CAPÍTULO VII

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FRANCESCO

Me asombro al encontrar a Anna en mi habitación. Al parecer todo el mundo se ha puesto de acuerdo para entrar aquí cuando no estoy. Primero mi guardaespaldas, Chloe, luego una de mis empleadas, Alessandra y ahora ella.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Pregunto por tercera vez en el día. Ella baja la cabeza tímida y juega con sus delicadas manos.

—Me dijeron que habías llegado y pensé en darte la bienvenida, pero al entrar vi que no estabas.

—Si, es que he tenido que salir varias veces más. —Ella asiente y nos quedamos en un silencio incómodo. El recuerdo de hace dos noches, vuelve a mi mente; su cuerpo pegado al mío, como gimió de placer por mi toque. Intento quitar esa imagen de mi mente y concentrarme en el presente.

—Bueno, ya me voy... De seguro quieres descansar. —Rompe el silencio, y la veo con intención de irse. La agarro del brazo y su mirada va a los ojos, en ese momento olvido lo que quería decir.

No sé que tiene esta mujer, desde la primera vez que la vi en aquel club, no he podido sacarla de mi mente. Algo en ella me llama, tal vez son sus ojos cafés con aquel brillo que no logro descifrar, o su hermoso cuerpo, o su resistencia a mi.

—Iré a darme una ducha y luego saldremos tú y yo de compras, para que escojas personalmente lo que quieres llevar en cada baile.

—De acuerdo. —La suelto y se va de mi habitación.

                          💃🏻💃🏻💃🏻💃🏻💃🏻

Me visto con unos jeans ajustados de mezclilla, una camisa de mangas cortas de color blanco y unos tenis del mismo color. Usualmente siempre me visto de traje por los negocios, pero he de admitir que quiero impresionar a Anna. Llamo a la puerta de su habitación y le digo que la estaré esperando abajo.

Luego de unos minutos de espera, la veo bajando las escaleras. Se ve hermosa, lleva un top de color negro y una ajustada falda blanca, que me hace alucinar con levantarla y hacerla mía en mi auto.

Levanta la mirada y al verme, recorre todo mi cuerpo sin pudor alguno. Se ve asombrada y fascinada, no la culpo estoy muy bueno. Veo como inconscientemente muerde su labio inferior y yo debo apartar la mirada para poder contenerme; ella me pidió que respetara su decisión de que no pasara nada entre nosotros, y lo haré, porque será ella la que vendrá a pedirlo; mientras, yo le demuestro de lo que se está perdiendo.

—¿Lista? —Pregunto al tenerla a mi lado, ella asiente y caminamos hacia mi auto, un Lamborghini negro de último modelo.

—Lindo auto. —Dice al entrar en el asiento del copiloto.

—Por supuesto, tengo un excelente gusto. —Respondo con una sonrisa de superioridad y la veo voltear los ojos.

Arrancó el motor y vamos de camino hacia una de las boutiques más famosas qué hay en Milán. Vamos a mitad de camino, cuando ella rompe el silencio.

—¿Hoy no pondrás a Ed Sheeran? —Volteo a verla y sé que intenta reprimir una sonrisa. Se está burlando de mi.

—Él es genial. —Defiendo.

—Lo es, solo que a ti no te pega. —Responde mientras se encoge de hombros.

—¿Ah si? —La miro con una ceja elevada.

—Umju, pierdes todo tu encanto de hombre rudo. —Suelta una risita y no puedo evitar sonreír.

—Yo no pierdo mi encanto con nada, princesa. —Le guiñó un ojo y su sonrisa se ensancha.

BAILA PARA MI (+18)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora