PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]

9. Memoria.

"Puede que mi amor por ti sea extraño e incomprensible, pero ten por seguro que siempre será real".

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DESCONOCIDO.

Hace tres años, una figura enigmática decidió devolverme recuerdos que creía perdidos, recuerdos que no había solicitado recuperar. Junto con ellos, implantó en mi mente eventos pasados desconocidos, revelaciones que inicialmente rechacé pero que ahora protejo con desesperación, pues son lo único que me conecta con mi verdadera identidad y con una causa por la cual debo luchar, aunque aún desconozca por completo.

Desde entonces, ocultar lo que sé, se ha vuelto una tarea vital. Aquí, el conocimiento puede significar la muerte, y yo no estoy dispuesto a morir, al menos no todavía. Aceptar mi nueva realidad fue solo el comienzo; lo verdaderamente difícil ha sido negarme a aceptar el mundo de mentiras y engaños que me rodea, donde la verdad se oculta y lo incierto prevalece.

La he vigilado meticulosamente desde las sombras desde que supe de su existencia. Observarla es mi única actividad, como un depredador acechando a su presa. Aunque durante años me ha costado seguirle el rastro, me enorgullece decir que no lo he hecho del todo mal. He logrado mantenerla a salvo, evitando que el verdadero cazador la aniquile.

En cuanto al cazador, lo he buscado durante dos largos años, pero sus huellas se desvanecen en el viento como si estuviera un paso adelante en cada movimiento. No importa cuánto lo intente, no logro identificar al gran hijo de perra que se encuentra detrás de ella, aquel ser que amenaza con destruir todo lo que he intentado proteger.

Ahora que está fuera, en el exterior, percibirla y rastrearla se ha vuelto más fácil. Sin embargo, no me aventuraré a encontrarme con ella. No puedo arriesgarme a alterar el frágil equilibrio de lo que se supone que debe suceder, todo por mi deseo egoísta de estar a su lado. Cualquier alteración, por mínima que sea, podría desencadenar un caos irreparable.

Aunque debo admitir que no me importa mucho el destino de los planes preestablecidos. Él me está utilizando a mí tanto como yo lo estoy utilizando a él. Mientras tanto, mi única misión es protegerla, un objetivo que he perseguido durante años y que, estoy seguro, pronto me llevará a estar junto a ella, como lo que realmente somos.

El misterio se cierne sobre cada palabra, cada acción y cada decisión. Mis propios motivos y lealtades se entrelazan en una red de incertidumbre y riesgo. En este juego peligroso donde la verdad y la mentira se entrelazan, solo queda una certeza: estoy dispuesto a todo para mantenerla a salvo, incluso si eso significa enfrentarme al cazador desconocido que acecha en las sombras.

—¿Dónde te habías metido? —me pregunta molesto.

—Estuve ocupándome de asuntos que claramente tú olvidaste —respondo con un tono agresivo.

—No levantes la voz así, intenta mostrarme algo de respeto —pide. Como si fuera tan fácil.

—Te respetaré cuando actúes con la responsabilidad que se espera —replico con sarcasmo—. Eres patético, incapaz de mantener el paso con la competencia.

—Claramente me juzgas mal. Al final, demostraré que cada paso que doy tiene un propósito. Nunca me equivoco —afirma con seguridad.

—El afán de poder siempre conduce a la perdición. Dime, ¿qué planeas hacer con ese objeto? —pregunto con desdén.

—Conseguiré el poder absoluto, y mi imperio comenzará —explica con determinación.

—Avaricia pura —murmuro con desprecio—. No tienes idea de lo que estás enfrentando.

—No subestimes mi conocimiento ni mis capacidades —responde, acomodándose la corbata, listo para salir de mi habitación—. No sabes con quien hablas.

—Con un arrogante sin sentido común, ¿no es obvio? —ironizo.

—Este arrogante sin sentido común es tu padre, así que respétame —me señala con el dedo, aunque minimiza mis palabras.

—Podemos tener la misma sangre, pero no eres mi padre —replico con firmeza.

—No quiero seguir discutiendo contigo. Dame al menos la oportunidad —suspira, buscando poner fin al conflicto.

—Cuando aprendas a ser padre, tal vez lo considere —sentencio fríamente mientras paso por su lado, ignorándolo deliberadamente.

—Ni siquiera me has dado la oportunidad de intentarlo —rezonga con frustración.

—Porque ni siquiera te has molestado en intentarlo. Me tratas como si fuera un empleado más al que puedes ordenar —lo observo detenidamente, esperando que mis palabras le hagan reflexionar.

Después de un breve momento de silencio incómodo, finalmente habla:

—Prepárate bien. Mañana tengo un congreso al que debo asistir y quiero que me acompañes. No es una solicitud, es una orden —concluye con su habitual tono autoritario.

—Como desees —respondo con una sonrisa falsa que sé que él no detectará—. ¿Y la competencia estará presente también? —pregunto con un toque de sarcasmo.

—Sí, desafortunadamente. Pero no te preocupes por eso —se encoge de hombros antes de salir de la habitación—. Tengo algunos asuntos que atender. Regresaré en unas tres horas. No te molestes en esperarme despierto —añade antes de desaparecer por la puerta.

No tengo intención alguna de sacrificar mis preciadas horas de sueño esperándolo. Me gustaría poder tener una relación más cercana con él, pero su actitud constante de desconfianza y sus amenazas vacías lo hacen casi imposible. Estoy aquí para trabajar y utilizarlo como un medio para alcanzar mis propios fines.

Una vez me encuentro solo en casa, comienzo a trazar mi siguiente movimiento con meticulosidad. Necesito una estrategia impecable si quiero lograr mis objetivos. En un breve momento de descanso, mis ojos se posan en una imagen en mi escritorio. Es una fotografía reciente que tomé, y no puedo evitar quedarme mirándola fijamente.

—Te voy a recuperar, lo prometo —susurro hacia la imagen. Ahora que mis recuerdos han regresado, no permitiré que nadie los borre de nuevo.

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