𝐏𝐑Ó𝐋𝐎𝐆𝐎

503 170 292
                                    

Esta es mi nueva novela, claro que aún no la subiré, hasta que esté terminada y 100% perfecta tanto en redacción como en contenido. Subo el prólogo para que se den una idea. Es un género que nunca me imaginé escribir, puesto que no soy mucho de este tipo de novelas, pero algo en mi interior me incito a redactarlo, y pues aquí estamos, espero que les guste y estén al pendiente !!

ϺЖϺ

—No podemos seguir con esto, tenemos que conseguirlo a como dé lugar —espeta molesto.

—¿Qué quieres que haga?, no tenemos los recursos, es muy peligroso —murmullo para evitar que nos escuchen.

—Habla con el concejo, ellos ayudarán —me exige.

Claro que suscitarán influencias, el ansia de dominio los conducirá por caminos sombríos, tal como a cada uno de nosotros. Sé qué es lo que querrán, sé cómo conseguirán las cosas, y estoy completamente segura que sus métodos no son los correctos, pero yo no puedo opinar respecto a eso.

—No lo harán, querrán que los utilicemos a ellos. No pienso involucrarla, no después de todo lo que arriesgue por ella —respondo irritada.

Casi muero por encontrarla, si la utilizamos, no tendremos la garantía de que volverá. Sacrifiqué todo tras su búsqueda, no pienso quedarme sin nada por dejarla ir de nuevo.

—Si no lo haces tú, yo mismo hablaré con el concejo —me acorrala contra la pared; su mirada está llena de temor, igual que la de todos, pero esta no es la forma—. Igual, es imposible que la necesiten.

—¿Me estás amenazando?, te recuerdo que yo soy la rectora del plantel.

—Y yo uno de los mayores accionistas, así que tanto tu palabra como la mía, valen por igual —aprieta mi muñeca con fuerza.

—No vale la pena, entiéndelo —refunfuño.

—¡Suficiente!

Una voz profunda, bastante autoritaria, ordena detrás de nosotros. No hace falta observar al portador de la voz, para saber quién es; con el simple hecho de escucharlo, ya me encuentro aterrada. Mi corazón late al mil por hora y esa maldita sensación de miedo inunda la habitación.

Dirijo mi mirada hacia el suelo, mostrándole el debido respeto que se merece. Mis ojos esquivan el encuentro con los suyos, puesto que, con una simple mirada, es capaz de acabar con cualquiera, o de hacerte saber lo que desea.

Verdaderamente debo resistir la tentación de volverme hacia él y contemplarlo, pues sé que si lo hago, sucumbiré a su voluntad. Su aura me llama con fervor, su voz resuena en lo más íntimo de mi ser, intentando someterme, pero..., ya es demasiado tarde; mis ojos se encuentran perdidos en los suyos. Indudablemente, mi voluntad yace quebrantada.

—Mi rey —respondo, haciendo una sutil reverencia.

Viste de negro, el tono distintivo de nuestro entorno, luce una larga gabardina de cuero y retira con elegancia unas gafas de su rostro. Su presencia resulta devastadora; sin embargo, lo más inquietante son sus ojos: un tono rojo intenso como la sangre, con un encanto indiscutible que atrapa la mirada de manera irremediable. A través de los siglos, han mantenido ese brillo cautivador, recordándome la primera vez que los contemplé.

—¿Acaso te cuesta obedecer órdenes? —cuestiona mientras se pasea alrededor de mí, pidiéndole a mi colega que se aparte.

—No señor —trago grueso.

—Perfecto, porque ya sabes lo que necesito, y debes de asegúrate de traérmelo —demanda—. Recuerda que yo no soy el concejo, soy mucho más que ellos, soy el líder, soy su señor, su rey —espeta y asiento.

Me observa fijamente ocasionando punzadas de dolor en mi cabeza... es insoportable. Sé lo que quiere, me lo ha dicho a través de su mirada. Mi mente tiene toda la información necesaria para conseguirlo, y para eso la necesito a ella, justo lo que no quería que pasara.

—Puedes retirarte, querida —su voz... asimila hablar con bondad, pero es el ser con menos bondad que existe en la Tierra.

—Con permiso, señor —salgo del estado de hipnosis en el que me encontraba y comienzo a retirarme de la habitación.

—Rectora —me habla y giro a verlo.

—¿Sí mi rey?

—Asegúrate que él jamás se cruce en el camino de ella —ordena.

—Sí, señor —me alejo del lugar y siento cómo entra en mi mente de nuevo: «Si no consigues lo que quiero, o si esos dos se encuentran, ten por seguro que no vives para contarlo».

Aunque pueda parecer una amenaza sin fundamento, a lo largo de los siglos he aprendido a no subestimar sus palabras, pues estas poseen un gran peso y veracidad.

Salgo del lugar y minutos después el idiota de mi colega me alcanza.

—¿Qué es lo que quiere? —pregunta.

—La quiere a ella, quiere que la utilicemos —maldigo entre dientes y después me ve con desprecio.

—No puede ser —niega.

—¿Qué?, tú querías llamar al concejo, creo que ambos sabíamos que solución darían, pero el rey se te adelanto, así que ahora no te hagas el indignado y asumamos nuestra responsabilidad —le contesto molesta.

—La van a matar —asegura.

—¿Pero qué no querías utilizarla?, ¿Tan pronto te arrepientes? Si la matan o no lo hacen, a nosotros no nos incumbe, no pienso desobedecerlo. Es su vida o la mía, y honestamente, prefiero la mía.

—Pero es tu hija, maldita sea —ahora siente culpa, es increíble.

—Es nuestra hija, y si tiene que morir por esta causa, así será.

Si les gustó no olviden darme una estrellita y comentar de qué creen que trate esta historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si les gustó no olviden darme una estrellita y comentar de qué creen que trate esta historia.

PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora