Capítulo 15

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Para las dos del medio día Samantha y Flavio se encontraban en la cocina del piso de esta preparando la comida. Se repartieron las tareas y mientras uno cortaba las verduras el otro preparaba la carne. En media hora ya estaban sentados en la barra que separaba la cocina del salón comiendo lo que habían cocinado.

- Oye, pues no ha quedado tan mal.

- Está muy rico – confirmó -. Con lo poco que tenía en la nevera...

- No tieneh nah, acho. Te vah a morir de hambre un día de estos.

Entre risas y bromas se terminaron la comida y decidieron salir a dar un paseo. Para las fechas en las que estaban hacía muy buen día y querían aprovechar el poco rato que quedaba de sol para pasear por Barcelona. Estuvieron mirando por internet sitios para visitar que no hubieran visto ninguno, cosa que era fácil porque solo llevaban cerca de dos meses en la ciudad, y finalmente decidieron ir al parque del Laberinto de Horta. Cogieron el metro en la estación más cercana al piso de Samantha y cuando llegaron a su parada recorrieron la distancia que les separaba de su destino animados. Iba a ser el primer lugar que visitasen juntos y lo recordarían para siempre, iban a estar ligados a aquel lugar de una forma u otra. Cuando llegaron cogieron una entrada cada uno que les daba acceso a todo el recinto y comenzaron su visita. Se quedaron fascinados con el laberinto y los bonitos jardines que había alrededor, les gustó ver que había lugares verdes en la ciudad.

- ¿No te has planteado nunca empezar a cantar? – preguntó Samantha mientras se sentaba en un banco.

- ¿De manera profesional? No. Empecé a cantar hace un año o dos y solo lo hago en la intimidad. Me gusta sacar acordes con el piano o con la guitarra y ponerles letra, es para lo único que canto.

- Pues deberías hacerlo. Cantas muy bien, créetelo porque lo haces bien.

- No sé si es algo para mí. Con la voz tan grave no sé si suena demasiado bien... - dijo Flavio.

- ¡Pero cómo no va a sonar bien! Tienes una voz muy sexy – reconoció Sam.

- Anda ya, que exagerada – dijo ruborizándose.

Estaba acostumbrado a que alabasen su forma de tocar el piano, pero era la primera vez que alguien le decía algo a cerca de su voz. Era consciente de que tenía una voz más grave de lo normal pero nunca había pensado en sacarle partido.

Se dieron cuenta de la hora que era porque el sol estaba empezando a marcharse y le estaba dando paso a la oscuridad y al frío de la noche. A las siete y media decidieron marcharse del parque por lo que volvieron a hacer el mismo camino pero a la inversa.

- Te quedas a cenar en mi casa y no hay más que hablar – sentenció Flavio.

A Flavio no le gustaba aprovecharse de la hospitalidad de los demás e ir siempre él a casa de sus amigos, le gustaba invitarlos a su pequeño estudio y preparar una cena rápida para todos y con la chica no iba a ser menos. Ya se había quedado un par de veces en casa de Samantha y le sabía mal que ella ni siquiera hubiera pisado el suyo para tomarse una cerveza.

No vivía muy lejos de casa de Samantha por lo que la estación de metro más cercana al estudio era la misma en la que habían cogido el tren esa misma tarde. Caminaron bajo la luz de las farolas durante unas cuantas calles pero se detuvieron frente a una farmacia antes de llegar al estudio.

- ¿Para qué paramos aquí? ¿Vives en una farmacia? – preguntó descolocada Samantha.

- No – rio -. Necesito entrar a comprar una cosa.

- ¿Qué te pasa? ¿Te encuentras mal? Yo llevo pastillas encima si quieres...

- No, Sam, no voy a comprar pastillas. Estoy perfectamente – la cortó.

- ¿Entonces? – ahora sí que estaba aún más desconcertada.

- Preservativos, yo tampoco tengo en casa – dijo pasándose la mano por el pelo.

No iba a comprarlos con la intención de que pasara nada ese mismo día pero prefería tenerlos ya en casa para que no les pasara en otra ocasión lo mismo que les había pasado esa mañana en casa de la chica, no iba a poder aguantarse las ganas otra vez.

Samantha se quedó fuera y aprovechó para fumar un cigarro mientras esperaba a que Flavio saliera de comprar aunque no tardó demasiado. Justo cuando ella apagaba el cigarro Flavio salía con una bolsita de papel en la mano. Retomaron su camino y en apenas unos minutos volvieron a pararse, esta vez frente al portal del bloque de pisos.

Flavio tenía alquilado un pequeño estudio cerca del centro de Barcelona. Tenía una pequeña cocina que comunicaba con un salón bastante amplio, un baño no demasiado grande y el dormitorio. No tenía balcón ni terraza, pero había un enorme ventanal en medio del salón por el que el sol debía entrar prácticamente durante todo el día iluminando todo a su paso. Al estar todo pintado de blanco y decorado con tonos tierras y grises daba el efecto de ser mucho más amplio de lo que era, por no hablar de lo limpio y recogido que estaba todo. Samantha se avergonzó un poco al darse cuenta de lo ordenado que tenía todo Flavio, su piso comparado con el del chico parecía una leonera.

Hicieron lo mismo que habían hecho en casa de Samantha y se repartieron las preparaciones de la cena. Esta vez pudieron escoger que cenar sin problema, la nevera de Flavio parecía sacada de un anuncio comparada con la de Sam que apenas tenía unas cuantas verduras, algo de carne que estaba a punto de ponerse mala, fruta y cervezas, muchas cervezas.

Prepararon unas cuantas masas de crepes para rellenarlos con ingredientes salados y otras para postre rellenas con crema de cacao y nata.

- Vaya técnica que tienes para untar mantequilla en la sartén – rio Flavio.

- Por eso han quedado así de bien, si no fuera por mí se habrían pegado.

- Ya, claro, seguro.

Samantha le dio una leve patada por debajo de la mesa. Se estaba riendo de ella el muy cabrón.

- Eres tú mu' agresivah eh. Te voy a poner un parte.

Flavio siguió molestándola y metiéndose con ella mientras terminaban de cenar. A Samantha le gustaba ver a ese Flavio más suelto, más gracioso, al que se sentía con la confianza suficiente para hacer bromas y al mismo tiempo era un osito de peluche que todo el mundo estaría dispuesto a abrazar.

- Quédate a dormir conmigo – la sorprendió.



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¡Hola! Pues aquí tenéis un nuevo capítulo y espero que os haya gustado. Tenía pensado subirlo ayer pero se me pasó por completo y hoy casi se me vuelve a olvidar, lo siento mucho.

Ya no tengo más capítulos escritos y hasta el viernes de la semana que viene no termino los exámenes así que si subo capítulo será el fin de semana. Ya tendremos Nada, el EP de Samantha, que es lo importante❤️

Os leo por aquí y por Twitter (@mariaVv28), que tengáis una feliz semana <3

Todos mis sueños están en tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora