Capitulo 8

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Entre sueños escuché como la puerta de mi habitación se abría de golpe, lo que me obligó a abrir los ojos enseguida

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Entre sueños escuché como la puerta de mi habitación se abría de golpe, lo que me obligó a abrir los ojos enseguida.

Ante mi vista borrosa me encontré con una Yam bastante enojada.

—Dime que Selen no es la razón por la que quieras quedarte —demandó cortante mientras se acercaba a mi con demasiada rapidez.

—¿De que hablas? —pregunté excusándome. No sabía de qué iba todo esto, solo sabía que tenía sueño y quería dormir.

—Ayer por noche lo vi bajar de las escaleras del fondo con una botella de ron en la mano, después se metió a un cuarto y al salir se quedó sentado frente tu puerta hasta que se durmió. Me levanté temprano hoy y seguía ahí hasta que lo moví y se fue —Finalizó mirándome. Estaba esperando una explicación. Se quedó de pie como esfinge y si tenía planeado ignorarla no serviría de nada.

—No se de qué hablas —cerré mis ojos para después tocarme la frente. —Lo que él haga a mí no me importa, el tiene sus asuntos y yo los míos Yam.

—He visto como te mira Marli, no hace falta ser adivino para saberlo.

—Podrás suponer cuánto quieras pero te recuerdo mi propósito: "vine aquí por mi padre" y el que el me mire de manera diferente a ustedes a mí me da igual —fui lo bastante firme para que le quedará claro mi propósito, sus suposiciones eran ciertas y el ayer me lo había dicho pero mis intensiones eran diferentes y eso no cambiaría.

Yam trato de articular palabra alguna pero cada vez que trataba de hablar cerraba su boca enseguida y después de unos cuantos momentos salió de mi habitación algo molesta.

No me moleste en seguirla, tan solo me deje caer en mi cama dispuesta a seguir durmiendo, no obstante y de la nada la habitación se iluminó dejando entrar la luz del sol, aquello indicaba que aquellos huecos habían aparecido de nuevo.
Aún me sorprendía el mecanismo que la casa tomaba en los días y las noches.

Sin otra opción me levanté de la cama aún con mi camisón puesto y me dirigí hacia la que se suponía que era la habitación de Jolich, no me tomé la delicadeza de tocar la puerta y entre a la habitación.

Ella estaba de pie frente a un espejo terminando de acomodarse un atuendo parecido a el de ayer.
Le basto unos segundos para percatarse de mi presencia.

—No te han enseñado a tocar antes de entrar a una habitación Estrella —musitó mirándome por el reflejo del espejo —¿Qué quieres?

Pase por alto su primer comentario y  hablé:

—Partiremos a Said ahora ¿verdad? Si es así estoy lista.

Espere una respuesta por parte suya, una afirmación para ser más precisa, por el contrario, solo me miró para después seguir vistiéndose.

—Espero que cumplas con tu palabra, si mal no recuerdo ayer dijiste...

—Se lo que dije —me interrumpió, se giro y se acerco hasta mi, cuando se aseguró estar lo suficientemente cerca siguió: —No tienes porqué preocuparte si es eso. Iremos a Said pero antes habrá que saber cómo escapar —quise preguntar a qué se refería con escapar pero justo en ese momento agrego: —No puedes ir sin haber digerido la verdad, es por eso que antes de irnos yo misma te contaré todo.

Me miraba fijamente mientras me decía aquello.
Olvide por completo lo que quería preguntarle momentos antes y solo puede pensar en aquella verdad.

Siempre supe que la respuesta más sincera se leía en la mirada de la gente.
Ella tenía unos hermosos ojos verdosos y a pesar que a cualquiera le podrían resultar calmantes y llamativos, a mí me provocaban escalofríos por qué muy en el fondo veía agonía, sufrimiento y venganza.

—Despierta a las otras dos. —Parpadee unas cuantas veces obligándome a salir de mis pensamientos —Espérenme en el pasillo
—ordeno y yo asentí

Salí de su habitación. Regrese a la mía, me cambié de ropa e inmediatamente hice lo que Jolich me había pedido.

Una vez todas reunidas en el pasillo, la Bosco salió de su habitación y nos hizo entrar a la última de este.

Esta era en su totalidad fría pero muy espaciosa.
Los muebles, incluidos la cama estaban tapizados de polvo, como si no hubieran entrado en ella por mucho tiempo aunque todo estaba en perfecto orden.

—Se siente extraño —susurro Vash tras de mi.  Asentí.

Una vibra extraña podía percibirse mientras caminábamos por la recamara. Incluso Jolich pudo sentirla, se notaba extraña mientras pasaba su mano repetidamente por su cuello.

Aquello me hizo pensar:
¿Qué es lo que la pon]e tan nerviosa? Posiblemente sea está habitación y si fuera así ¿A quien pertenecía?.

No era una adivina o cazarrecompensas eso estaba claro, era la hija de uno de los consejeros más importante como Eris del pueblo, pero incluso no siendo algo de eso el misterio me atraía.

—Tenemos que pasar desapercibidos y para eso tengo la ropa perfecta. Dentro de ese armario la encontrarán —señalo aquel mueble de madera —,utilícenlo. Las espero en diez minutos abajo —Fue todo lo que dijo antes de que saliera de la habitación.

