordeno.

—Soy Elly Kedward, mejor conocida como la bruja de Blair —responde con suma genitleza—.  Es un honor poder vernos al fin, mi reina —me hace una reverencia.