Capítulo 01.

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NICCOLO GARIBALDI.

Las leyendas.

-El mar Mediterráneo es el segundo mar interior más grande del mundo después del Caribe. Se trata de un mar relativamente hondo del cual lo constituyen otros mares.

-Que me interesa -susurra Fabrizio que mi lado.

-El mar Tirreno es la parte del mar Mediterráneo que se extiende al oeste de la península itálica entre las islas de Córcega, Cardeña, Sicilia y las costas continentales de Toscana, Lacio, Campania y Calabria.

Miro la pizarra donde comienza a dibujar una estupidez inentendible.

-Localidades de Italia que son mayormente asediadas por la delincuencia, el asesinato y las constantes guerras que países enemigos tienen contra este país -dice y me siento bien cuando ahora llama mi atención.

-No siempre fue así, hubieron años en donde Italia era el país más temido de todos, incluyendo sus localidades. Lugares donde nadie podía pisar ya que estaba custodiado por su pueblo, por su gente -sigue- Inglaterra no es el único país donde tienen un regente, un linder o reina.

La mirada de todos viaja a mí.

Sí, soy Garibaldi, pero no de sangre, sino por mero apellido.

Un estupido huérfano que un coche atropelló por velocidad, a quien tuvieron que operar reiteradas veces el antebrazo izquierdo por culpa de ese accidente.

¿Quién me atropelló a mis 17 años de edad hace 3 años atrás? Nada más y nada menos que el líder de Italia, Don Christiano Garibaldi Fradmarini.

No fue agradable, nunca lo es de hecho, habla poco y en ese tiempo casi nada. Me ayudó, me llevó a su hospital private y me salvó la vida en pocas palabras.

En resumen, cuidó de mí porque me dio hogar, me dio comida y me dio donde dormir.

Fueron días, después semanas, luego meses y terminaron en años donde su cariño frío y duro como una roca comenzó a no ser tan sólido como lo era al comienzo.

Me costó sí, fue mi más grande admiración desde que comencé a vivir en las calles. Padres adictos y muertos, hijo único y sin atención terminó en mansiones de lujo, prendas de marca y coches a mi disposición.

Le agradezco siempre que puedo, Don Christiano lo es todo para mí vida, así como lo es su numerosa familia.

Me preparan, se que lo hacen porque así me lo dijo la señora Garibaldi mayor. Don Christiano necesita un heredero, persona a quien exponer y llevar a donde vaya, gritando a los cuatro vientos que tiene descendencia y que esa misma es la que seguirá con su linaje mafioso italiano

Soy italiano de nacimiento, naci en Sicilia y conozco el idioma tanto italiano como Inglés, pero no más que eso.

-¿Algo que decir, Niccolo? -me trae al mundo la profesora.

-No.

-Hablamos de tú padre, ¿Te gustaría explicar algunas cosas de las que ya mencioné?

Esta escuela no es cualquier institución. Isabella Garibaldi se encargó de diseñar y crear un edificio del cual se encarga de la enseñanza de todos los adolescentes hijos de líderes poderosos dentro del país.

Y yo estoy como invitado aquí ya que no tengo la sangre de dicho líder.

-No es mi padre -suelto, él odia ese termino y yo no podría llamarle así.

Me miran.

-Esta clase es una puta mierda -bufo y tomo la mochila- Me largo de aquí.

Salgo de la habitación sin decir nada sacando el paquete de cigarrillos encendiendo uno mientras me dirijo a la salida.

Tú Decides. [#3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora