CAPITULO 20

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-¡ahh! ¡Alfa! Sea más amable solo soy un beta-rogó el joven hombre arañando la espalda blanca de la mujer, la duquesa lo ignoro y continuó arremetiendo contra el joven.

-cállate deja de ser tan ruidoso-ordenó tomando la mandíbula del joven para apretar de ella un poco, ambos hicieron contacto visual y el beta se estremeció por tal mirada profunda que poseía Alba.

La mujer frunció el seño al sentir como estaba a punto de llegar, el joven beta gimió con más fuerza apretando entre sus puños la sabana, alba sin juicio embistió agresiva y pronto su liberación llegó viniendo se dentro de los intestinos del varón.

Ambos con el sudor corriendo por sus frentes y con la piel brillante se separaron para recobrar el aliento-vaya... Si eres tan buena como dicen los rumores-suspiro el beta mirando como la alfa salía de la cama desnuda, el varón la siguió con la mirada y esta camino tomando sus prendas-te vas tan pronto-reprochó el joven.

Alba arrojó sus prendas en la cama y se sentó en la orilla de esta dándole la espalda al joven, este curioso se acercó a la mujer y tocó el pecho desnudo de esta-haremos un trato ¿Qué quieres por toda la información que sabes?-dijo seca mente y quito la mano del joven que toqueteaba sus pechos se levantó de la cama y rápidamente subió sus pantalones y encaró al joven.

-pues...-dijo cerrando los ojos-quiero ser tu guardia personal-menciono sonriendo, la mujer sin mas aceptó dando un asentimiento con la cabeza, tomó su sostén y comenzó a abrochar aquella camisa botón por botón-pero también quiero que me cojas como hoy-agrego el coqueto hombre y la duquesa sin problema alguno guardo silencio.

-bueno ahora dime todo.

-¿que tal si mejor te lo digo mañana? Sentados en los finos muebles cubiertos de velvet tan suave y comiendo postres y saboreando la mantequilla relajados y solos-menciono lleno de emoción, alba solo giro sus ojos en fastidio, ese beta sabía como aprovechar esta oportunidad.

-esta bien pero lo de tu puesto dependerá que información me tengas y así yo valorare si te lo mereces de verdad-dijo tomando su capucha y caminado a la salida de la habitación.

-¡si señora! Estaré a primera hora-y tras eso la duquesa cerró la puerta marchándose del lugar.

-tu ¿Quién eres?-preguntó una bella mujer entrando a la habitación del joven heredero, Yannick confundido se levantó y soltó el trapo con el que limpiaba la lujosa alfombra y miró más detalladamente a la chica, esta tenía un fino vestido color azu...

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-tu ¿Quién eres?-preguntó una bella mujer entrando a la habitación del joven heredero, Yannick confundido se levantó y soltó el trapo con el que limpiaba la lujosa alfombra y miró más detalladamente a la chica, esta tenía un fino vestido color azul cubriéndola, costosos pendientes y un llamativo collar reposaba en su piel pálida como la nieve.

-eh... Yo soy Yannick el sirviente d-

-¡ja! Por ahí hubieras comenzado, pensé que el idiota había traído a omegas de la casa roja otra vez-menciono la bella joven y comenzó a abanicarse-tu señor ¿Dónde esta? Respóndeme-ordenó señalando al confundido omega y este bajo su severa mirada se sometió.

-no lo se, salió temprano-respondió tímido y la joven le arrojó el abanico con fuerza golpeando la cara de Yannick y este sorprendido se tocó los labios.

-¡eres un inútil! ¡Es tu deber saber donde está mi prometido! ¡Más inútil no te puedes ver!-grito llena de cólera la joven aristócrata, Yannick aterrado miraba como la mujer se acercaba más a él, tal alboroto causó el llanto del pequeño asher resonara detrás de Yannick

La prometida de otto se detuvo y el omega se aterro más, la mujer se asomó y miró como él pequeño que reposaba en una canasta en el suelo, levantaba sus manitas y las agitaba mientras apretaba sus ojos soltando gotitas saladas.

Yannick temiendo lo peor se interpuso entre la real dama y su hijo, esa acción no le gustó para nada a la caprichosa mujer-¡apártate!-ordenó y el omega no se movió, la chica cada vez más enfadada levantó su fina mano cubierta por un guate blanco de seda, amenazando con dejarla caer sobre la mejilla de Yannick, pero este solo cerró sus ojos sin moverse.

-¿que mierda estas haciendo?-y la voz profunda del heredero resonó, Yannick se atrevió a abrir sus ojos y aquello que miró le dejó perplejo, él alfa sostenía la mano que lo amenazaba, la dama estaba asustada mirando a otto que parecía acecinarla con la mirada.

-eh...y-yo-tartamudeo la dama sintiendo un nudo en la garganta, su mano era cruelmente apretada por la bestia fuerza que poseía el hombre.

-largo-ordenó soltando a su prometida y está despavorida salió lo más rápido que podía de la habitación olvidando su abanico, el omega salió de su trance y rápidamente le dio la espalda al alfa para arrodillarse y tomar a su hijo entre brazos.

-gracias mi señor-dijo girando se mirando al atento alfa que continuaba con su vista clavada en ellos, el tierno bebé continuó hipando con pequeños espasmos del llanto pero aún así restregando sus mejillas en le pecho de su madre con sus labios separados.

-¿que le sucede a tu criatura?-preguntó al ver los movimientos desesperados del bebé, Yannick al escuchar tal pregunta miró a su hijo y rápidamente interpretó sus acciones.

-creo que tiene hambre-hablo tímido-me puedo retirar para...

-hazlo aquí-dijo en un suspiro desabrochando los primeros tres botones de su camisa, desfajándola para sentarse en la cama, el omega negó con desesperación muy sonrojado-¿por qué no? El bebé tiene hambre y no es la primera vez que veo un omega varón así que tranquilo, no eres mi tipo.

Yannick sin salida se levanto del suelo y comenzó a caminar para sentarse en el sillón más alejado-siéntate aquí-ordenó de nuevo otto señalando su lado de la enorme cama, el omega más sonrojado obedeció y tomó asiento al lado del alfa que sonreía por lo obediente que era.

El omega se desajusto dejando sus pequeños pero abultados pechos a la vista, tomó a su hijo y lo acercó más, él bebé rápidamente busco el pezón rosado de su progenitor y lo pesco con sus labios para comenzar a succionar de una sola vez.

Yannick se quejo pero tuvo que soportar la sensación, otto los miraba con más curiosidad, en silencio el bebé se alimentaba-¿así es de ruidoso?-preguntó otto mirando al pequeño.

-si... Así son los bebés.

-vaya que curioso, lo siento si te incomodo pero pronto tendré hijos y quisiera aprender un poco antes de eso... Ya sabes-dijo avergonzado y se rasco la nuca.

-si mi señor le ayudaré a entender antes de que suceda.

El Harem De La Duqueza GirardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora