KATHERINE.
Mi niña.
Despierto temprano por la mañana, preparo el cesto con la comida, arreglo su mochila y guardo su ropita dentro por si llega a ser frío.
Aquí nunca se sabe como estará el día, pero las noticias anuncian una gran tormenta que durará días y causará estragos en República de Maldivas.
Miro a la puerta y con cautela guardo el arma entre la ropa de Marina. Me gasté todo mi sueldo en esa pistola, tengo balas únicas, sin embargo, no puedo dormir con los ojos cerrados, debo proteger lo único bueno que tengo y que me queda cueste lo que cueste.
Porque cuando eres entrenada toda tu vida para salvar la vida de otras personas que no tienen importancia para uno mismo, el instinto protector lo llevas en la sangre.
Y teniendo a mi hija, ese instinto está más que activado.
El sol poco a poco aparece y yo sigo sentada en el sofá esperando la hora en la que se despierta mi niña normalmente.
Bebo un poco de jugo de naranja mientras miro entre las cortinas de la ventanilla el grupo de mujeres que se acercan a la casa con bates, ramas y objetos raros.
Golpean con fuerza la puerta y antes que despierten a mi hija abro tapandome con seis mujeres, de mi edad y hasta incluso menos.
-Petrova -gruñe una y la reconozco al instante. Amy Carroll, madre de uno de los imbeciles de ayer- ¿No estás muy grandecita para golpear a pubertos?
-Sí, por qué mejor no te metes con alguien de tus edad -suelta otra.
Aún tengo el vaso de jugo en la mano, solo detallo la estupidez que hablan.
-¿Alguien como ustedes? -espeto y Sam aparece.
-Buenos días, ¿Ocurre algo? -indaga y me mira con cara de pocos amigos.
-Tu maldita perra, golpeó a nuestros hijos ayer por la noche..
-Lo de maldita perra está de más -gruño y Sam me toma de la mano deteniendome.
-Ya basta Katherine..
-¡Ven estupida! -me gritan.
-Si mi hija se llega a despertar por alguno de sus gritos... -articulo y Sam me mira cuando el llamado de mi hija truena la casa.
-Ve a verla.. -me dice Sam.
-Ve tú -escupo- Ahora.
Vuelve a llamarme pero Sam acata mi orden entrando a la casa, dejándome sola con la molestia de que despertaron el sueño de mi bebé y a demás, no me dejaron terminar mi jugo de naranja.
-No quiero problemas, no los deseo y menos en este lugar que es tan pequeño como para no verles las caras -suelto- Quiero paz, mi hija también lo necesita y no..
-Me importa un carajo tu mocosa, deberíamos pegarle como tú lo hiciste con nuestros hijos.
-¡Así mismo! ¡La mocosa ligará todo! -gritan.
Bajo los escalones del porche, adoptando la postura que tanto extrañaba, quemando con los ojos.
-La que le toque un cabello a mi hija, la mato.
Me miran serias.
-Y la mato de verdad -insisto- Porque a mi hija nadie le tocará un cabello nunca.
Se miran entre ellas, parece que esperan que ría pero no es una broma, es una realidad y nunca fui tan honesta en toda mi vida.
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Tú Decides. [#3]
RandomDe las cenizas renace el fuego que levanta al Fénix. Criatura que se conoce como el perdedor, pero que muy en el fondo será el ganador. Arrasó con todos en el pasado, dejando ruinas irreparables en sus imperios. Esta vez no quedarán ruinas, sino cen...