Capitulo 8

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Crimen
☁ Estricto pasado

Dirk Strider salía con un ladrón.

Bueno, no salían porque aún no lo hablaban. A pesar de ello, si que iba a su casa de vez en cuanto y su gato lo esperaba en la ventana para saludar, también almorzaban juntos ciertos días de la semana y otros se veían en los vestidores. Muchas veces sólo hablaron, otras quizá comenzaron a besarse de vez en cuanto. No podías calificarlos estrictamente como cariñosos, sólo cercanos. 

Era esa comodidad que a veces incomodaba, era el estar tan bien con alguien y en su presencia que a veces te cuestionas si realmente es tu sitio o sólo estás mientras buscas activamente otro.

Nuevamente, tenía tan fresco lo de English que su cabeza no maquinaba bien y sus momento con Andrey no habían sido precisamente románticos. Eran más una especie de amigos que se besaban, para el Strider.

Cinco semanas y tres días habían transcurrido desde su primera cita, la cuál Dirk aún no recordaba cómo fue que se dio dicha cita, sólo tiene un espejismo de que había sido su idea y una bastante mala a la que Andrey aceptó. Por otro lado, lo que si recordaba con claridad era el día en que se enteró que Andrey Ardalion Ivannovich era un ladrón en potencia. 

El amor ciega, mayormente cuando cargas gafas de sol todo el día aunque el clima este nublado allá afuera. 

Fue una mañana de jueves donde había llegado agotado del colegio, botando a un lado su mochila y estirándose apenas entró a su hogar. Miró todo con calma, hoy no habían entrado los cuerviamigos que tanto cariño le tenían a su hermanito. Menos limpieza, menos trabajo y más descanso. 

Y hablando del rey de Roma. 

–¿Qué hay? –Preguntó desinteresadamente mientras ocupaba su sentidos por completo en aquella consola portátil de la cuál no había despegado el ojo en un buen rato, echándose en el sofá de la pequeña sala para pasar un diminuto tiempo de calidad con su hermano– ¿Te enteraste?

–Si, lo que sigue de Pi es 92 –Sacó todo el aire de sus pulmones y tronó su cuello– ¿Ya cenaste o quieres que prepare algo?

Cruzó el vestíbulo para llegar detrás de la barra del desayunador y empezar con los platos sucios que si no lavaba ahora, tendría que hacerlo en la mañana y eso significaba menos horas de sueño. Al menos la vista por la ventana era linda: los edificios iluminados con cierta asimetría que daba paz, podría ser lo más tranquilo que tuvo que ver en el día después de tantas cosas que memorizar y otro par que anotar.

– ¡Eso no! –Apartó la vista un único segundo y se concentro en su partida hasta acabar la etapa en silencio, presionando el primer botón de pausa que se encontró después y entonces acatando la conversación–. Atraparon al chico ruso, tu novio, con el anillo que se ponen cuando te casan con alguien –Chasqueó los dedos cerca de su propio oído en búsqueda de que sus neuronas se activaran y buscaran fortuitamente la palabra en su diccionario personal–. Mierda... No sé cómo funcionan las castas, pero se lo robó a un Ampora.

–¿Andy? –Se volteó lentamente, alzando la mirada por encima de hombro– ¿Le robó a alguien?

–¿En serio, dude? –Alzó una ceja, incrédulo de que la pregunta fuera en serio–. El tema no es si robó algo, es a quién. Creo que aún no le explica Vriska lo suficiente sobre las castas, o al menos el por qué los Ampora arman un drama si se meten con ellos ¿Entiendes? 

– ¿Sabías que Andy es un ladrón?

–Debes estar bromeando –Chasqueo los dedos entre risas y lo señaló–. Buena ahí, eh. Estuve a una de creértelo. 

Break Up | Dirk Strider [Homestuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora