Prólogo

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Las calles se vaciaban temprano entre semana, el frío que acompañaba a los últimos meses del año hacía que tanto jóvenes como no tan jóvenes se refugiaran en su casa después del ocaso, sin soportar la brisa que soplaba hasta silbar entre las ramas de los árboles de aquel parque donde el eco a dos tiempos distintos de pies se oían pisando hojas secas que se desprendieron por la temporada otoñal. Arruinaba el ruido ambiental, contaminando con su furor la tranquilidad del entorno.

–Andy –Lo llamaba el rubio, calmado tanto en sus palabras como en los pasos que seguían al muchacho enojado a tres metros frente a él. No había necesidad de correr, no era una emergencia, nadie jugaba era el gato y el ratón.

Era sencillo de percibir en su actitud lo mucho que aborrecía la presente situación. La temperatura era muy baja y su sensibilidad al frio era muchísimo más baja que la del muchacho enojado que caminaba a pasos rápidos como si quisiera huir de él. No hubo tiempo de recoger el abrigo de su sitio en el perchero ya que el castaño salió sin avisar, echando humo por las orejas como un campeón.

Si no se tratase de él, no se estuviera arriesgando a pescar un catarro.

–Andy –Repitió Dirk–. Sé que me estás escuchando.

–Sí, perfectamente –Lo miró por encima del hombro, compartiendo esa mirada afilada con él–. Puedo escucharte así como escuché que me llamabas "amigo" frente a ellos.

–Sabes por qué.

– ¿Por qué? –Se giró tan bruscamente que el Strider paró en seco, sin sobresalto ni mucho menos, como un frenon de carro que midió a tiempo el espacio para no chocar–. Déjame oírlo.

La respuesta nunca llegó, no sabía si las palabras correctas serían las correctas para él. Sus ojos radiaban ira al sentir el tic tac del segundero pasando, su paciencia no era una virtud dentro de la persona que componía a Andrey.

– ¿Shto? –Ladeó la cabeza con cierta gracia, sabiendo que difícilmente le entendería y burlándose como recompensa a la humillación que hace un momento le había hecho pasar– ¿Me lo dirás o no? Ushi vyanut, Strider.

–No te va gustar la respuesta, Ivanov.

–Ivannovich –Le corrigió, puntualizando las últimas palabras.

Sacudió la cabeza en negación, otra vez con el mismo tema de siempre y siempre creyéndose que ya lo había superado ¡Eran un par de letras! Quitándole o sumándole formalidad, más eso no importaba si estaba a una baja temperatura congelándose hasta los tobillos.

El acento del ruso se volvía más rebelde cuando se molestaba, algo que el Strider había aprendido a lo largo de su relación y por el cómo actuaba en sí con sus propios amigos o con los mismos sucesos que ocurrían en su vida, era una especie de tic, si es que se podría llamar así.

– ¿Por qué me llamaste amigo frente a ellos? –Fue su última oportunidad antes de finalmente marcharse y esa puntualización en las r continuaba– ¿Realmente me quieres?

Dirk asintió.

–Porque un asentimiento de cabeza lo resuelve todo –Se bufó, tirando la cabeza hacía atrás y fijándose en el cielo que los acompañaba, siendo más nublado de lo normal y deseando que ojala cayese una grande para tener que irse pronto a casa–. Yabat'yego v rot.

–Sé qué significa eso –Reconoció Dirk, tras haberlo escuchado durante medio año. Además, era suficientemente listo como saber que el tono de voz que utilizaba no era para expresar lo más agradable del mundo.

Era un "vete al diablo" en la lengua materna de Andy, repetido por el mismo cada que algo le salía mal y en esta ocasión vaya que le estaba saliendo mal todo.

El Strider ya no encontraba la forma de acercarse más sabiendo que posiblemente eso le enfurecería a tal grado que quizá llegarían a una pequeña gran pelea. El silencio también era doloroso y tan frívolo como el ambiente, temible como el joven delante de sus ojos aunque temeroso como el mismo.

No quería que aquí terminara, más no había mucho que pudiera hacer después de pasar de ser el posible amor de su vida a un amigo más que encontró por allí, recordaba haber escuchado que de la secundaria, lo cual era todavía más humillantes y entonces fue que cedió.

Sus ojos no quería y gritaban perdón, más sus labios sabían que era necesario antes de que terminara de romper su corazón.

–Esto se acaba aquí, Dirk. 

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Break Up | Dirk Strider [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora