Capítulo 31.

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KATHERINE.

Incomodidades.

Las cosas están incómodas, Marina al despertar saltó a mis brazos y con toda la molestia, Antonio nos llevó a la mansión donde debo mirar hacia otro lado cada vez que me topo a Alexa.

Tengo una habitación propia donde duerme Sam también ya que su miedo por Christiano aún prevalece.

Come, duerme, se ducha y hace ejercicio en la habitación, no ha salido si no estoy yo y tal cosa también me pone incómoda.

-Te pidió el divorcio -escupe sin más mientras me ató el cabello frente al espejo- Me los dió Antonio, me dijo que te lo entregara personalmente.

Trago grueso.

-Te pide 4 de los 7 días de la semana con Marina, leí todo.

Me muerdo la lengua para contener las punzadas en las costillas que me toman por todo esto.

-¿Se lo vas a firmar verdad?

No se que decir.

No quiero hacerlo.

Me quito la playera y me coloca otra más suelta. Me coloco otros tenis y me volteo para mirarlo pero aparta la vista.

-Quiero volver a Maldivas -gruñe al no recibir respuesta de mi parte- No vendrán ya lo sé, estos días lo he asumido. A demás Marina y tu tienen un palacio aquí.

-Yo también quiero volver Sam.

-Entonces vámonos de aquí -toma mis manos.

-Lo sabe, Sam.

Se queda mudo.

-¿Se lo dijiste tú? -indaga asustado- Mierda mierda... Me va a matar ahora que...

-Nadie va a matar a nadie, ya basta con eso -lo callo- No le dije nada, lo supo porque se hizo una prueba de paternidad, es persuasivo y la edad de Marina despertó sus dudas.

-Katherine, ¿Y qué vas hacer? No nos dejará en paz, vamos a tener que huir, escapar muy lejos de todo esto y...

-Sam no podemos escapar -tomo su rostro- No puedo escapar.

-Si puedes joder, podemos cambiar nuestros nombres, huir a ... Colombia, no lo sé, irnos del país...

Si supiera que Christiano es menos peligroso de lo que soy yo.

-Sam, no es tan facil... Hay cosas que debes saber antes de...

Me mira asustado.

Debo decirle quién soy, enseñarle lo que he hecho y el porqué no es tan fácil huir solamente de Christiano.

Debe saber que Christiano es la puerta más fácil de pasar pero que hay muros inmensos que debemos escalar para huir y más ahora que por mis impulsos, se rumorea que volví de la muerte.

Los golpes en la puerta me salvan de la verdad, abro la puerta encontrándome con Jeremy, el escolta personal de Marina quien mira sus manos cuando lo miro.

-¿Qué sucede?

-Mi señora, Don Christiano la espera en su oficina.

Trago grueso.

-¿Y no tienes idea del por qué? -le susurro y mira el suelo.

-Hay una señora mayor con él, solo eso pude ver mi señora. Con su permiso, me retiro.

Se va sin decirme nada más, volteo a ver a Sam quien me da la espalda mirando por el balcón.

No se como voy a solucionar este problema, cada vez que soluciono algo otra cosa aparece empeorandome aun más.

Tú Decides. [#3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora