Danna siempre había sido una mujer de ambición desmedida. Desde pequeña, soñaba con un futuro brillante, lleno de glamour y éxito. La vida en su familia no era fácil; su madre, una artista frustrada, siempre le repetía que debía luchar por lo que quería, mientras que su padre, un hombre de negocios, estaba más preocupado por el dinero que por la felicidad. Creció aprendiendo a manipular y a utilizar su atractivo para conseguir lo que deseaba.
Cuando llegó a la universidad, Danna se encontró con un mundo de oportunidades. Era el centro de atención: su belleza la hacía destacar entre sus compañeros. Pronto, descubrió que su atractivo no solo era físico; tenía una habilidad innata para hacer que los hombres se sintieran especiales, deseados. Conoció a varios jóvenes influyentes, pero había algo en Harry que la fascinaba más que los demás.
Harry era diferente. Era un hombre apasionado, dedicado a su familia y con un futuro prometedor en el mundo empresarial. Danna se sintió atraída por su confianza y la forma en que trataba a su esposa, Louis. Al principio, se acercó a Harry como parte de un proyecto en común, una colaboración profesional. Pero a medida que pasaban más tiempo juntos, Danna se dio cuenta de que quería más que solo una relación laboral.
Se volvió astuta en su cortejo, creando situaciones en las que quedaban a solas. Danna comenzaba a coquetear con él, aprovechando cada oportunidad para acercarse un poco más, rozando su brazo al hablar o dejándole caer alguna insinuación. Harry, aunque comprometido, no podía evitar sentirse intrigado por ella. Danna era todo lo que él no era: atrevida, libre y, sobre todo, seductora.
Con el tiempo, las interacciones se volvieron más íntimas. Danna había cultivado una imagen de mujer segura y poderosa, capaz de obtener lo que quería. Utilizaba sus encantos para hacer que Harry se sintiera especial, diferente. Sabía que su relación con Louis no era perfecta, y Danna se lo recordaba constantemente, insinuando que él merecía algo más, algo emocionante.
La primera vez que compartieron un momento íntimo, Danna se sintió como una reina. Harry era apasionado y, aunque sabía que estaba traicionando a Louis, Danna le ofrecía una forma de escape. Una forma de olvidar la rutina y las responsabilidades. A partir de ese momento, Danna decidió que no había vuelta atrás; se obsesionó con Harry y estaba decidida a mantener su atención.
Para Danna, la relación se volvió un juego. Cada encuentro se sentía como una victoria personal, y ella disfrutaba de la forma en que Harry se abandonaba a sus deseos, incluso si sabía que esto significaba arruinar una familia. No le importaba. Danna anhelaba la emoción de lo prohibido, y Harry se había convertido en su mayor trofeo.
Ahora, sentada en su elegante apartamento, Danna se preguntaba cuánto tiempo podría continuar este juego. Había seducido a un hombre casado y había logrado que él quisiera más de ella. Pero sabía que no podría detenerse. Harry la había llevado a un mundo de placer y deseo, y ella estaba decidida a mantenerlo a su lado, incluso si eso significaba destruir la vida que había construido con Louis.
La idea de que Harry dejara a su familia la emocionaba. Con cada mensaje y cada encuentro, Danna tejía un lazo más fuerte entre ellos. Sabía que tenía que ser astuta, que debía mantener a Harry bajo su influencia. Y mientras más se acercaban, más se convencía de que, al final, él terminaría eligiéndola a ella.
La noche anterior, mientras Danna pensaba en Harry, recordaba las veces que había utilizado su encanto para atraerlo a su mundo. Era como un juego de ajedrez, y ella estaba decidida a ganar. Cada paso que daba era estratégico, cada conversación cuidadosamente calculada. Sabía que Harry había estado luchando con sus sentimientos de culpa, pero ella estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para que él se sintiera atrapado en su red.
Danna no podía evitar sentirse emocionada por lo que había construido con Harry. Sabía que él la veía como una escape, un lugar donde podía ser él mismo, lejos de las exigencias de la vida familiar. Sin embargo, había algo más profundo que la atracción física; Danna disfrutaba el poder que tenía sobre él. Era como si cada susurro, cada toque, lo llevara más lejos de su realidad, más cerca de ella.
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¿Adonde Van Los Corazónes Rotos, Harry? (Editando)
FanfictionLouis Tomlinson, un omega de ojos azules tan profundos como el océano y de belleza inigualable, ha dedicado su vida a ser un devoto esposo y madre desde su matrimonio con Harry, su alfa. Juntos han formado una familia con dos hijos, Andrew y Athenea...