CAPÍTULO XXIII

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FRANCESCO

Ha pasado una semana desde que comencé la búsqueda de Lauren. Una semana perdida porque no hemos encontrado nada. Todo este tiempo he estado vigilando a Chloe y Anna, pero ninguna actúa de forma sospechosa; tampoco he encontrado nada en sus pertenencias que pueda usar para incriminarlas.

Por otro lado, Lauren no ha hecho ningún movimiento y eso me tiene al borde de la locura. Sé que tanta tranquilidad solo augura un desastroso futuro.

Sé que esta es la calma antes de la tormenta.

Camino hacia la habitación de Chloe, que aún no se recupera por completo. Me detengo a unos metros al ver a Anna entrar a su habitación, y se me hace raro, pues ellas no se toleran. Con cuidado de no hacer ruido, camino hacia la puerta y me asomo un poco.

—¿Qué haces aquí? —Le pregunta Chloe que estás acostada mientras ella la observa parada a un costado de la cama.

—Me parece que este teatro ya debe parar. ¿Hasta cuándo piensa quedarte aquí? —Dice Anna con frialdad.

—¿Sí estás ciega o no ves que estoy herida? —Bufa Chloe.

—Yo sé perfectamente que ya estás más que recuperada. ¿Qué tramas, eh? —Se va acercando a ella.

—No tramo nada, solo me recupero para luego irme.

—Yo sé que fuiste tú. —Frunzo en ceño al escuchar a Anna.

—No sé de que hablas. —Se excusa Chloe, y Anna se lanza a agarrar su blusa con agresividad.

—Sé que eres tú quién está intentando hacerle daño a Francesco, pero que sepas que no lo lograrás, porque yo no voy a permitirlo. —Gruñe sin soltarla. Y yo no puedo moverme.

¿Será cierto? ¿Chloe?

—¿Estás delirando tú? No he hecho nada. —Intenta soltarse de su agarre.

—Oh vamos, me dirás que una guardaespaldas entrenada como tú, no puede disparar mientras está en movimiento. Te dejaste herir cuándo invadieron la mansión, aún cuándo seguramente tendrías dónde ocultarte... A mí no me engañas Chloe, y te advierto desde ya... Un solo movimiento que vea y no me voy a contener de vaciar el cargador de mi Glock en tu feo rostro.

La suelta con rabia y camina hacia dónde estoy. Rápidamente me escondo detrás de una de las columnas y veo como se va por los pasillos hasta encerrarse en su habitación. Me quedo unos minutos quieto, sopesando todo lo que dijo ahí dentro. Ella piensa que es Chloe, por tanto no hay manera de que sea Lauren, no después de escuchar como la ha amenazado de muerte. Y joder, debo admitir que escucharla así me ha excitado.

Decido no entrar a ver a Chloe cómo tenía pensado, y voy hacia la habitación de Anna. Toco antes de entrar y escucho un "adelante" desde dentro.

Abro la puerta y me quedo anonadado antes la imagen que veo. Si antes estaba excitado ahora lo estoy más. Anna está en ropa interior de camino a su baño. Voltea a verme y sonríe un poco.

—¿Así recibes a todo el que quiera entrar a tu habitación? —Su sonrisa se ensancha más con mis palabras.

—Pensé que sería Stella. —Yo avanzo hasta su lugar y paso mis manos por sus brazos con delicadeza. Su suave piel se eriza bajo mi toque y me encanta saber el efecto que tengo en ella.

La miro a sus ojos color miel y luego sus labios. Veo como los relame inconscientemente y las ganas de besarla aumentan aún más. Ella pasa sus brazos por mi cuello y se inclina hacia arriba, dejando un pequeño beso en mis labios.

BAILA PARA MI (+18)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora