PROFECÍAS OCULTAS || [#1] Entre Fragmentos [COMPLETA]

35. Mitos y leyendas.

"Siempre es un excelente día para demostrar que somos los mejores".

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MORGAN.

En el momento en el que Alexandra me dijo que el rey me quería ver, juro que casi me quiero dar un tiro. Que necesidad de venir a perturbar mi paz interior.

No he tenido tiempo de analizar el libro que encontré hace unos días, y en estos momentos, junto con averiguar como devolverle los recuerdos a William, es lo único que me importa.

Encima, quiere verme a las once de la noche, hora en la que todos en el internado ya estamos descansando. Pero claro, al rey no se le puede decir que no.

Después de debatir con Alexandra mil veces y decirle que no iba a hacer tal cosa, terminó obligándome, como siempre.

Decidí salir a su encuentro con todo y pijama, pero antes de que siquiera pudiera bajar a la planta baja, algo me detuvo en el cuarto piso.

Un estruendo proveniente del almacén de armaduras llamó mi atención, por lo que me dirigí hacia allí.

Nadie debería de estar despierto a esta hora, los únicos que pueden merodear por los pasillos son los instructores y en casos de extrema seguridad los especialistas acompañados de algunos jefes de los clanes y tribus.

Al estar en el pasillo del almacén, no detecté movimientos, cosa que me hizo estar más alerta. Una vez que no encontré evidencia alguna, opté por alejarme.

Akoloúthise ti foní mou * Escuché una voz, y supe que me hablan a mí.

Vres me * Volví a escuchar.

Comencé a sentirme en un estado de trance, pero decidí seguir la voz, algo me decía que era una voz amiga, hasta que la misma voz me percata de la presencia de alguien ajeno a la situación.

Al buscar al sujeto, mi mirada se encontró con el rostro del rey, lo que me hizo volver a la realidad.

Mi maldita reunión con él. Contengo mi respiración para evitar que cualquier obscenidad salga de mi boca.

—Tenía entendido que no podía mostrarse en público, su majestad —digo sin un ápice de bondad en mi voz.

—Hay algunas cosas que merecen la pena, ¿No crees Morgan?

Pongo los ojos en blanco ante su estúpido comentario.

Me observa con morbo y por muy atractivo que sea, me repugna el hecho de que me observe así. Sé que tengo la culpa por haber decidido bajar en pijama, pero tampoco me iba a arreglar por alguien me tiene sin cuidado.