Capitulo 10

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Nos encontrábamos fuera de la casa, listos para ir de nuevo al "entrenamiento", y a pesar de que era muy temprano, las calles estaban casi del todo repletas de gente, gente equipada con armaduras de metal, espadas, lanzas y arcos

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Nos encontrábamos fuera de la casa, listos para ir de nuevo al "entrenamiento", y a pesar de que era muy temprano, las calles estaban casi del todo repletas de gente, gente equipada con armaduras de metal, espadas, lanzas y arcos.
Unos corrían de un lado a otro mientras que otros se despedían de sus seres queridos.

¿Extraño? Claro que sí.

Mis amigas y yo nos dirigimos miradas sospechosas. Algo no cuadraba. Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo al oír un gran silbido, uno que seguramente se escuchó en gran parte de la neutral.

Las personas que se despedían de sus familiares, se abrieron paso entre toda la demás gente y comenzaron a formarse en columnas como si fueran un ejército listo para atacar.

Las tres miramos a Jolich esperando una respuesta por parte suya, a lo cuál solo asintió con su cabeza.

En solo cuestión de segundos Dalian salió a toda prisa de algún lugar sobre un gran corcel de gran tamaño y fuerza, su pelaje oscuro solo lo hacía ver más temible.
Se colocó al frente de todas las columnas y justo en el momento en que se disponía a hablar Jolich la interrumpió.

—No sabía que para ir a custodiar las fronteras necesitarás todo un ejército entero Dalian —le dijo desafiante.

—Ya veo que mi querido aliado Selen, no les ha dicho nada.

—¿De que está hablando Selen? —dijo de pronto Vash al verlo salir de entre las columnas. Las cuatro por inercia lo miramos esperando una respuesta, no obstante solo agachó su cabeza.

—Ya es tiempo de ser libre Jolich —hablo Dalian logrando atraer la atención de todos los cercanos —Atacare las naciones para ser libres.

Mi corazón se detuvo y por unos segundos sentí que me caería del corcel.

Cuando quise mirar hacia mis extremos para ver a Vash y a Yam, me percate que ya no estaban a un lado mío, ambas estaban de pie junto a Jolich, quién les impedía el paso para ir hasta Dalian.

—¡¿De que estás hablando?! ¡¿Te has vuelto loca Dalian?! —le grito furiosa Jolich.

—No. Solo busco libertad para mí gente. Cuántos de nosotros no hemos podido poner un pie fuera de estos bosques. Claro que para ti es diferente por qué tu vienes de fuera, pero cada familiar de nosotros a permanecido aquí por más de 200 años ¡¿Cres que es justo?!

—¡No, no lo es! Ellos también me arrebataron cosas que nadie más me podrá regresar pero quiero que sepas que si fallas solo estarías sentenciando a tu propia gente.

—Es por ello que he decidido ayudarla —respondió  Selen ganándose toda la atención —Yo también quiero salir de aquí sin temor a nada... hasta donde se Jolich te arrebataron esa libertad que tanto anhelabas, dime: ¿No quieres paz?

Sus palabras resonaron por todo el lugar formando eco. "Su ejercito" permanencia intacto, listo para acatar ordenes.

Jolich se quedó petrificada, incapaz de mirar o decir algo. Nunca la había visto de esa forma. El silencio se apoderó del lugar, mientras que yo solo podía pensar en la atrocidad que cometerían.

Las sospechas eran más que evidentes y sabía perfectamente que mi padre tenía algo que ver en todo esto pero se me era imposible creer que alguien quien buscaba la libertad fuera capaz de acabar con toda una nación quien incluía personas inocentes como a niños y a ancianos.

No me lo pensé dos veces y tire del caballo, impulsándolo a correr, tenía que regresar a Milos y advertirles de lo que la Neutral tenían pensado hacer, sin embargo esa opción se me fue arrebatada en segundos, pues Dalian al captar mi intención hizo presencia de uno de sus dones y con solo estirar la palma de su mano, de está brotó un aura rojisa que me lazo lejos del corcel.

Apenas me había dado tiempo de percibir mi propio impacto contra el suelo. Escuché los gritos de mis dos amigas quienes seguramente se acercaban corriendo hasta mi, pero lo que realmente me tomo por sorpresa fueron aquellas manos que rápidamente buscaron levantarme del suelo.

