¿Alguna vez te has preguntado por qué extrañamente sientes atracciones hacia ciertas cosas? Cómo por ejemplo: La luna, el sol, la naturaleza o las estrellas
Si es así. Estás en el lugar correcto, todo tiene un porque...solo que este ¿Por que? Se rem...
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Abrí los ojos bruscamente al sentir una mano helada cubrir mi boca. Enseguida me di cuenta que se trataba de Jolich quién me señalaba que no hiciera ruido y lo hice. Rápidamente me puse de pie tratando de hacer el mínimo de ruido, Jolich, muy cautelosa se movía tomando su arco lista para atacar. El sonido crujiente de algunas hojas rompiéndose nos puso alerta a ambas. El sol apenas comenzaba a salir por lo que no se nos era difícil observar entre los árboles si había alguien. Camine hasta donde estaba las armas de Jolich y tome una espalda. Un segundo crujido detrás de nosotros se escuchó y en un santiamén Jolich rápidamente lanzo una flecha. Era muy ágil y muy rápida, jamás le habría dado yo. Nos acercamos hasta donde se había escuchado el grito que al parecer era de una chica. Me quedé atónita al darme cuenta que se trataba de Vash, su capa ahora había sido atravesada por la flecha de Jolich. No me dio tiempo de correr hasta ella pues enseguida Selen y Yam corrían hacia nosotros.
Mire a Jolich y estaba bajo el arco suspirando pesadamente. Por inercia pregunté:
—¿Qué hacen aquí? —me dirigí a los tres.
—Las acompañaremos —me respondió Selen, a lo cuál solo asentí.
No sabía si estaba feliz de verlos o de que nos acompañaran. Esta era una misión muy arriesgada y a pesar de que íbamos junto con dos Neutrales, las posibilidades de que fuera un éxito justo como Jolich quería eran pocas. Nosotras tres y nuestro rendimiento en efecto podría ser poco, ni siquiera podríamos ayudarlo tal y como queríamos pero quién sabe, por algo Jolich aceptaba que nos uniéramos a ellos.
—¿Cuál es el plan de Dalian? —Le dijo Jolich a Selen. El tono que utilizo nos obligó a mirarla, dando a entender que estábamos en un momento delicado y no podíamos distraernos.
—Said es el último lugar al que planea atacar —Vash miro a Jolich y después siguió —Su reserva espera sus órdenes para tomarlos por sorpresa, es demasiado grande y al estar ustedes dos ahí no hay manera de una posible derrota.
—Le daremos más ventaja de la que necesita y para cuando ella llegué a Said, nosotros habremos acabado con algunos de ellos —respondí enseguida. Jolich miro a Selen y de este se le escapó una pequeña risa. Cerré los ojos enseguida al captar lo que había dicho, pero por supuesto que todo recaía en sus hombros —bueno ustedes — añadí enseguida.
—Sigamos ese plan—ordeno Jolich. Entre sonrisas y demás cabalgamos juntos, unos a lado de otros como si nos conociéramos desde hace mucho. No supe porque pero mi corazón comenzó a latir precipitadamente, quise atribuirlo a el fuerte frío helado que nos golpeaba aquella mañana pero algo muy en el fondo de mi me decía todo lo contrario.
***
La segunda noche en nuestra travesía había llegado. Según lo que Jolich nos había dicho, mañana a más tardar, medio día llegaríamos a Said, habíamos decidido acampar. Los nervios me cubrían por completo y estaba segura de que no era la única. Todos estábamos reunidos frente a una fogata que Selen había echo y a pesar que estábamos todos reunidos sea sentía como si cada quien estuviera por su lado.
—Si todo sale bien, mañana a esta hora podríamos ser libres —Dijo Yam. Le sonreí y asentí.
Nadie dijo nada. Fue el silencio más aterrador que nunca antes había experimentado y es que mañana todo podría ser posible.
Nos enfrentaríamos a una de las Ciudades más fuertes de Gardian y por si fuera poco en ella habitaba Arch quien había tratado de obtener el control hace muchos años atrás, seguramente el ya sabría cómo actuaría Dalian, a decir verdad desde hace un rato mis dudas habían surgido y es que por mucha suerte que tuviéramos había algo que se nos estaba escapando, no era algo normal que en estos dos días nadie, absolutamente nadie nos allá interceptado.
—Si mañana yo... —hablo de nuevo Yam atrayendo la atención de todos. No pudo completar su oración ya que su voz se entrecorto. Sabía a dónde iba esto, sabía muy bien a qué punto quería ir —Quiero que le digan a mi familia que los ame —agrego después de un tiempo. Aquello fue la última gota que derramó el vaso y tanto Selen como Vash casi lloran. Estaban asustados y por supuesto que era normal, quien no estaría asustado cuando posiblemente sería nuestro último día en esta Tierra.
