En este lugar nada es lo que parece.
Nadie es quien dice ser. Sufre más el sabio que el ignorante.
Pero la verdad es que aquí nadie sabe nada.
¿Por qué te sacrificarías tú? ¿Amistad? ¿Amor? ¿Ambición?
¿Qué puede más?
¿Quién es quién?
¿Vale la pe...
"Veremos subir el hielo y caer el fuego debajo de él".
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NARRADOR OMNISCIENTE.
Unas horas antes.
Se veía hermosa. Es hermosa y él lo sabía mejor que nadie. Ni siquiera necesitaba observar el rostro de Luka y Theo para saber que se encontraban anonadados por la belleza de Kaia, ya que él se encontraba igual o hasta peor que ellos.
A lo lejos, en los últimos pisos del internado West Rosenburg, se observaba a una chica de rojos cabellos, con un bellísimo semblante, pero una mirada llena de desesperación e intriga.
Cuatro hombres se encontraban en los bosques de dicho internado tratando de evitar lo que estaba a punto de suceder aquel día. De que la tuvieran a ella.
Mientras se adentraban en el área resguardada, uno de ellos se detuvo en seco. Los otros tres, sin saber el porque, frenaron de golpe esperando instrucciones, pero él no decía nada. Ella estaba cerca, sentía su presencia, así como su aroma.
Se encontraban a una remota distancia, pero eso no era un impedimento para él. La sentía.
La conexión de ambos es mucho más grande de lo que cualquiera se pudiese imaginar. De lo que inclusive ellos mismos desconocen.
Al tornar su vista hacia la dirección de la chica, no hizo más que admirarla en secreto, ya que era lo único que podría hacer toda su vida. Le dolía verla porque sabía que no era suya, no de la forma que él quería. Que nunca iba a poder tenerla, al menos no como él lo deseaba.
La pelirroja llevaba puesto un vestido blanco, decente y sencillo, pero como era de esperarse, ella siempre volvía lo ordinario, algo extraordinario. Así era ella.
—Es hermosa —una voz ronca dijo detrás de él.
—Si William te escuchara, seguro te mata —dice tratando de contener sus celos.
—Se parece mucho a su madre, solo que más caliente —opina Theo, cosa que hace voltear al pelirrojo hacia él un tanto molesto.
Quisiera matarlo, eso es seguro. Aunque bueno, él siempre quiere asesinar a todo el mundo, y más a los que posen la mirada en su hermana menor.
El objetivo de Karsten Moses siempre ha sido dejar en claro que su hermana solamente es de él y de nadie más. Más nunca creyó que él fuera a enamorarse de ella.
A lo largo de su vida, mientras vivía en las sombras cuidándola, observaba como todos los aprendices del internado veían a Kaia con ojos llenos de lujuria —cosa que él detestaba con su alma— pero por su hermana, él nunca intervino.
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