Se acercaba el día en el que su plan vería la luz y estaba muy nervioso. Había pasado una semana desde que escuchó la canción de Samantha por primera vez en aquella cafetería y, si todo salía bien, iba a volver a verla y escucharla en persona en pocas horas después de medio año prácticamente.
Después de pedir ayuda a sus nuevos amigos para preparar un plan de reconquista a la altura les explicó con todo lujo de detalles todo lo que no había contado antes de su relación, debían saber todo si accedían a ayudarle. A la mayoría les sorprendió el relato de Flavio y su comportamiento con la chica una vez lo dejaron, pero no dudaron en apoyarlo y organizar todo lo que este les decía.
Los primeros días fueron un caos. No se ponían de acuerdo con la organización de todo lo que quería hacer Flavio y no sabían bien de que se tenía que ocupar cada uno, pero una vez todo quedó bien repartido se pusieron manos a la obra para mover sus hilos. Por más que no le gustara demasiado ese mundillo más privilegiado a Flavio en esos momentos lo agradeció, si no fuera por todo el prestigio que estaba ganando él, el de sus amigos y sus contactos no habría podido organizar ni la mitad de lo que tenía pensado. Sabía que habría sido igual de válido algo pequeño, íntimo y con los recursos que disponía antes pero quería hacer algo grande, Samantha se lo merecía.
Para que su proyecto se pudiera llevar a cabo necesitaba también la colaboración de otras dos personas que se encontraban en Barcelona.
- ¿Diga? ¿Quién es? – dijo la voz al otro lado del teléfono.
- Soy Fla, Eva. Solo hace dos semanas que hablamos, ¿ya has borrado mi número?
- Evidentemente, ¿para qué lo quiero yo? – contestó riéndose -. Ahora en serio, ¿qué tal estás? ¿Ha pasado algo? Que me llames a estas horas es que pasa algo.
- Estoy bien, tranquila. ¿Estás con Samantha y Maialen? – tenía que asegurarse que no estaba Sam para poder contarle el plan.
- Solo Mai y yo, ¿por?
- Perfecto. Entonces pon el altavoz porque tengo que contaros algo y necesito la ayuda de ambas.
Eva se extrañó ante aquello. ¿Qué quería contarles su amigo? Flavio no conocía a Maialen en persona, pero habían hablado alguna de las veces que ellos hacían llamadas si coincidía que estaban juntas.
- Listo, ya te escuchamos las dos. Cuéntanos – dijo Mai.
- Estoy organizando algo y necesito vuestra ayuda. Me he dado cuenta de lo gilipollas que he sido con Samantha y quiero arreglarlo. No ha habido ni un solo día que no pensara en ella en estos meses.
Las chicas se sonrieron y escucharon atentas todo lo que Flavio tenía pensado hacer. Sabían que Samantha no lo iba a poner fácil y les iba a costar convencerla, pero lo iban a intentar y lo iban a conseguir.
Sábado, 10:30 de la mañana. Barcelona.
El sonido del timbre la sobresaltó, no esperaba a nadie y menos tan pronto. Apretó el botón que abría la puerta de la entrada del edificio sin preguntar quien era, porque pensó que sería el cartero, y volvió a la cocina para terminar de prepararse el desayuno. Un minuto después dos personas con mucha energía accionaban el timbre de su casa sin parar y daban golpes a la puerta entre risas.
- Cuanta energía tenéis de buena mañana – dijo Sam abriendo la puerta.
- ¡Sam! – gritaron ambas a la vez y se lanzaron a dejarle besos por todas partes.
- Ya vale que no puedo respirar. Además, se me enfría el café.
Las chicas la soltaron y la siguieron a la cocina.
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Todos mis sueños están en ti
FanfictionUnas vacaciones mágicas, una ciudad donde cumplir sus sueños y dos caminos que se cruzan en el momento más oportuno. ¿Qué podría salir mal?