-¡Camilla, por favor! ¿Por qué estas haciendo esto?-dijo Maximus confuso y agarrándose la cabeza con las dos manos haciendo fuerza
- Yo… Ya no puedo seguir así. Me tengo que ir. Ya no soy la misma desde aquel día pasado-dijo Camilla mirándolo con los ojos brillosos y con un nudo en la garganta.
-¿En serio vas a renunciar para siempre? Todo el sacrificio y amor que le haz otorgado a ésta familia ¿Y tú pides la renuncia, así cómo sí nada?
-Más que una simple renuncia laboral, es una renuncia hacia usted, al amor y recién ahí, a lo último, es lo que dice.
-¡Yo sé que me ama! Pero no puedo atreverme a sentir algo que nunca va a florecer. Yo te quiero, pero no puedo amarte y aunque tratase, jamás podría hacerlo. Perdón. Sé que diciendo esto me vas a odiar toda la vida y no te culpo, el amor a veces no nos corresponde-dijo Maximus con voz quebradiza y añadió. – Estuve todo el día tratando de encontrar el momento adecuado para platicarte y decirte todo lo que pienso, porque entiendo que te dejé plantada y fue mi culpa por la que seguro estás así. Lo siento mucho, pero somos adultos y tenemos que tomar decisiones difíciles todo el tiempo. También sé que una respuesta, por más simple que fuese, hay que darla y no lo hice por miedo a tu reacción. Sólo quiero que sepas que siempre voy a estar contigo como gran amigo en el que me convertí. Sin embargo, sé que no piensas igual que yo y no logro comprender porqué desarrollaste este sentimiento hacia mí. No quiero perderte para toda la vida, me diste luz cuando sentía que estaba en plena oscuridad, cuidaste a mis hijos cuando mi vida era un calumnia. Te necesito aquí…
De todas formas, como ser humano que eres tú, si decides irte, lo entenderé. No voy a detenerte. Yo entiendo de dolor, sé lo que debes de estar sintiendo en este instante, así que lo que tú escojas, lo aceptaré pero… Soy terco y volveré a preguntar de nuevo ¿Estás segura de qué quieres qué todo esto se termine?
-Por años pasé unos momentos demasiado prósperos, pero no soportaría estar en una casa en donde usted ya tendrá un nuevo amor en algún momento de la vida y además saber que no me ama. Por más que me duela dejar ir a los niños, ellos podrán visitarme cuando deseen. Nunca les cerraré las puertas de mi pequeño hogar. Yo decido renunciar por mis propios medios. Perdóneme pero mezclé el trabajo con el amor y como está viendo, muy bien no me ha ido. Podrá sentirse incómodo a partir de ahora pese a todo lo vivido, pero he tomado por definido que renuncio. Gracias por aceptarme todos estos años, por cuidar de mí, protegerme, confiarme a sus niños, y por último darme la oportunidad de poder saber lo que se siente ser una madre- dijo Camilla bajo la lluvia, sollozando, agarrando sus maletas y luego repuso- Mi amor por usted fue tan grande que tuve que terminar renunciando a lo que más amo en este mundo, cuidar niños. Que irracional soy. Sin embargo su culpa no ha sido, la mía sí y por eso decido irme.
- Camilla… Si ya no hay vuelta atrás, no insistiré más. Debo darte las gracias por todo lo que haz hecho en estos años. Espero que te vaya muy bien en la vida, si te sucede algo jamás dudes en que puedas llamarme. Siempre serás bienvenida en este hogar-dijo Maximus con una leve sonrisa, dándole una palmada en la espalda y un beso en la mejilla izquierda, sin querer que se vaya del todo.
Luego de esta discusión tratando que Camilla cambie de opinión, (que no fue posible) los hijos de Maximus se despidieron de ella con abrazos y muchos besos de por medio. Alice no tuvo una relación tan cercana con ella, pero de una forma u otra estaba triste por todo lo que tuvo que presenciar en este hogar. Pues es que era demasiado para Camilla. Tener sentimientos amorosos y además no correspondidos, la hizo renunciar a su trabajo. Remarcando que Maximus le dijo que ante cualquier situación que le sucediese, él iba a estar ahí como siempre lo estuvo ella.
La librería de Bruce finalmente está abierta al público. Las personas del vecindario van con frecuencia a leer y comprar, ya que la misma es bastante grande, hermosa y cálida. Emily adoptó una manía sabia que fue empezar a adquirir conocimientos relacionados con la poesía (su padre está más que feliz sin dudas). Desde luego que cada vez se llena más su estantería en su habitación, de todos los libros que le han obsequiado en este último tiempo. Al menos alguien disfruta de una bella lectura de las obras de William Shakespeare. Daniel está en una etapa de rebeldía y su mayor “ambición” es escuchar música de los 90s como ser: Aerosmith, The Rolling Stones, Bon Jovi, Queen y entre otras grandes bandas de esa época. Su amor por la música es sublime ya que hace un tiempo con sus amigos, empezó a formar una banda de rock titulada “Boys in Black”. Les va bastante bien. También es el orgullo de la familia. Ambos hijos se educan de maneras distintas pero de formas complacientes, aunque vayan por caminos contrarios. La vida de un padre viudo, no es la mejor pero al menos pudo educar a sus hijos como debe ser y gracias a eso, son lo que hoy en día muestran. Hijos respetuosos y buenas personas.
Cada día que pasa Maximus extraña un poco más la presencia de Camilla en la casa y es que ella ha pasado por mucho a lo largo de su vida, qué lo que ha sucedido de manera reciente, la volvió un ser más endeble por dentro.
De pequeña que ha sufrido por mucho. Desde la ausencia de un padre que nunca tuvo interés en conocer a su hija, hasta el bullying que tuvo que soportar en la escuela primaria. Pasaron los años y ella siempre contó con su madre para todo lo que ella necesitara. Agradecida de poder contar con su madre que siempre quiso ver bien a su hija, a pesar de que su padre se había borrado de su existencia para siempre. De adolescente siempre fue una niña muy obediente pero con problemas en el medio, no sacaba buenas calificaciones y además no era una chica tan sociable en la escuela. Nadie quería estar con ella porque era “rara” y que luego de ser apodada así, empezó a ir a terapia tres veces en la semana.
Siendo adulta nada le fue fácil. Amaba a los niños que después de graduarse, (costó que lo hiciese) empezó a trabajar cuidando algunos de ellos, para generar dinero propio y además ahorrar para comprarse un vehículo. Su madre, María, siempre supo que a Camilla le gustaba cuidar niños que ya veía a su hija en un futuro, convertirse en una buena niñera. Asi fue. Un día miércoles, Camilla salió a la cuidad para comprar libros a modo de instructivo sobre la educación infantil de los niños a lo que entró a la primer librería que ella vio en su momento. Posteriormente, clavó su mirada en un hombre alto, de ojos claros y buen cuerpo. Su tipo de hombre. Y sí, era el mismísimo Maximus Bruce Gordon quien flechó a Camilla por varios minutos.
Ella quería entablar conversación con ese hombre que tanto le había llamado la atención, pero al parecer la suerte estaba de su lado pues Maximus le había preguntado si sabía donde se encontraban los libros de poesías. Camilla de una manera amable le dijo que era su primera vez en el lugar y que no sabía dónde se ubicaba esa sección. Hablaron una hora y salió el tema de conversación “niños” en el cual ella estaba muy enfocada. Maximus le contó su triste historia sobre cómo falleció su amada mujer, que no encontraba a quien confiarles sus hijos y finalmente Camilla se terminó ofreciendo a ayudarlo con ese problema ( beneficioso a la vez).
Camilla tenía bastante experiencia con niños, recién a sus 22 años, ella ya sabía como actúan los mismos ante situaciones trágicas, benéficas y entre otras más. La primera impresión de los hijos de Maximus fue tan exitosa que los niños se reían con ella y hasta le mostraban sus juguetes. Aquella niñera que se había hecho muy querida en la familia Bruce, tuvo que llegar a esta mala pasada para que los niños vuelvan a sufrir y aunque sea algo dramático, sufren por pérdida otra vez.
Las decisiones fueron de los adultos y es entendible que concluya de ésta manera. Sin embargo, Camilla dejó en claro que los chicos pueden ir a su pequeña casa cuando gusten ( hogar que María le regalo a Camilla por sus 19 años). Las circunstancias de la vida, no le permitieron a ella poder engendrar a su propio hijo, pero al menos la misma tuvo que cuidar por varios años a dos niños armoniosos. Hoy en día ya se encuentran demasiado grandes, pero para ella serán siempre sus dulces niños.
El amor de una Mujer, sea madre o no, siempre será incondicional. No hace falta tener hijos propios para brindarle ese sentimiento, se sabe que el mismo por naturaleza las mujeres ya lo tienen incorporado. No es amor de madre, es amor de una noble mujer.
“-Me voy con la frente en alto porque sé que hice un bien mayor. Quizás la vida nos vuelva a encontrar pero para eso, debo de sanar mi corazón y entender que hice una rabieta de niña que me costó el trabajo. Sin errores, no sería humana. Pero caí en la tentación de enamorarme desde el primer día que lo vi, trabajar con él y hasta vivir en su casa. Fue imprudente la decisión, pero más imprudente fue confundir lo laboral con lo sentimental. Al menos halle algo bonito que sentir cuidando a sus hijos, me enamoré de su padre y él nunca va a olvidar mi existencia-dijo Camilla con un suspiro, mientras sale el arcoíris, luego del diluvio y se marcha de la casa.”
Pasados varios días en los que Camilla ya no se encuentra en la residencia, Maximus decide ir a tomar un café con los detectives Jones y Davis para retomar buenos momentos. Platicando en el bar de Archie, Maximus se tropieza con la mesa y con su taza de café que tenía en la mano, logra mancharle el vestido a una hermosa dama que se encontraba sentada atrás de él.
-¡Discúlpenme señorita, no fue mi intención!-dijo Maximus juntando las manos en posición de rezo y dándole servilletas a la dama para que se secara.
- No se disculpe conmigo, hágalo con su torpeza ¿Acaso usted cree que una mancha saldría tan fácil?
-La verdad no, pero al menos lo intenté. En serio, lo siento. Por favor paseme su número así llevo su atuendo a que sea lavado como corresponde…
-Que táctica descarada de pedirle el número a una mujer -dijo molesta
-No me malinterprete, sólo quiero remendar el daño. Sino podría darle el dinero de lo que le ha salido su vestido, como usted prefiera.
- Sólo por su educación, le diré que me llamó Merlina y usted es Maximus ¿Verdad?
-Pues sí, así me llamo-sonrío atontado y añadió. – Espere, ¿Cómo sabe mi nombre?
-Sus compañeros hablan muy alto y yo estoy a centímetros de usted, es audible… Como sea, ya que ha cometido un error ¿Me invitaría un café? Y ésta vez trate de no acercarse demasiado…
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𝑼𝒏𝒂 𝒃𝒐𝒅𝒂 𝒍𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆.
Teen FictionEl día de su boda en Boston, Maximus se encuentra entre el cielo y el infierno. Se despojó lo más bello que le había obsequiado el mundo: su mujer. No obstante, no se detendrá hasta descubrir a la persona que hizo de su próspera vida, un mar de lagr...