Me acerque hasta el gran armario y lo abrí de par en par.
Tanto Vash como Yam quienes se distraían mirando la habitación se acercaron hasta mi en cuanto la abrí y el asombro se impregnó en su rostro.

—Estos son...

—Si. Uniformes de guardianes —afirme tomando uno.

Aparte de los varios vestidos largos y en varios tonos de color, había uniformes de guardianes.
Estos eran muy importantes y distinguidos de entre todos nosotros.
Al igual que los escoltas para el rey en los humanos. Estos se encargaban de mantener el orden en cada ciudad importante, evitando así: peleas, entradas y salidas de traidores.
Estos no solo destacaban por su cargo tan importante si no que así mismo se destacaban por su increíble manejo de dones llegando a igualar en varias ocasiones a los propios lideres de cada región.
Sus uniformes eran igual de impresionantes que sus habilidades y sus colores tan brillantes y llamativos los hacían destacan aún mas.

Vash, Yam y yo tomamos uno.

—Nunca creí tener uno de estos —dijo Vash emocionada sosteniendo el traje en manos mientras sonreía.

—Creo que nadie —afirme sonriente sosteniendo el traje negro con algunos toques blancos.

La tela de todo el atuendo se percibía muy fuerte pero tampoco sería imposible de penetrar.

Era increíble. Todo el atuendo gritaba perfección pura. Pero sin duda lo que llamo más mi atención fue la enorme capa que cubría todo el traje dándote así un aire misterioso.

Sin más corrí a mi habitación y me lo puse.

Al estar las tres listas bajamos las escaleras y en efecto Jolich se encontraba sentada en un silla cerca de la mesa, con una seña nos indico seguirla hacia fuera de su casa, por primera vez después de dos días vi la realidad de la neutral.

Era extraño ver tantos colores de cabello como de ojos combinados en tantas personas, algunos nos miraban sin mucho interés, por el contrario otras mantenían sus miradas fijas en nosotras.

Le dimos la vuelta a la casa.

Había un pequeño establo de caballos, con algunos costales de pastura a un extremo de ellos. La madera se veía algo deteriorada pero aún podía aguantar unos cuantos meses más. Eran cuatro corceles; un blanco, dos negros y un café, todos hermosos.

Jolich se acerco hasta uno de ellos y este al momento de conocerla se dejó acariciar por ella.

—Son de mis hermanos pero los tomaremos prestados. Selen es quien los cuida —dijo aún acariciando a otro de ellos.

—Supongo que saldremos —cuestione después de unos momentos.

Asintió. Jolich abrió la puerta del establo se introdujo dentro de este y de una manera extraña los caballos comenzaron a salir uno por uno, se quedaron frente a nosotras. Eran inmensos, demasiados altos para nosotras.

—Saldremos a dar un recorrido, también me servirá para conocer sus habilidades.

¿Un recorrido?. Tenía que estar bromeando, ella misma lo había dicho, tenía el tiempo contado y ¿se detendría para darnos un recorrido?. Era absurdo.

—Creí que tu prioridad era ir a Said.

—Y así es pero ahora mismo no puedo irme sin que me lo impidan.

Trate de calmarme, así que guardé silencio. No tenía que armar un espectáculo. Ahora tenía asegurada la verdad, solo me faltaba la venganza.

—Antes de marcharnos hay alguna duda o pregunta que no tenga que ver con lo que está pasando —Hablo Jolich de nuevo y aunque no me lo dijo me miró directamente, supongo que aquello estaba dirigido para mí.

—¿Selen ira con nosotros? —pregunto Yam quien se encontraba a un lado de mi.

—Si quieres saber por qué no está presente justo ahora, es por qué está en su habitación descansando pero descuida cariño podrás verlo en el entrenamiento más tarde
—respondió en tono sarcástico mientras sonreía. Yam por su parte rodó los ojos cruzándose de brazos.

Vash quien se encontraba justo del otro lado mío estiró su mano alzándola como toda una niña pequeña indicando que tenía alguna duda.

—¿De quien era la habitación y por qué tenía estos trajes? —Puntualizó tocando su capa.

—Muy buena pregunta... Esos uniformes son de mis hermanos, hace mucho tiempo que no los usamos y la habitación le pertenece a Áurea —hizo una pequeña pausa y antes de que preguntáramos quien era dijo: —Aurea era la hija mayor del líder de los Bosco, Arch.

Me tarde unos segundos después de Vash y Yam en captar aquella confesión que me había tomado por sorpresa.

Mi enemigo estaba más cerca de lo que creía o al menos parte de el.

—Quieres decir que iremos a rescatar a la hija de un asesino... por qué de eso se trata ¿No?... un viaje suicida —protesto Yam acercándose a ella lentamente.

—El que ella sea hija de el, no significa que tenga la misma mente retorcida que su padre. No todo hijo es la copia de un padre y ustedes deberían saberlo mejor que nadie
—la señaló —Ella nos salvó de él aún sabiendo las consecuencias que eso le traería, dio su vida por algo que creía justo incluso para ustedes. Por lo tanto, niña, si no conoces a una persona evítate el comentario —la amenazó. Camino hasta Yam, justo de la misma forma en que mi amiga lo había echo.

La rivalidad en ambas era innata. Podía decirse que con tan solo una vez que ambas  se hubieran visto, ya se odiarían. 

Dark truths (Oscuras Verdades)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora