Break Up | Dirk Strider [Homestuck]

Capitulo 7

De sangre pesada
☀ Presente y pasado

En la casa Serket hacían limpieza semanal, o más bien, Aranea hacía limpieza semanal mientras su hermanita ponía música a todo volumen a puerta cerrada, retumbando el ruido de sus altavoces a través de las paredes y generando una contaminación auditiva de la cuál lamentablemente sus oídos aun no se acostumbraban a oír.

Decidió que hoy desalojaría el cajón de mierda que había en el escritorio del estudio de su madre, escritorio el cual apestaba a los tenis que su hermana dejó botados ahí hace una semana. Vriska se la vivía ahí dentro cuando ella no estaba y se tornaba fastidioso tener que recoger el desastre ajeno y cargar con esa limpieza.

Empezó a meter la basura del cajón dentro del bote de basura. Una a una, con rapidez para terminar pronto con el aroma que la sofocaba. Sin embargo, tuvo que parar al clavarse algo en la mano, cosa que soltó abruptamente: una bolsa de tela de la que sobresalían cristales.

– ¡Vriska! –Soltó aquel chillido como reflejo del fino corte que ocasionó en su mano, haciendo que una pequeña linea de sangre azulada se asomara.

El sonido de la música se hizo más alto en lo que se abrió y volvió a cerrar la puerta de la habitación. La joven recién llamada caminaba con la mirada en su móvil, fingiendo tos para que no la pusieran a trabajar.

– ¿Esto es tuyo? ¿Por qué tienes vidrios rotos? –Preguntó al verla entrar, tomando la bolsa de las orillas para no lastimarse y con intenciones de echarla en el cesto.

–Hey, no –Guardó el celular en la bolsa trasera del pantalón y estiró la mano para arrebatarlo–. Es de Andy. 

– ¿Ardalion? –Suspiro mientras se acomodaba los lentes. No tenía un solo buen recuerdo de que aquel joven extranjero hubiese influenciado para bien a esta familia. No le agradaba porque no aportaba y sólo quitaba al alterar el ego de su pesada hermana–. Pensé que ya no eran amigos. 

La ignoraba. Se mantuvo ocupada analizando la tela con una sonrisa en el rostro, como si las maravillas del mundo estuvieran grabadas en la misma, haciéndole a entender a su hermana que la mínima cosa que le recordase a esa amistad, no era basura. No para ella, la opinión del ruso era muy aparte. 

– ¿Entonces no?

– ¿Ah? –Salió del trance y alzó la mirada, volviendo a toser al darse cuenta que había tardado entre su último tosido y éste–. Creo que iré a mi cuarto, no me siento bien ¿Sabes? Tengo que reposar y "Uy, que mal me siento" –Fingía mal y hasta se burlaba porque sabía que de por si era mala actuando, parecía un doblaje de Discovery Channel–. Pero gracias. 

Alzó como trofeo la bolsa de tela en el aire y se marchó, dejando a su hermana con una cara de molestia tan profunda como el rencor que le tenía por nunca hacer nada por esta casa, ni por esta familia, ni por su futuro. 

Era muy difícil para Aranea ser la persona en su familia sin antecedentes penales, multas sin pagar o léxico profundamente maleducado. Siendo así, la persona que traería el suficiente dinero para mantener a su madre en un asilo antes de que empiece a pudrirse en su habitación y para mantener a su hermana lo más lejos posible. Quizás también pagaría a su propia Aranea que hiciera el aseo y se encargara de todo, pero eso vendría después.

Mientras ella fantaseaba, su hermanita se ilusionaba con un montón de vidrios rotos repartidos por la mesa de su cuarto donde tenía más platos y vasos que en la cocina. Era tan melancólico ver esos vidrios por ahí e intentar unirlos. 

–Mierda, que recuerdos –Sacó una foto con su celular de la mesa–. Por favor, no puedes ser tan sentido como para no contestar por lo menos un "Okay" a esta joya.