Capítulo 16.

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KATHERINE.

Desenmascarar.

Me quedo de pie frente a ella, no me puedo ocultar por mucho que quiera, tampoco podría luchar contra ella, sabe defenderse y lo recordaría siempre.

Mis manos tiemblan, mi cuerpo esta a nada se derrumbarse y miro reiteradas veces a la mujer que la desbordan las lágrimas con los ojos muy abiertos, como si en cualquier momento se desmayaría frente a mi. 

No es posible. Es imposible que estemos aquí. Se reitera mi cabeza, imploro a los dioses que sea solo un mal sueño y que no sea verdad.

Es imposible.

La puerta se abre y por poco no escupo el corazón por la boca cuando es Sam quien entra.

Reaciono lo mas rapido posible cuando se distrae para verlo, no me van a disparar, ella no lo permitiria y tal cosa me deja en paz. 

Me lanzo al suelo y tomo mi arma, disparo bien directo y mato a tus cinco hombres en segundos, corriendo a la ventanilla donde me lanzo como puedo y termino en el balcon de otra habitacion para que Sam no me vea.

Ruedo en el suelo para que no me vea cuando se asoma por la ventana sin embargo no me dejará huir tan facil, por ende me levanto y empiezo a correr escaleras abajo con el arma en alto.

Veo el coche de Isaías y lo abordo, arrancando a toda velocidad muy lejos de aquí mientras mi cabeza piensa en el problema en el que me acabo de meter 

No puede ser.

Las lágrimas caen de mis ojos, todo gira en torno a una cosa, a un secreto, una muerte, una mentira... Apreto el volante mientras lloro y pienso en las mil cosas que mi presencia implica, que el estar viva modifica mil planes, modifica mi vida, la de Sam y sobre todo, la de mi hija también. 

Piso cada vez mas el acelerador, los autos ya casi no se ven cuando los paso por encima con esta velocidad, mis manos apretan cada vez mas el volante, mi vista se nubla, las lágrimas me empapan el rostro y freno de golpe cuando pierdo el control del coche.

Freno hacía un lado de la ruta, mi desespero me lleva a golpear el volante y termino cubriendome el rostro mientras suelto a llorar.

No estoy segura de cuanto tiempo pasa pero el sol ya no esta, esta oscuro y me despierto cuando me doy cuenta que me quede dormida no se en que segundo.

Me limpio los ojos y miro la hora en la pantalla del coche. Mierda, 20:30 p.m

Enciendo el auto y vuelvo por donde venía, debo buscar a Isaías antes.

Conduzco hacía su casa, estoy segura que debe estar allí y por ello conduzco con velocidad hacía el barrio privado que me abre las puertas a penas ve el coche.

Estaciono y me limpio un poco el rostro, tengo sangre seca en mi hombro y en la espalda baja, pienso y debe ser por el impacto de caer al balcon cuando estaba huyendo.

La puerta de su casa se abre, dejándolo a la vista cuando viene corriendo a mi direccion y me abraza levantandome en el aire. Jadeo cuando me apreta de mas y me suelta acariciándome el rostro besándome la frente.

-Pensé que algo malo te había pasado, me asusté -dice y hago fuerzas para no llorar- ¿Qué ha pasado? ¿Quiénes fueron esos matones? 

-Señor -habla Citan mirándome fijo mientras toma el brazo del hombre que aleja de mí. Le entrega el móvil que recibe y comienza a leer.

Sé lo qué lee, se que estoy en un huracán que poco a poco va llevándose mi fachada de mujer normal cuando realmente fui la mujer mas buscada del mundo entero. 

Tú Decides. [#3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora