Tú Decides. [#3]

Capítulo 02.

CHRISTIANO GARIBALDI.

Tres años después.

A veces uno se pregunta él porqué de las cosas.

El por qué de las cosas malas, el por qué de las cosas buenas, el por qué de la maldad de la gente y el por qué de la bondad de otras.

Siempre se cree que una persona es buena porque así lo demuestra. Como también hay casos en el que crees que una persona es mala solo porque así lo demuestra, pero no somos concientes de que a veces el verdadero villano se esconde en el cuerpo y la apariencia del bueno, mientras que el héroe está escondido en quien aparenta ser el villano.

Ella era la heroína.

Siempre será la heroína que nos salvó a todos, que arriesgo su vida por nosotros, por mi, por su familia, por su mundo.

La extraño, todos los días lo hago. Me siento pesado, me siento incompleto, me siento inestable, me siento vacío desde que la vi caer por ese acantilado.

Me siento destruido, me siento apagado. Ya nada me levanta, ya nada me hace sonreír, ya nada vale la pena porque desde que murió el amor de mi vida, ya ni despertar por las mañanas tiene sentido.

A veces siento que alucino, que la veo acostada a mi lado, que la siento reír, que la veo bailar, que la veo sonriendo... Pero es ese justo momento en el que estiro la mano, que es cuando desaparece.

Vivo con Niccolo, Alexa, Igor, los mellizos, Feliciana y Arnaldo.

Cada quien hizo su vida después de la muerte de Katherine. Pero Alexa fue quien me sostuvo de la mano y es quien aún me mantiene vivo por fuerza.

Natalie, el calco de la mexicana corre de aquí para allá con la melena rubia que le llega a la cintura. Ríe a carcajadas con un auto de carreras en sus manos, pero Nick, su hermano aparece y se lo quita sin decir nada.

Ambos rubios comienzan a pegarse entre ellos, no me percato de lo que hacen porque simplemente ya no me percato de nada, sino que vivo en mi oscuro, frío y denso mundo de depresión mientras por otra parte, preparo a mi futuro sucesor.

Alexa se sienta a mi lado y me toma de las manos, mientras mis ojos están fijos en los árboles del jardín que se mueven por una brisa.

-Invite a una amiga a cenar esta noche... -dice- Le gustas mucho, Chris. Deberías abrirte..

Sigue hablando, me explica su nombre, su vida y lo que hace, pero simplemente no escucho, porque ahora tengo la habilidad de apagar mi humanidad cuando se me da la gana.

-Don -habla Niccolo y alzo la vista para verlo- Para usted.

Me entrega unas cartas cerradas que con tal solo ver el maldito sello, altera mi cerebro.

Antoine Rinieri.

-Gracias Niccolo.

-¿Qué quiere ese traidor mal nacido? -dice Alexa y la miro- Lo siento, te dejo solo.

Abro la carta, está su sello, una postal de Francia y dos fotografías de una mujer rubia de espaldas, que guarda una navaja bañada en sangre en un bolso.

"Mi querido Don, mis más sinceras condolencias y disculpas por el tiempo pasado. Me presento con el fin de hacer la paz y afianzar nuestras raíces coni nuestros antepasados lo hicieron y como de seguro nuestros sucesores lo harán.
Fue padre hace un año para ser exactos, esperé su visita pero no llego. Sin rencores, invito a la familia Garibaldi al cumpleaños número uno de mi primogénito Philipp Rinieri, el día 22 del mes. Saludos cordiales, Antonine Rinieri."