Sabía perfectamente quien era, pero solo podía pensar en lo que acababa de pasar así que como pude trate de zafarme.

—¡Suéltame! Traidor —inquirí molesta aún tratando de aclarar mi visión por completo.

—No seas necia.

—¡Que me sueltes Selen! —lo hizo.

Yam y vash se acercaron hasta mi para ayudarme a ponerme de pie.

—¿Estas bien? —me dijo una muy preocupada Vash a lo cuál asentí.

— ¡A ellas no las involucres en esto Dalian!— le gritó Selen a ella.

—No me digas que te has enamorado de ella.

—No es de tu incumbencia —se apresuro a decirle.

Ni siquiera me tomé la molestia de mirarlo.
Mis pensamientos solo le limitaban a una cosa y era impedir está guerra a cualquier precio.

Mi enojo podía notarse fácilmente pero no sé comparaba en nada con el de Yam. Su odio podía notarse en sus ojos, su mirada era exclusiva solo para una persona, Dalian.

Mire como sujetaba la empuñadura de sus espada con demasiada fuerza hasta tal punto de que sus nudillos habían blanquecido.
No se lo pensó dos veces y se dejó guiar por su odio, quise detenerla pero se me fue imposible pues ya había lanzado la espada hacia ella.
Dalian no se dejó intimidar en lo más mínimo y al igual que antes un extraño aire brotó de la palma de su mano eh hizo que la espalda girará en dirección a nosotras.

—No dejaré que intervengan en mis planes —la escuché decir.

Mire la espada venir a nosotras con demasiada rapidez, y Jolich quién hasta hora permanecía inerte se colocó justo en medio del camino y en un parpadeo, la espada al hacer contacto con su escudo dorado, está se partió en pedazos haciendo un gran crujido.

—Pero mírate, Dalian, te quejas de ellos y vienes a hacer lo mismo con ellas. Yo me encargaré de estas y si por alguna razón te atreves a tocarlas, tu plan se irá directo a la mierda porque de eso me encargare yo. 

Nos había defendido estaba segura de ello. Pude percibir que a diferencia de Selen, Jolich se lo había pensado una segunda vez antes de decidir.

—Cuidado con lo que dices, Jolich, ya que dicho plan te hará recuperar a los tuyos, no pienses que por estar yo aquí no se que es lo que pasa afuera.

—Entonces si ya sabes mis planes para que me impediste marcharme. 

—Mi intención desde un principio nunca fue detenerte, siempre supe de qué lado estabas al igual que sabía perfectamente que está oportunidad no podías dejarla pasar y me apoyarías, ya que recuerda, a diferencia de todos aquí yo sí se lo que eres y conozco tu historia —nos miro —la verdadera pregunta aquí es: ¿Le dirás la verdad a estás pobres chicas quien han creído ciegamente en ti?

—¿De que está hablando Jolich?— le pregunto Vash.

No podía creer lo que estaba por venir. Bastaba solo un poco de imaginación para saber de qué lado estaba y cuál sería su próximo movimiento. Tome las manos de mis amigas y las presione fuertemente. Las mire a ambas y les sonreí.

Aquella sonrisa fue la última que tuve durante mucho tiempo.

Jolich finalmente dijo:

—Despliega a tus hombres a Milos, si la tenemos, las demás serán más fáciles —le ordeno a Dalian sin mirarla —Asegúrate de capturar a cada líder de cada Nación junto a todo aquel que se niegue a dejarlo y por último tráelos con vida.

— ¿Y Arch?

—De eso me encargare yo personalmente —le respondió y está solo asintió con la cabeza acatando la orden que le acababan de dar.

Me había traicionado. Cada palabra que nos dijo no resulto ser mas que solo una mentira para ,mantenernos a raya y así evitarle problemas. Forme puños con mis manos debido a la frustración y enojo que sentía en ese momento. Quería golpearla y exigirle toda la verdad, quería que me dijera por qué había tomado una decisión como esa.

—Marli detente —me exigió Vash casi gritando. Al volver en si me di cuenta que estaba presionando demasiado su muñeca, rápidamente solté su mano.

Extrañamente comenzaron a sudarme las manos y la cabeza comenzó a punzarme, pero no era un típico dolor de cabeza o algo así ya que en efecto no me dolía.
Era una sensación  que nunca había experimentado.

Dark truths (Oscuras Verdades)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora