KATHERINE.
Italia y sus orígenes.
Muevo el pie ansiosa mientras mantengo el arma apuntando la cabeza de Jong quien pilotea la nave mientras Reyes está comiéndose las uñas detrás de mi.
Verona.
El aroma, los colores, el verde y la rusticidad tan característica de aquí me trae nostalgias que tenía ocultas en el fondo de mi corazón.
Trago grueso cuando visualizo la pista de aterrizaje, es demasiado pequeña y me pongo a su lado ayudándolo a bajar la nave sin problema, cumpliendo el objetivo.
Me bajo sin dejar de apuntarnos y Reyes me mira alzando las manos.
-Florecilla mía, ¿Dónde dormirás? Debes buscar una...
-Veré lo que haré, muchas gracias Reyes -beso su mejilla- Te conviene esperarlo y llevarlo de vuelta a Maldivas.
-No me digas lo que tengo que hacer -me gruñe y avanzo posando el cañón entre sus cejas.
-Soy de dar ordenes, no me gusta que reprochen cuando hablo. Más vale que lo lleves porque te voy a buscar y te voy a matar si no lo haces.
No dice nada.
-¿Me entendiste?
Asiente.
-Bien -le meto unos billetes en su bolsillo- Suficiente para ropa nueva.
Tomo la mochila que aferro en mi espalda, subo la capucha de mi chaqueta metiendo mi cabello en la tela para que no se luzca, y subo el cierre de esta que cubre hasta mi nariz.
Guardo el arma en mi bolsillo y comienzo a caminar presa del pánico pero sin titubear.
El aroma a comida casera me revuelve el estómago al punto de que comienza a rugir de hambre.
No estoy para detenerme a comer.
Sigo el rumbo, el día es largo y más cuando no tengo ni idea de donde estarán.
Corto calles metiéndome por atajos que me garantizan velocidad y tiempo, sin embargo, Italia ya no es la Italia de antes.
Un grupo de adolescentes pasa por mi lado, son cuatro para ser exactas y traen a una cría que está aferrada a los brazos de dos por la ebriedad que se carga.
Inmaduros.
Sigo caminando, ignoro la punzada de justicia que me da en el pecho, rodeo la calle y la voz de la cria es la que me hace detener en seco.
No quiero...
No quiero ir...
Habla y retrocedo mirando como la sientan en el suelo apoyando su cuerpo en la pared.
Se ríen entre ellos, hablan en su idioma natal, sueltan insultos como si fuese una golfa y aprieto el paso cuando intuyo lo que van hacer.
-¡Cagna! -grita uno y puedo ver como retrocede tomando envión para patear su cara. Enfermo.
No llego corriendo, no llego ni lanzándole algo por la cabeza y me nubla la visión ver a la cría que luce cabello negro azabache, ojos grises y un cuerpo bastante llamativo.
Mi cerebro me juega una mala pasada, imagino mil cosas por segundo donde mi hija hace parte de todas ellas, de tan solo pensar que podría ser mi hija...
Aprieto el gatillo que suelta el disparo que penetra la cabeza del adolescente que cae muerto al suelo dejando perplejos a sus amigos.
La cria ni se mueve, está drogada o bebió de más pero mi paso los hace retroceder.
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Tú Decides. [#3]
AcakDe las cenizas renace el fuego que levanta al Fénix. Criatura que se conoce como el perdedor, pero que muy en el fondo será el ganador. Arrasó con todos en el pasado, dejando ruinas irreparables en sus imperios. Esta vez no quedarán ruinas, sino cen...