Capítulo 23.

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CHRISTIANO.

Promesas incumplidas.

Abro los ojos, la cara de Isabella es la primera que veo porque literalmente se acerca frente a mi cara abriendo mis ojos con los dedos mientras alumbra con una linterna.

-Estan normales, Doctor.

-Con permiso, señora Mussolini -dice el anciano que la aparta mirándome él ahora.

Miro hacia todos lados, veo a Alexa, Igor, Feliciana pero no la veo a ella.

Mientras más busco menos la encuentro.

-Esta bien, está consciente -dice y me quiero sentar en la cama pero el dolor me desgarra la garganta cuando el lado izquierdo me quema el cuerpo- Debe hacer reposo, Don Christiano, la operación fue exitosa pero debe descansar la herida.

-¿Dónde está? -indago y nadie me contesta.

-Debes descansar un poco -dice Alexa pero la ignoro, ni siquiera la miro, solo fijo la vista en mis manos conteniendo el trago amargo que amenaza con desbordarme las lágrimas.

Me siento un niño, un niño que está herido y necesita que lo mimen tanto como sea posible.

-¿Qué le pasó? ¡Cariño! -escucho y entra Kristen corriendo prácticamente inundando la habitación de su fragancia empalagosa- ¡Por Dios!

-No grites, está bien -suelta Isabella antipática- Debe descansar.

-Esta bien, lo cuidaré yo.

-No es necesario que cuides a mi hermano...

-Esta bien, Bella -suelto mirando a mi hermana quien a penas emboza una sonrisa.

-Estaré a fuera por si necesitas de algo.

Asiento y veo como todos se van, menos Feliciana quien se queda un nanosegundo más que los demás, mirándome como si yo le hubiese ocultado que Katherine estaba viva.

Se va cerrando la puerta y cierro los ojos para no llorar. Suena estupido pero es la verdad, tengo tantas ganas de un abrazo...

Pero no un abrazo cualquiera, yo quiero un abrazo de ella.

-¿Qué ha pasado? ¿Qué te sucedió? ¿Por qué no me contestas las llamadas ni los mensajes? Has cancelado todas nuestras citas por trabajar.

-Kristen, no estoy en un momento cómodo como para lidiar con tus reproches. Si te vas a quedar, te pido que guardes silencio, sino déjame solo.

Me callo se golpe, ¿Qué me pasa joder? Voy a llorar ya mismo.

-No hagas esto, es como si avanzara pero luego retrocedo con tu actitud -dice- ¿Qué somos?

Nada.

-No quiero apresurarte ni nada por el estilo, pero necesito saber si estas firmemente comprometido con esto porque sino yo... Seguiré con mi vida -dice fingiendo ser firme.

-En otro momento lo hablaremos bien -digo.

-No, es una respuesta que ya sabes y quiero que me la digas ahora -insiste y me hace doler la herida por sus estupideces.

-Kristen no siento lo que...

-¡Voy a entrar igual! -gritan y...

-¡Ya hay alguien con el! -escucho a Alexa y la puerta se abre de golpe.

El dolor me abraza cuando intento sentarme otra vez pero se desvanece al instante cuando la veo entrar.

Deja el cañón del arma frente a la cara de Alexa quien está roja de rabia pero no baja la vista.

Tú Decides. [#3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora