BAILA PARA MI (+18)✔️

CAPÍTULO IX

ANNA

Vuelvo al salón al no encontrar a Chloe; busco a Francesco con la vista, pero no lo veo, así que decido ir a la mesa de los bocadillos, y probar las delicias que debe haber. Al llegar, veo qué hay caviar y otros platillos que no conozco pero se ven ricos. Comienzo a comer, concentrada en el sabor de cada uno, cuando una mano se posa en mi hombro. Volteo para ver quien es, y al hacerlo me sorprendo.

—¡Emiliano! —Exclamó asombrada al verlo, él me sonríe ampliamente y me abraza con fuerza.

—Amore mio, ¡quanto tempo! (Amor mío, ¡cuánto tiempo!) —Nos separamos un poco, pero él aún mantiene sus manos en mis hombros y la sonrisa en el rostro. —Sei belliissima. (Estás muy hermosa)

—Grazie caro. (Gracias querido) —Le sonrío de vuelta. —E sei bello come l'ultima volta. (Y tú estás igual de guapo que la última vez.)

—¿Viniste con tus padres? —Pregunta ya, en inglés.

—No, yo... —Antes que pueda decir algo más, Francesco aparece a mi lado y su expresión de enfado es más que notable. Coloca una mano en mi cintura y se dirige a Emiliano sin mirarme.

—Emiliano. —Saluda, y la tensión puede palparse en el ambiente. —Veo que ya conoces a mi novia, Anna.

Un momento... ¿Qué? ¿Novia? ¿Cuándo pasó esto, que yo no me enteré?

Emiliano me mira confundido, y yo trago saliva; abre la boca para hablar, pero vuelve a cerrarla y sólo asiente con la cabeza.

—Sí, nos conocemos, él y yo éramos amigos cuando estuve viviendo aquí. —Respondo rápidamente. Bueno... la verdad es que fuimos más que amigos, digamos que nos dimos "cariño" en varias ocasiones.

—Ya veo. —Dice mi jefe con firmeza y las cejas fruncidas. Miento si digo que no me pone verlo así. —Con tu permiso, venía a sacar a mi novia a bailar. —Me empuja hacia él y me arrastra disimuladamente hasta la pista de baile.

La melodía es lenta, así que coloco los brazos alrededor de su cuello, y él hace lo mismo con mi cintura. Nos movemos al ritmo de la canción, mientras intento evitar su mirada.

—Tu amigo ¿eh?. —Lo miro y alzó una ceja.

—Tu novia ¿eh? —Respondo y veo que desvía la mirada. —¿Cómo así que soy tu novia? Yo no estaba enterada de eso. —Bromeo, ya que lo noto incómodo y no quiero hacerlo sentir peor.

—Solo lo dije porque viniste conmigo, aquí todos piensan que eres mi novia y no quiero que piensen que andas coqueteando con otro por ahí. Además, vi como te miraba, no me trago eso de que eran amigos.

Levanto la vista y mis ojos se encuentran con los suyos; son tan negros que parecen un abismo, uno en el que no me molestaría caer. Vuelvo en mí y respondo.

—En primer lugar, no estaba coqueteando, y en segundo, si éramos más que amigos o no, no es de tu incumbencia. —Su mandíbula se tensa, y su rostro se vuelve serio.

—Tienes razón. —Es lo último que dice antes de irse y dejarme sola en medio del salón.

¿Está molesto por lo que dije? ¿Fui demasiado brusca?

El resto de la noche, nos mantenemos distanciados, solo me acerco cuando me llama para presentarme como su "novia". No sé con qué objetivo lo hace, pero tampoco es que me interese; no me molesta la idea de que piensen eso, así las chicas que no dejan de comerlo con la mirada, se mantienen al margen.

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Llevo toda la mañana en la cocina con Stella y Alessandra, a ellas no les gusta que esté ahí trabajando, pero a mi me gusta mucho cocinar. Estamos sentadas mientras tomamos jugo, cuando entra mi jefe a la cocina, su expresión es la misma que tiene desde anoche, de mala hostia. No me habla, no me mira, y me siento mal por haberle hablado así ayer.