Capítulo 15.

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CHRISTIANO.

Cena entre cuchillos.

-Lo que me pediste, princesa -aparece mi prima con un traje en una mano y un pequeño vestido en la otra- Tendré que maquillarte ese moretón.

-Déjalo estar. ¿Dónde está?

-La están peinando, se ve muy hermosa -dice feliz- Adoptala por favor.

Me quedo callado quitándome la camisa y colocándome la que me pasa Melanie. Me visto y aplico loción cuando se va, meto dos armas en mi pelvis y entre mi saco.

-¡Mira! -grita y me volteo quedando flechado por la niña que me deja sin palabras.

Tiene un hermoso vestido Violeta que resalta el color anormal y único de sus ojos, se ve radiante con una tiara de diamantes en su cabeza y el cabello semirecogido que le cae en ondas hermosas.

-Como toda una princesa -sonrío y tomo su mano caminando escaleras abajo donde la subo al coche colocando el cinto de seguridad.

-Christiano no la...

-Cállate -la callo cuando aparece- Se lo que hago y a donde la estoy metiendo, no te metas en mis cosas Alexa.

Se queda callada cuando subo el vidrio y arranco hacia la dirección donde debe estar el imbecil de Rinieri.

Conduzco por 10 minutos hasta que veo en tanta oscuridad un coche estacionado.

Freno a su lado y baja el vidrio.

-Te sigo -dice y mira a la niña que extiende su mano y lo saluda- ¿Y esa niña?

-Soy una princesa -dice ella.

-Háblale como tal -le gruño y arranco sin dejarlo hablar, esperando que me siga y lo hace.

Conducimos por media hora, no es cerca la casa privada del presidente, por ende al cabo de ciertos minutos, llegamos a la inmensa puerta con suma seguridad.

Bajo del coche y bajo a la niña que mira anonadada el inmenso palacio que está frente a nuestras narices.

-Vaya dinero los italianos -dice Antoine a mi lado y lo miro.

-Manten la boca cerrada y no te olvides que somos aliados. Porque allá dentro podrás soltar lo que quieras, pero cuando salgamos de allí, te voy a matar.

Asiente y alzo a la niña que rodea mi cuello mirando al francés quien se le descuelga la mandíbula mirando los ojos de la princesa.

-¿Es tú... ?

-Bienvenidos, Don Christiano Garibaldi y acompañantes -habla el portero.

-¿Acompañantes? Soy el líder de la mafia francesa, no soy ningún acompañante -se molesta y suelto a reír cuando las puerta se abren, dándonos la bienvenida.

Dos guardaespaldas aparecen, escoltándonos hacia la entrada de la casa. Tiene buen gusto lo admito, no es mayor que la mía pero es bastante grande.

-Que palacio..

-O el tuyo es una casucha -suelto y me mira mal- Solo digo.

Los seguimos, admiro toda la arquitectura y las cámaras que marcan a cada nada nuestro trayecto. Hay hombres por doquier, no se ven armados pero intuyo que lo están. 

Giorgio Grasso aparece en mi campo de visión, es el primer ministro de Italia y no viene solo, sino con el vicepresidente Massimo Veltroni y el ministro de defensa Carlo Martino.

Pense que era solo el presidente, sin embargo me trago la molestia cuando lo veo luciendo un traje de Brioni, quien fabrica los trajes mas caros del mundo e identifico el buen gusto al instante ya que mi familia es de buenas elecciones.

Tú Decides. [#3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora