'Shadows of Deceit'

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Louis se encontraba en la cocina, aún aturdido por la llamada inesperada. La voz de la mujer resonaba en su mente, y cada vez que intentaba recordar el tono o las palabras, un nudo se formaba en su estómago. Niall, que había llegado rápidamente al hogar de Louis tras recibir su llamada urgente, le ofrecía un café para ayudarle a calmarse.

—Louis, ¿estás seguro de que escuchaste bien? Tal vez solo era un malentendido —sugirió Niall, intentando ofrecer consuelo.

Louis agitó la cabeza, incapaz de encontrar las palabras adecuadas. Era difícil de creer que Harry pudiera hacerle esto, pero la realidad se aferraba a su mente como un tenaz parásito.

—No, no puede ser —murmuró Louis—. Harry me ama.

Niall le dio una palmada en la espalda, comprendiendo la tormenta de emociones que enfrentaba su amigo. La situación no era sencilla, y sabía que Louis merecía respuestas.

—Tienes que confrontarlo, Lou. No puedes quedarte en la oscuridad.

—Lo sé, pero es complicado. A veces siento que tengo la confianza ciega en él, y no quiero que eso me haga ver cosas que no son reales —respondió Louis, mirando por la ventana, donde los niños jugaban en el jardín.

Niall se acomodó en la mesa, observando a su amigo. —La confianza es fundamental, pero también es importante estar alerta. Te conozco, Louis, y sé que a veces te cuesta ver las cosas desde una perspectiva diferente.

—Es que no quiero pensar mal de él. No quiero que esto afecte lo que tenemos —dijo Louis, sintiéndose dividido entre la lealtad a su esposo y la preocupación que lo carcomía.

Niall suspiró, entendiendo la difícil situación. —Solo asegúrate de hablar con él. Si hay algo más, debes saberlo. Lo que sea que descubras, al menos te permitirá tomar decisiones informadas.

Louis asintió, pero su mente seguía atormentada por la voz de la mujer en la llamada. —Gracias, Niall. De verdad. A veces siento que estoy en un torbellino y tú eres la única persona que me mantiene a flote.

—Siempre estaré aquí para ti, amigo. Y recuerda, no estás solo en esto —dijo Niall, dándole un ligero golpe en el hombro.

Justo en ese momento, el sonido del motor del coche de Harry resonó en la entrada. Louis sintió una punzada en el corazón. El momento de la verdad estaba a punto de llegar. Con un suspiro profundo, se levantó de la silla y se dirigió a la puerta, decidido a no dejar que Harry se saliera con la suya.

Harry entró con una sonrisa, cargando algunas bolsas de supermercado.

—Hola, amor. ¿Estás listo para el almuerzo? —preguntó, ignorando la tensión palpable en el aire.

Louis frunció el ceño, tratando de no dejar que sus sentimientos lo dominaran. —Sí, claro. ¿De dónde vienes?

—Fui a comprar algunas cosas. Necesitábamos más ingredientes —respondió Harry, colocándose a un lado para que Louis pudiera ver las bolsas.

Louis respiró hondo, sintiendo el fuego de la sospecha arder dentro de él. —Harry, necesito que seas honesto conmigo.

La atmósfera cambió al instante. Harry frunció el ceño, sorprendido.

—¿De qué hablas, Lou?

Louis se cruzó de brazos, su determinación solidificándose. —Ayer, en la llamada... escuché a una mujer. ¿Quién era?

Harry tragó saliva, y por un momento, Louis pudo ver un destello de preocupación en sus ojos. Pero rápidamente lo cubrió con una sonrisa que no llegó a sus ojos.

¿Adonde Van Los Corazónes Rotos, Harry? (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora