¿Alguna vez te has preguntado por qué extrañamente sientes atracciones hacia ciertas cosas? Cómo por ejemplo: La luna, el sol, la naturaleza o las estrellas
Si es así. Estás en el lugar correcto, todo tiene un porque...solo que este ¿Por que? Se rem...
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Ahí estaba de nuevo, frente a el gran incendio en la casa de mi padre. Las llamas arrasaban con todo mientras yo lo buscaba entre los escombros, apenas podía respirar y cuando al fin lo encontré el yacía en el piso con sangre cubriendo la mayor parte de su cuerpo
—Papa —le susurraba entre sollozos pero el parecía no entenderme.
—Selen... Neutral llévaselo a el.
Fueron sus últimas palabras antes de que el muriera ante mis ojos.
Los rayos del sol me obligaron a abrir los ojos de golpe, tenía demasiado frío y mi cuerpo temblaba de frío o por aquella pesadilla que me estaba atormentando desde hace días.
Estaba recostada en el mismo lugar donde ayer me había quedado después de salir del lago, la única diferencia era que tenía una capa sobre mi que al parecer era de Jolich.
—¡Marli! —escuché a mis dos amigas gritar mi nombre continuamente, enseguida supe que no estaban muy lejos de donde me encontraba.
— ¡Aquí!
Me levanté del piso con el cuerpo todo adolorido y la ropa aún húmeda.
Mire en todas direcciones buscando a Jolich con la mirada pero me di cuenta que no estaba. Solo estaba yo sola frente al pequeño lago.
—¡Oh por las constelaciones!, ¿Qué haces aquí? ¿El Bosco te hizo algo?— pregunto frenética mi pequeña amiga.
—Tranquilas vine a cerrar el trato con ella, después de lo de anoche... Perdónenme —dije finalmente bajando la mirada por la vergüenza que sentía.
—Hey, cualquiera habría reaccionado así, descuida amiga —me sonrió y yo asentí.
—¿Y dónde está ella? —pregunto Yam algo molesta. Se cruzó de brazos y yo solo me encogió de hombros.
—¿El libro está seguro verdad? —mi miro Vash esperando una respuesta positiva pero yo no lo tenía.
—Te lo di a ti —me excuse
—Yo no lo tengo —se limito a decirme
—Ustedes deberían de haberlo cuidado ahora quedamos como idiotas por qué ella se lo llevó... ¡Se los dije! —dijo muy triunfante Yam.
Esto no podía ser más absurdo. Ella debió de haberme echo algo cuando caí al agua y hacer que perdiéramos la conciencia las tres. Si tan solo no hubiera caído en su trampa y de no haber subido a estás estúpidas burbujas nada de esto hubiera pasado.
—Les dije que confiar en ella no era bueno —nos reprochó de nuevo Yam
—¡Ya cállate! —le gritamos Vash y yo enfadadas.
Teníamos que actuar rápido. Quería creer que no había pasado mucho tiempo desde que nos había hurtado el libro y si corríamos con suerte podríamos encontrarla si partíamos ahora
