PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]

7. Enfermedad.

"En su intento por vencer al destino, ha condenado al universo a perecer bajo las fuerzas del caos".

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MORGAN.

Mi plan salió como lo había planeado, una jugada arriesgada pero efectiva. No es que fuera la tarea más complicada del universo, pero hacer que mi sonrisa parezca genuina ya es un desafío en sí. Sé que en cualquier momento las cosas podrían salir mal, pero por ahora, todo está bajo control.

Ahora, como su asistente personal, podré acercarme más a él y conocer cada uno de sus movimientos. Solo necesito ganarme su confianza para poder adentrarme en lo que realmente estoy buscando, aunque no será tan fácil como parece.

El día de hoy todo fue según lo planeado, al menos en apariencia. Me encontraba sumergida en la lectura de unos documentos de exportación cuando comencé a sentirme miserablemente mal. Intenté terminar lo que estaba haciendo antes de tiempo, pero apenas aguanté hasta la hora de salida.

Al salir del edificio, tenía la intención de contactar a mi madre o a Robert, pero estaba tan débil que apenas podía poner un pie delante del otro. Me tomó más tiempo del previsto llegar a mi apartamento, y fue entonces cuando William apareció y ahora sabe exactamente dónde vivo. En parte, le estoy agradecida porque estaba segura de que iba a desmayarme en plena calle, algo que nunca había experimentado antes en mi vida.

Al llegar a mi piso, intenté desesperadamente contactar a mi madre, pero por supuesto, no contestó. Ahora me encuentro en el baño de mi habitación, lidiando con una migraña del demonio y sin poder hacer absolutamente nada al respecto.

Los everleanos somos esa raza superior que nunca se enferma; es algo extremadamente raro para nosotros. Nos alimentamos con la dieta más exquisita y saludable que cualquiera se podría imaginar: todo orgánico, sin gluten, sin azúcar añadida, con antioxidantes hasta en el agua que bebemos. Hacemos ejercicio todos los días, consumimos nuestras vitaminas con ceremonias místicas y nos sometemos a exámenes médicos rigurosos al menos una vez cada dos semanas para monitorear nuestra salud.

Pero, claro está, aquí estoy, atrapada en el cruel abrazo de una enfermedad desconocida para mi especie. "Enfermedad", una palabra que solo existía en el vocabulario de otras especies, ahora se burla de mí desde las sombras de mi dolor de cabeza y mis mareos.

Decido tomar una ducha con agua helada para bajar la temperatura, por si acaso tengo fiebre o estoy por tenerla. Me voy a la cama esperando sentirme mejor al acostarme, pero es imposible; todo sigue dando vueltas. En el internado me entrenaron para muchas cosas, pero nunca para sobrevivir a una enfermedad de la cual desconozco hasta la fisiopatología.

Después de una larga noche llena de mareos y dolores de cabeza, mi alarma suena a las 4:00 am, la hora perfecta para comenzar el día. Me pongo ropa deportiva y, a pesar de que hay un gimnasio en el edificio, decido salir a correr un poco. No hay nada como el ejercicio aeróbico para mejorar mi saturación de oxígeno.