Capítulo 14.

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SAM SHADES.

Juntos los tres.

Madrugo como de costumbre, anoche no pude llegar al hotel por la tormenta que se desató, por ende dormimos en una cabaña lo bastante cerca de la mansión donde estábamos.

No se ni porque no podemos ir a es mansión. La señora Petrov dijo que estaba en remodelación.

-Halo... -contesto adormilado y...

-Abre la puta puerta.

La voz.

Me despabilo por completo, los ojos se abren y siento los vellos a flor de piel.

¿Es Katherine? ¿O estoy soñando?

Vuelven a golpear con fuerza.

Me levanto y me coloco la playera, apretoe la botón de la cafetera antes de caminar a la puerta.

Estoy nervioso y no se por qué.

Abro la puerta y caigo al suelo del puñetazo que me sueltan en la mejilla izquierda.

-¡Mierda! -grito y no puedo ni siquiera ver bien pero..

-¡Te llevaste a mi hija sin mi consentimiento! ¡Ni siquiera me lo dijiste! ¡No llamaste! ¡Te voy a matar! -me grita y me levanto corriendo rodeando la mesa.

-¡Tranquilizate!

-¡¿Dónde está?! -truena intentando agarrarme pero retrocedo poniendo una silla.

Parece una pelea de dos niños que corren al rededor de la mesa.

-¡Katherine para!

Sigue corriendo intentando agarrarme, hasta en lanza las frutas que están en el recipiente en el medio de la mesa.

Una banana impacta en mi abdomen.

-¡Ya basta! -grito con todas mis fuerzas y se detiene- ¡¿Estas loca mujer?! ¡Mira mi cara!

-¡Te mereces mucho más que un puñetazo! -me grita como una cabra loca- ¡Te mereces que te parta la cabeza!

-¡Ya deja de gritarme!

-¡Dame a mí hija!

Respiro hondo. Sabia que se pondría así, Marina es todo para ella y más cuando me contó que no podía tener hijos, que nuestra pequeña fue una bendición de Dios.

La comprendo.

Espero que se calme, que respire hondo y lo hace, camina de un lado al otro tocándose el cabello nerviosa, respirando hondo muchas veces.

-¿Más tranquila?

Asiente y se sienta en la silla tapándose el rostro con las manos.

Tengo tantas preguntas en mi cabeza que no voy hacer aún pero...

¿Cómo me encontró?

¿Cómo viajó hasta aquí?

¿Cómo supo que estaba hospedado solamente por hoy en esta cabaña?

Escucho sus sollozos de apoco, comienza a llorar frente a mis ojos y me arrodillo entre sus piernas, acariciando sus brazos.

-¿Tienes idea de lo mucho que me asusté? -me mira con lágrimas en los ojos y me parte el corazón.

Siempre diré que no existe nada más triste y manipulador que ver a Katherine llorar.

Parece una niña caprichosa que quiere algo que no puede tener y que llora porque sabe que se ve hermosamente irresistible para que le den lo que desea.

Tú Decides. [#3] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora