CAPÍTULO XVII

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Este capítulo va dedicado a mis corazoncitos blancos 🤍 Mis hermosas lectoras que me han dado ánimos y alegrado mis días. Sobre todo a mis hermosas @Vadalagh @yoselinalejandrarami y @Atheneacuapio2003

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ANNA

Despierto y siento unos brazos sobre mi cuerpo. Volteo la cabeza y veo a Francesco a mi lado, abrazándome y con su rostro a unos milímetros del mío. Puedo sentir su respiración calmada; se ve tan frágil, tan inocente. Sabrá Dios que habrá hecho para que hayan intentado matarlo en la carretera.

Me levanto con cuidado de no despertarlo para ir a mi habitación, pero fallo estrepitosamente al chocar con sus pies. Él abre los ojos perezosamente, y al verme sonríe.

Mierda, que sonrisa más tierna.

Con sus brazos me aprieta más contra él y besa mi frente, para luego quedarse en esa posición; diría que es incómoda, pero realmente es muy acogedora.

—Buenos días. —Susurra en mi oído. Su voz sale ronca y adormilada, y rayos que suena sensual.

—Buenos días. —Susurro contra su cuello.

Intento separarme un poco luego de unos minutos, pero me detengo al sentir algo en mi abdomen bajo. Siento que ríe por lo bajo y muerdo mi labio inferior para no reír también.

—Creo que alguien despertó también. —Digo y aparto un poco la cabeza para verlo a la cara.

—Es imposible no hacerlo contigo tan cerca. —Responde con una sonrisa pícara, mientras con una de sus manos agarra una de mis nalgas y las aprieta pegándome más a su cuerpo.

—¿Ah sí? —Pregunto a la vez que elevo uno de mis pies y rodeo su cintura, mientras me restriego hacia arriba y abajo contra su entrepierna. Él suelta un gruñido de placer y, sin esperar un segundo más, me besa.

Su boca devora la mía con agresividad, con deseo, y me mojo de solo sentir su lengua saborear la mía. Con sus manos me impulsa hasta quedar encima de él a horcajadas y sigue apretando mi trasero sin dejar de besarme.

¡¿Dios, por qué este hombre besa tan bien?!

Bajo mis labios hasta su mentón y lo muerdo suavemente, a lo que él suelta un ronco gemido. Sigo por su cuello, lamiendo y succionando con deseo su piel. Sus manos viajan por mi cintura, hasta llegar a mi cuello, quemando cada centímetro de mi piel a su paso; enreda sus manos dentro de mi cabello por mi nuca y lo hala con brusquedad, pero no tan fuerte que llegue a doler, sino que me deja más caliente. Me muevo encima suyo, creando una deliciosa fricción contra su erección, a lo que ambos gemimos extasiados. Se sienta en un rápido movimiento y vuelve a besar mis labios, mientras se mece desde abajo para más deleite de mis movimientos.

Se deshace de mi blusa para luego hacer lo mismo con mi sujetador. Con una de sus manos agarra uno de mis pechos y los aprieta a su gusto; deja pequeños pellizcos en mi pezón, que me hacen perder la cordura aún más. Su boca baja al otro y lo chupa con gusto, a la vez que deja suaves mordidas en él, y siento que no puedo más con las ganas de que me haga suya.

—Francesco... —Gimo a la vez que halo su cabello fuertemente, descargando en él todo el deseo.

—¿Qué es lo que quieres, nena? —Dice con la voz ronca para luego morder mi labio inferior y apretarme más contra su entrepierna.

—A ti... —Susurro con la voz cargada de placer.

—¿Me deseas? —Sus ojos negros están más oscurecido aún. Son como el mismo abismo, y yo entera caigo en él.

BAILA PARA MI (+18)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora