Break Up | Dirk Strider [Homestuck]

Capitulo 2

-Minutos antes de que empezara, minutos antes de que terminara-
☀ Presente y pasado

La ansiedad es imposible de controlar cuando tus manos no respondían por el tráfico de pensamientos en tu sistema. Dibujar le calmaba antes, no entendía el por qué no funcionaba ahora. Justo cuando más necesitaba estar tranquilo.

Su mirada se iba hacía la esquina superior derecha de su computador, la zona donde siempre aparecían las unificaciones del ordenador cuando alguien quería llamarle y con alguien se refería a su hermano que no tenía mucho que hacer más que hablar cada tanto para preguntar dónde están las llaves para luego colgar, todo por pereza de no caminar simples pasos a su habitación; Bueno, él y Andy.

Movía su lápiz de arriba hacia abajo, chocando contra la mesa y generando así un estruendo que curiosamente lo calmaba dentro de la molestia que le generaba. Parecía que su organismo encontró una forma de joderse así mismo ya que, por lo que vivió la otra noche, ya no habría nadie más que lo molestara a estas horas del próximo invierno.

Andrey no era el tipo de novio que llamaba cada quince minutos para ver qué hacía el otro ni mucho menos, sólo que en los periodos vacacionales donde tenía que ir a visitar a su madre a un continente ajeno al de Dirk, le salía más a costo tomarse el tiempo para llamarle a través del computador que pagar banda ancha para estar mandando y recibiendo mensajes.

Las notificaciones saltaban o muy temprano por la mañana o muy tarde por la noche, horas específicas que más tarde arreglarían para no despertar al otro por cuestiones de diferencia horaria en dichas épocas. Siete horas y quién sabe cuántos kilómetros había que recorrer para decirle "Hola" al otro a través de una webcam con una pésima calidad.

¿Cómo fue la última vez que llamó en vacaciones? Muy corta.

Eran las 2 P.M. y las ojeras del Strider adornaban su rostro, todo gracias a que una noche anterior había ayudado a Dave con un proyecto el cual pudo haber iniciado un mes, pero decidió dejarlo para el último día de entrega y acordarse dos horas antes. No podría llamarlo un mal hermano por el resto del año después del tremendo favorcito que le echó.

Intentó verse lo más despierto posible y le dio clic al botón verde de la notificación.

–Mañana –Fueron las amenazantes primeras palabras que comunicó Andy. Un saludo muy casual hasta para él. Era la persona más directa que conocía y tampoco le interesaba conocer una todavía más que él– ¿Correcto?

–Aun no llegas, pero sí –Asintió en un bostezó que tapó con la palma de su mano– ¿Cuándo no está tu madre recuerdas el español?

–Fue una vez –Frunció el ceño y pasó la mano por la bola de cabello revuelto que tenía en el frente–. Puedes superrarlo cuando quieras.

Hubo una ocasión en que, por error, había enviado un mensaje de texto al joven por Pesterchum en su idioma y fue divertido fingir que le entendía hasta que volvió en sí y regresó al español. No volvieron a enviarse mensajes de texto mientras estuviera fuera desde entonces.

–Superarlo –Le corrigió, señalándole con el lápiz con el que dibuja.

–Supe-rarlo –Vocaliza con paciencia que no tenía y levantó los hombros como si fuera un gato esponjándose–. No es el tema. Mañana iremos a tu... ¿Reunión?

–Convivencia, reunión –Le gustaba molestarlo con los sinónimos, era de las cosas que más se le dificultaron al muchacho cada que estaba por regresar de su ciudad natal–. Si, es mañana.

A veces se hacía a la idea de que Ardalion sólo lo llamaba para practicar antes de entrar a la escuela y no porque realmente quisiera hablarle a diario. Ni estando en la misma ciudad lo hacían, más había prioridades que tenía que cubrir como el no quedar en ridículo al confundir los dialectos.