BAILA PARA MI (+18)✔️

CAPÍTULO XXII

Capítulo dedicado a MalenaChala . Sé que es un momento difícil, pero ten fuerza. Espero que este capítulo te suba un poco el ánimo. 🤍🥰

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LAUREN

Una sonrisa triunfante adorna mi rostro. Todo ha salido según lo planeado; la mansión está destruida en cenizas y no hay victimas, de eso me asegure al dejar la bomba de gas somnífero y enviar a mis hombres a sacarlos para el campo trasero de la propiedad de Alonzo Bianchi antes de detonar el explosivo. Mi objetivo esta logrado, y es que se vaya a vivir con Francesco, así al momento del golpe final los tengo a ambos en el mismo lugar listos para salir en un ataúd.

Solo hubo un pequeño percance que ya prevenía desde antes, y es el atentado contra Francesco en la carretera. Desde que despidió a sus escoltas y guardias de seguridad anda sin protección. Supuse que otro acto como el atentado de la vez anterior podía suceder en cualquier momento, por eso he ordenado a mis hombres seguirlo de cerca para protegerlo.

Ya lo dije antes, si alguien va a acabar con su vida seré yo.

Mi mente me juega una mala pasada recordándome su toque en mi piel, sus besos, sus caricias. El recuerdo de cuándo dijo mi nombre entre gemidos. Se sintió tan jodidamente bien.

¡No! Concéntrate Lauren, tú tienes un objetivo claro y no puede haber sentimientos de por medio.

Una llamada entrante me vuelve a la realidad. Miro la pantalla de mi teléfono "Número Desconocido". Frunzo el ceño y dudo si contestar o no, pero finalmente lo hago.

—Ciao. (Hola) —Respondo y me quedo congelada al oír la voz de la persona que me ha llamado.

—¡A qué no adivinas quién consiguió tu número! —Es él. Respiro profundo, no puedo demostrarle que me afecta.

—En mi opinión tardaste bastante. Esperaba más de ti, Bianchi. —Hablo con burla porque sé que lo hace enojar.

—Lauren, Lauren, Lauren... —Me estremezco al escuchar al voz decir mi nombre, los recuerdos de sus gemidos me desconcentran y maldigo internamente. —Pronto acabará tu jueguito. No sé qué diablos quieres lograr con todo esto, ni el motivo de por qué tanta estupidez, pero una cosa si te advierto... Conmigo no vas a poder, te voy a encontrar dónde quieras que te escondas maldita rata, que no das la cara a menos que sea bajo los efectos del alcohol y las drogas. —Sus hirientes palabras cargadas de odio logran formar un nudo en mi garganta.

¿Pero qué rayos me pasa?

—Me alegro que me busques, ya se me estaba haciendo demasiado aburrido esto de atacarte tan fácilmente. Quizás tengas suerte y te deje encontrarme, y así de paso repetir todo lo que sucedió aquella noche en el motel.

—No sucedió nada esa noche, yo nunca te tocaría o te desearía, me das asco. —Espeta furioso y mis carcajadas no se tardan en llegar.

—Ay Francesco, lamento decirte que sí me deseas, me deseas mucho; tanto así que a pesar de ver mi rostro y saber que te he causado todo este daño, fuiste tú el que me besó y me quiso follar en el piso de los pasillos del motel sin importarle nada ni nadie. Fuiste el que me pidió que te dejara entrar en mí solo por esa noche, sin importarte que olvidaras todo al día siguiente... Y fuiste tú el que me susurraba en la madrugada que no me fuera de tu lado.

La línea se queda en silencio unos segundos que se me hacen eternos, y quisiera poder ver su rostro en estos momentos.

—Sé que fuiste tú la causante de la explosión en la mansión y los atentados. —Cambia el tema.