Han pasado tres días desde que el omega se ha ido del reino, Alba le ha mejorado mucho su vida.
Pará ella Yannick y su hijo representaban una carga innecesaria.
Esa mañana se sentía algo diferente, su lívido estaba más presente sin estar necesariamente en celo, confundida suspiro un poco y miró su lista de pendientes, apenas eran las 11 del día y ella ya las había completado, sin saber que mas hacer su puerta fue tocada.
-adelante-permitió el paso a la persona que sin más abrió dejando ver a su amigo Román, con alegría se dirigió a él y cuando estaba a punto de abrazarlo un golpe en su cara la llevó al suelo, confundida miró a su amigo desde abajo sosteniendo su mejilla izquierda-¿que?
-¿que? Todavía tienes el descaro de preguntar-dijo cerrando la puerta tras de el fuertemente, su rostro reflejaba la ira que sentía-eres una maldita, tu abuela murió por la unión que tendrías con Yannick, ahora resulta que accediste a entregar al omega junto a tu hijo al imperio. ¡Sabes el riesgo que corren!
-¡era eso o estar en guerra!-contestó enojada alba levantándose del suelo para encarar al beta, Román sacó de su saco unas hojas y se las lanzó en la cara a la alfa, la mujer confundida miró las hojas caer al suelo-¿que es esto?-preguntó agachándose para tomar una de las 7 hojas.
-lo que me pediste-respondió con frialdad-aquí esta la información sobre los asesinos de tus hijos y la madre de ellos.
Alba rápidamente tomó todas las hojas y comenzó a ordenarlas, camino hasta su cama y se sentó para leer con atención aquella información valiosa.
Renglón por renglón leyó con cuidado tratando de memorizarlo, soltó lágrimas al recordar tal suceso donde su amaba fue emboscada, sus hijos se salvaron a costa del sacrificio de la omega.
Al terminar de leer el informe lloro, gritó y golpeo cada cosa a su paso, las conclusiones eran simples, el imperio había mandado asesinar a su amada y a sus hijos-¡¿por qué?!-grito mirando a su amigo que en ningún momento le dejaba de ver con furia.
-¿por qué? La razón es más simple... TU amada era la EMPERATRIZ, huyó del imperio y eso es traición y se condena a la ejecución-menciono enfrentando a su amiga que lloraba de rabia-los análisis del peritaje indican que no fue su primer parto, tu mujer huyó junto con un probable hijo de paradero indescifrable del imperio, por esa misma razón ASESINARON A LOS MELLIZOS, ¡pensaron que tus hijos eran los del emperador y los mataron!
-¡ES MENTIRA! ¡ELLA ERA UNA CAMPESINA! ¡ME JURO QUE ELLA ERA UNA MUJER DEL CAMPO!-grito negándose a creer en todo lo que su amigo le decía, su corazón estaba cegado de amor hacia la difunta mujer-es mentira ella me lo juro...
-¡cállate! Te mintió y te uso para que la protegieras, esa mujer te engaño y causó la muerte de tus padres ¡abre los malditos ojos de una vez!-grito Román sintiendo una impotencia recordando tales momentos pasados y ver la negación de alba.
-¡basta! ¡LARGATE DE AQUI! ¡NO TE QUIERO VOLVER A VER NUNCA!-grito enfurecida, Román indignado salió del lugar sin nada más que decir dejando en un mal estado mental a la duquesa que parecía enloquecer.
Ha pasado una semana y al fin aquella carroza se estaba adentrando al gran palacio, Yannick miraba un poco asustado por la ventana tal imponente lugar, la carroza se detuvo abruptamente y la puerta fue abierta por un hombre distinto.
-¡ha llegado!-grito el hombre ayudando al omega bajar de la carroza, una vez fuera lo escoltaron para adentrar lo al enorme lugar, Yannick estaba muy preocupado mirando al rededor presionando contra su pecho a su hijito que dormía.
Dentro del palacio todo era enorme y lujoso, todo tenía detalles en oro y diamantes, tan fino y reservado para la honorable familia que vivía ahí, pasillo tras pasillo caminaron hasta que se detuvieron frente a una gran puerta.
Las puertas se abrieron y los escoltas le obligaron avanzar, Yannick con paso inseguro se adentro y miró a tres hombres sentados en la fina sala mirando.
Un poco torpe el omega los reverencio, dos de los alfas que eran los más jóvenes lo reverenciaron también mientras que el mayor simplemente le ordenó sentarse mientras exhalaba el humo de su pipa.
-tu eres Yannick ¿no?-hablo el hombre mayor mirando de arriba a bajo al omega que intimidado asintió con la cabeza-el que tienes entre brazos es el hijo de la heroína Girard-y el omega volvió a asentir confirmando lo que decía el alfa Mayor-bien te diré tu deber, desde hoy eres el sirviente de mi heredero Otto-dijo señalando al joven alfa de cabellos dorados y ojos esmeradas.
-esta bien...-dijo con resignación, en su cabeza pensó que tal vez sería el prometido del príncipe pero quien querría un omega ya usado como el. Su hermano le aseguró que tendría una buena posición pero se equivoco.
Los guardias le ordenaron levantarse y se despidió de los alfas, caminaron un poco más adentrándose más al palacio, y entraron a una habitación donde varias mujeres uniformadas los esperaban-aquí esta el sirviente del príncipe heredero Otto infórmenlo y que inicie a trabajar.
-si señor-respondieron las mujeres y los escoltas se marcharon, rápidamente se acercaron a él y todas lo saludaron amistosas.
-señoritas aparten se-dijo una mujer mayor y todas le obedecieron, la mujer se acercó y miró al omega, tomó la mano de Yannick analizando su palma-que lastima... Estos dedos bonitos se tendrán que arruinar-dijo suspirando y una mujer se acercó con un uniforme-mi nombre es Juliana y soy la encargada de la servidumbre, ponte este cambio de ropa y te hablaré del servicio para el heredero.
-pero mi bebe...
-no te preocupes Alicia lo cuidara, ella cuida bien de nuestros hijos-y la llamada Alicia se acercó, era una linda joven pelirroja, Yannick no tuvo de otra que entregar a su hijo y ser guiado por Juliana.
-el uniforme te queda bien-dijo la encargada, las prendas eran de una falda café larga hasta los tobillos, una camisa de botones del mismo color que cubría hasta las muñecas y un lindo lazo negro en el cuello con un par de botas negras de cuero, algo muy conservador, discreto y sombrío-bueno vamos a encaminar nos a la habitación del príncipe heredero recuerda el camino este lugar es enorme.
-si.
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El Harem De La Duqueza Girard
General Fiction-acepto tus condiciones-dijo una joven mujer alfa moribunda, aquel espectro sonrió altenero, ambos estrecharon sus manos cerrando el trato. -recuerda que tu alma ahora me pertenece-hablo la sombra para desaparecer entre la oscuridad del bosque. -¿...