-¡¿Qué dijo que?!-grito enfurecido Gregorio.
-lo que escuchaste, sabía del embarazo y chantajeo a tu hermanastro para que se deshiciera del bebé-resumió nuevamente Eva, Gregorio se frotó la frente frustrado.
-si quiere chantajear le haremos lo mismo-menciono buscando el acta donde nombraría mañana a Alba, al tenerla entre sus manos salió del lugar.
Era las 3 de la madrugada, Alba un poco ebria salía del gran salón después de ese increíble banquete.-¿a dónde vas?-dijo uno de sus compañeros arrastrando las palabras.
-voy a cerrar la noche con broche de oro-dijo Alba caminando, el hombre la alcanzó torpemente.
-vassss a un par-prostíbulo, sho también quieroooooo ir-dijo ahogado en alcohol, alba se rio por las tonterías de su camarada negando con la cabeza.
-tengo un omega que me espera-menciono dejando caminando más rápido dejando a su amigo detrás quejándose.
Por fin se encontraba en frente de la puerta de su habitación y cuando estaba a punto de tocar el picaporte de esta, un llanto delicado se alzó entre el silencio de la noche, era un llanto de un bebé caprichoso, alterada abrió la puerta sin mas y con la luz tenue de la luna se guio hasta el dosel y de golpe lo abrió sorprendiendo a Yannick que estaba tratando de cambiar el pañal sucio de su bebé.
Alba confundida miró al niño que movía suavemente sus brazos y lloraba molesto entre las sábanas de seda, entre más segundos miraba al bebé su furia se incrementaba, sus manos se empuñaban con fuerza y cuando estaba lista para lanzarse sobre el bebé un brazo tomó su largo cabello tumbándola sobre su espalda duramente al suelo.
-¡así que vas a llegar a estos extremos!-grito furioso Gregorio mirando a la alfa, las velas fueron encendida por Eva y unos guardias iluminando cada rincón de la habitación-¡pensé que eras mi amiga y eres capaz de matar a tu propio hijo!
-¡tu que mierda sabes!-respondió agresiva Alba levantándose del suelo, Yannick asustado miró a su pareja quien estaba completamente diferente, tenía los brazos más musculosos, su cabello se veía sucio y maltratado, su piel ya no era tan blanca y unas cicatrices se miraron en el rostro agresivo de la mujer alfa.
-yo solo se que eres una maldita, ¡era parte del trato! ¡Ese bebe es tuyo, es tu hijo! ¡Hazte responsable!-exigió Gregorio mirándola sombrío.
-¡no quiero otro hijo! ¡Y-yo perdí a mis hui-hijos!-dijo llorando y arrodillándose ante el rey devastada-¡ese bebe no es mío!.
El rey dio señales a los guardias y estos sometieron a Alba, sin permitirle mover Gregorio camino a la cama, Yannick limpio los geniales del niño y se lo entregó a su hermano desnudo, el bebé sin nombre lloro una vez más por las manos heladas que lo sostenían, con preocupación el omega miró como era el recién nacido acercado a la alfa.
Al estar justo enfrente de su nariz la duquesa olfato sin querer al infante y sus instintos salieron a flote; sus ojos se dilataron, su piel se erizo sus fosas nasales se agradaron aspirando más el tenue aroma del niño y su corazón se aceleró, un gruñido salió de su garganta y una enorme necesidad de lengüetear la cara del niño le lleno de saliva la boca goteando un poco en sus labios.
-haz reconocido al niño como tuyo, aun así te atreves a negarlo-dijo con sarcasmo alejando al bebé y la alfa volvió en sí-tus instintos te condenaron, haz hecho un enlace familiar con el bebé.
-¡púdrete!-maldijo la duquesa y Gregorio sólo se rio a carcajadas mientras entregaba al niño nuevamente a los brazos de Yannick.
-te darás un baño, dormirás lo que resta de la noche y mañana te casaras con mi hermano y te daremos el reconocimiento después de contraer nupcias-explicó moviendo su mano y de inmediato los guardias soltaron a Alba, en silencio se marcharon de la habitación dejando a la pequeña familia.
El bebé se quejo nuevamente, Yannick desabotono su camisón dejando un pecho fuera y el tierno recién nacido comenzó a succionar desesperado, el bebé era un glotón.
La duquesa con resignación se levantó del suelo y miró dentro del dosel al omega y la criatura que ignorante a toda la tensión con ojos cerrados bebida del seno del omega, rendida se recostó en la cama dándole la espalda a la bella imagen familiar con el estómago revuelto.
El enlace familiar era un instinto primitivo exclusivo de los alfas y omega, era algo que muy pocos podían ignorar y se presentaba de distinta manera en los alfas y omegas.
El omega sentía un fuerte apego emocional al bebé, incluso antes del nacimiento muchos omega amaban incondicionalmente a sus futuros hijos con locura haciéndolos sobre protectores y un poco extremistas para mantener vivo al niño, por eso cuando un omega pierde a un bebé, la mayoría de omega se deprimen y terminan quitándose la vida por que ese apego emocional les carcome tras una pérdida.
Mientras tanto en los alfa tenían la responsabilidad de proteger a toda costa tanto al niño como a la madre, son muy protectores y si están en una situación de peligro los alfa hacen todo lo posible por que el hijo y omega salgan ilesos, muchos de ellos dan la vida para que la de su omega y descendencia continúe, con esto los alfa no podrán acecinar ni al omega ni los hijos ya que van en contra de su instinto, aunque los odie inconscientemente velará por la seguridad de su familia.
Con los ojos cerrados alba escucho como el niño dejó de beber, la cama se movió un poco y unas palmaditas rítmicas sonaron hasta que el bebé dio un pequeño eructo, Yannick río un poco tras eso encantando los tímpanos de la alfa, el omega tomó a su hijo y lo recostó en la cama lo cubrió con las cobijas y se acurrucó al lado de su bebé cayendo ambos en un sueño profundo.
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El Harem De La Duqueza Girard
Narrativa generale-acepto tus condiciones-dijo una joven mujer alfa moribunda, aquel espectro sonrió altenero, ambos estrecharon sus manos cerrando el trato. -recuerda que tu alma ahora me pertenece-hablo la sombra para desaparecer entre la oscuridad del bosque. -¿...