Capitulo 15

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Said parecía el lugar más tranquilo

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Said parecía el lugar más tranquilo.

Las casas comenzaron a notarse unos cuantos minutos después. La gente con las que nos topábamos nos sonreía como si la conociéramos desde hace mucho, incluso creí que nos habíamos equivocado de lugar o algo así.

Las casas eran de lo más sencilla posible, nada en comparación a Milos o a la Neutral.
La naturaleza reinaba en el lugar.

Nuestro plan era muy "sencillo" a decir verdad, entraríamos a la fortaleza, salvaríamos a los amigos de Jolich y saldríamos del lugar para poder escapar a el bosque donde esperaríamos a Dalian para poder atacar junto con ella.

La gente comenzó a hacerse más habitual conforme fuimos avanzando.
Ningún guardián cerca, ningún guardián vigilando a la gente o algo así, absolutamente toda la gente que nos miraba nos sonreía.

Quería ser susceptible y pensar que solo era imaginación mía pero algo no andaba bien.

Había mucha gente transitando el centro de Said, al parecer había algo de comercio, algunas mujeres anunciaban su producto como lana y telas de distintos colores mientras que otras simplemente observaban o compraban.

Me acerque sutilmente hasta Jolich y le susurre al oído:

—También lo notas ¿Cierto?

Asintió lentamente al mismo tiempo que le sonría a una señora que le había sonreído.

Mire a mis alrededores disimuladamente tratando de encontrar alguna falla pero sin duda se habían organizado tanto en ello que todo parecía normal.

Por otro lado Vash nos hacía ver a nosotros tres como simples turistas en un pueblo al que nunca habíamos ido.
Ella era la distracción perfecta.

—Vash trata de no alejarte mucho —me ignoro por completo y siguió mirando de puesto en puesto en busca de algo que la atrajera. Suspire. Tenía que cuidarla, tenía que proteger esa sonrisa. Solo esperaba que ella supiera que esto no era normal.

La gente comenzó a intensificarse que incluso se me estaba siendo difícil seguir adelante, había perdido de vista a Selen y Jolich. No cabía duda que nos estábamos acercando hasta el centro donde según Jolich ahí estaba la guarida de Arch.

Un pequeño grupo de niños salió disparado en mi dirección y en un intento por esquivarlos caí junto con uno de ellos.
Me levanté casi al segundo de haber caído, mire un todas direcciones tratando de no perder de vista a Vash y me alivie al saber que se encontraba no muy lejos de mi, no obstante cuando mire hacia abajo en busca del pequeño que había caído conmigo, este mi miraba casi perplejo, enseguida y por inercia mire hacia dentro de mi capa y me di cuenta que sobresalía el mango de mi espada.

—Tranquilo —le susurre. Me acerque hasta el y le indique que no hiciera ruido y el solo negó con su cabeza. Trate de ayudarlo a incorporarse de nuevo y una vez más se negó bruscamente. Quise creer que se debía a el que había visto mi arma y que posiblemente creía que le haría daño, sin en cambio y como si dudará de que alguien lo mirara se acercó a mi y fingiendo sostenerse de mi capa para poder levantarse me susurro en el oído:

—Tienes que irte... haya arriba.

Después de esa pequeña advertencia el niño salió corriendo con una gran sonrisa, como si nunca me hubiera dicho aquello.
Una especie de nerviosismo cruzó por todo mi cuerpo. Esto sin duda era una trampa.

Lo siguiente que pasó fue demasiado rápido.

Mire hacia arriba y en los tejados de las casas altas había hombres apuntado con arcos. Apenas tuve tiempo de pensar razonablemente una flecha paso justo a mi lado incrustándose en la pierna de una extraña frente a mi.
El grito ensordecedor cargado de pánico puso a todos alerta y comenzaron a correr.
Los guardias sobre las las casas comenzaron a disparar sin importar si le daban a su gente o no.

Corrí entre la gente.

Era como ir contra corriente, todos iban en dirección contraria a mi por lo que se me era difícil ver dónde estaba alguno de los chicos. En solo cuestión de segundos después, me encontré con la mirada a Vash quién se encontraba oculta bajo una extraña mesa de madera.
Caminé lo más rápido que pude tras ella y al llegar la tomé del brazo para seguir corriendo.

Tratando de mirar por sobre las personas mire una calle por la cual la gente no pasaba, sin pensarlo dos veces nos dirigimos hasta ella.

—¡Nos abandonaron!... ¡Vamos a morir!
—grito eufórica Vash.

—¡Cállate! y déjame pensar —Se calló al instante.
Al llegar a la calle nos escondimos tras un jarrón grande.
Mi pecho dolía tanto por tratar de esquivar a todos y correr al mismo tiempo.
Los gritos de la gente aún podían escucharse. Mire por encima del jarrón, había unos cuantos guardias revisando a quienes habían herido.

Supe enseguida que en efecto sabían que iríamos y que llegaríamos a Said tal y como Selen había dicho, lo que ellos no sabían eran cuántos de nosotros llegaríamos.

—¿Qué hacemos? —me saco de mis pensamientos Vash.

— No los veo por ningún lado pero no podemos esperar aquí

—¿Qué tienes pensado? —me pregunto mirándome pensativa.

Estaba tan nerviosa que apenas podía pensar coherentemente.
Sabía que no podía esperarlos aquí pero también sabía que si nos íbamos nos perderíamos y al que Arch tuviera todo controlado no ayudaba en nada.

Maldición. Por qué tenía que ser tan difícil.

—Seguiremos con el plan —dije al fin
—Iremos hasta la fortaleza y si corremos con suerte ahí los encontraremos.

Sin contradecirme en absoluto Vash asintió y nos pusimos en marcha.

Ambas comenzamos a caminar tratando de buscar un castillo, uno lo suficientemente grande como para ser único.
Nos ocultábamos tras botes de basura y de vez en cuando caminábamos junto a la gente para pasar desapercibidos.
El clima no ayudaba en absoluto, hacia demasiada calor, mi boca estaba seca, tenía mucha sed y la capa solo empeoraba las cosas.
Teníamos que encontrar algún lugar para poder descansar y así poder quitarnos la capa ya que está no hacía buena compañía con la calor y nos estaba cansando demasiado.

No podíamos sola quitarla,
ya que quedaríamos expuestas, tanto que no éramos de ahí y luego las armas que llevábamos, se notaría en segundos que éramos forasteros.

La ciudad en si era muy difícil de transitar,
Las calles eran largas pero muy poco espaciosas y había demasiados callejones, nos habíamos quedado sin salida unas tres veces al menos. Era como un maldito laberinto.

Giramos en una esquina para poder seguir nuestro camino no obstante un grupo de escoltas de alrededor cinco guardias nos intercepto.

Tome el brazo de Vash para evitar que siguiera caminando. Ambas nos miramos de reojo y lentamente tratando de evitar que se fijarán en nosotras, caminamos de regreso.

No quería que me atraparan ya que si eso ocurría el plan se arruinaría por completo.
Teníamos que librarnos de ellos y perderlos entre las calles aunque termináramos perdiéndonos.

Dark truths (Oscuras Verdades)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora