Capitulo 13

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Habíamos llegado a la casa de Yelina

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Habíamos llegado a la casa de Yelina... corrió, mientras nosotros esperábamos cerca en unos arbustos.

No tardó mucho cuando salió casi corriendo de está.
Una pareja la había echado afuera y detrás de la pareja salieron hombres de nuestra edad y también unos niños.

Ella casi pedía a gritos que le creyeran que ella era Yelina.

El que al parecer era el líder de familia
había sacado una espada que seguramente usaría con Yelina. Rápidamente Aurea se acercó y la  tomo  disculpándose por los problemas.

No la recordaban.

Creí que simplemente su familia se había olvidado de ella, algo que no tenía mucho sentido pero que en los más extraños casos pudo haber pasado.

Yelina estaba devastada y la entendíamos. Quién no lo estaría cuando tú familia te olvida.

En todo el camino hacia el hogar de Indivar solo se escuchaba los sollozos de Yelina y cuando finalmente llegamos este se le unió.

De igual manera no lo recordaban.

Finalmente iríamos a la mía. Estaba asustada, aterrada.

Cuando llegue, me pare junto a ella y le dije que había llegado a casa, al principio hizo una mueca de no saber a qué me refería y aquello aceleró los pulsos de mi corazón. Después sonrió y dijo que si buscaba a uno de mis hermanos. 

Le dije que era Jolich pero se negó a saber quién era. Corrí por toda la aldea esperando que alguien me reconociera pero no pasó.

Lo había perdido por completo. No me recordaba.

Estamos devastados. Esperamos tantos años por nuestro encuentro y finalmente no nos recordaban.


Lloramos juntos esa noche y en medio de nuestro dolor Aurea confesó que había sido obra de su padre, necesitaba que volviéramos y que mejor forma de chantajearnos que con nuestra familia.

Nos dolió profundamente pero jamás regresaríamos a ese lugar costase lo que costase.

Decidimos que lo mejor para nuestras familias sería no involucrarse en este mundo y así lo hicimos.

Sabíamos que de ahora en adelante nuestras decisiones serían las más importantes y así fue como comenzamos a tomarlas.


Lo primero que necesitábamos era tener un lugar donde vivir. Recordamos que los exiliados y las demás naciones eran enemigos pasados entonces en cierto modo nos favorecía.

Eso hicimos. De alguna manera Aurea era nuestra guía y así mismo hizo un trato para que tuviéramos una casa espaciosa en la metrópoli.

De alguna forma no las ingeniamos para que nadie sospechara de unos niños de veinte años con una gran casa y algunos dones descontrolados.

Mientras que Yelina, Indivar y yo salíamos a buscar el pan de cada día, Aurea limpiaba y organizaba la casa. Seguíamos manteniéndonos alerta sobre cualquier tipo de rumor que surgiera acerca de nuestra captura, de esa misma forma Áurea nos enseñaba a controlar algunos dones mientras que yo les enseñaba lo poco que me habían enseñado sobre defensa.

A medida que el tiempo avanzaba nuestras inquietudes comenzaron a surgir acerca de nuestro metabolismo, no era algo que pudiéramos consultar con alguien así que solo nos ahorramos las preguntas y seguíamos fingiendo llevar una vida normal.

Tratábamos de ser un equipo y después de veinticinco años al fin lo habíamos logrado.

Un mes antes de que todo cambiará, el líder de la metrópoli  nos tenía en la mira pues nuestro no cambio físico lo tenía muy inquieto. Teníamos que ser muy precavidos, ya que si el se enteraba que nuestra creación había sido con el fin de destruirlos nos meteríamos en grandes problemas.

El invierno de aquel año había llegado y con ello a un tipo extraño, un chico en pésimas condiciones, Yelina se dio cuenta que aquel chico dormía todas las noches en la puerta de nuestra casa y que por el día el se marchaba. Necesitábamos a alguien que aparentara, alguien que escuchara por nosotros así que lo acogimos.
El destino se había burlado de nosotros pero también entendíamos que por alguna razón el había llegado a nuestra puerta, coincidencia o no el tenia conocimiento acerca de nosotros y al parecer también se había escapado de Malik, no dudamos y se lo contamos todo.
Un día cualquiera Selen dijo que había escuchado rumores de niños perdidos... ¿nuestro peor error ? fue ir... era una emboscada.


Eran más de 20 guardianes y sus tres hermanos de Áurea quienes quería capturarnos... nada salió como esperábamos, tuvimos que huir con Aurea y Selen heridos gravemente. Al llegar a casa sabíamos que la única que podría sobrevivir sería Áurea por qué así funcionaba nuestro cuerpo, no importaba cuánto nos hirieran, los dones actuarían y nos curarían al paso de los días pero Selen no y posiblemente pudo morir aquella noche si ella no se hubiera sacrificado.

Ella sabía más que nosotros tres juntos, supongo que al ser Hija de Arch le dio ciertos conocimientos y así espontáneamente lo hizo.

Transfirió toda su energía al cuerpo de Selen... ella murió en el proceso y Selen comenzó a sanar.
No pudimos detenerla, una vez que empieza no se detiene hasta que sucede.
Tampoco creíamos que algo así fuera posible pero he ahí la prueba.

Fue imposible no atraer la tención de la gente que miro el gran destello de luz, no sabíamos que decir y menos como mentirle al líder de la metrópoli.


Selen estaba inconsciente, Aurea muerta y nosotros no vimos más opción que rendirnos y decirle absolutamente todo. Creímos que nos mataría pero fue todo lo contrario, dijo que sabía lo que era ser como nosotros y ser tratados como abominaciones, así mismo nos prometió silencio y protección a cambio ayudar a su gente y aceptamos.

Nos pusieron al día con su historia, su creación y
su posible decencia. Nos ayudaron a controlar cada don que portábamos y nos enseñaron a defendernos.

La gente comenzó a conocernos como seres superiores y así mismo como sus protectores, entonces fue así como nos llamaron los Neutrales. Pasamos de ser individuos a ser leyenda o incluso mito por más de 150 años.
Nuestro rastro se ve perdiendo para todos excepto para el líder de la neutral quien siempre cuenta nuestra verdad a su descendencia.


Constante nos marchábamos para evitar rumores y regresábamos después de un tiempo viviendo con el dolor y la agonía de lo que alguna vez fue tener una vida y una familia que se nos arrebato por un capricho de un monstruo.

El corazón se me había partido y las lágrimas no dejaban de brotar. Un sentimiento de lástima se apoderó de mí.
No quería alzar mi rostro y mirar a aquellos a quienes mi padre había lastimado, no era justo para ellos haber tenido una vida tan miserable por culpa de él.

Quería en ese momento dejar de existir para así evitar toda la ola de sentimientos que se querían apoderar de mi cuerpo.
Ahora sabía todo con sumo detallé.
Toda la verdad que alguna vez quise saber simplemente estaba frente a mí.

Me dolía saber que aquel ser que cuido de mí era un monstruo.

Mire unos instantes a Vash y aún con lágrimas en mis ojos acepte el libro que ella me estaba entregando.
Aquel libro que me había conducido hasta aquí, aquel que mi padre me había dicho entregar como último mandato antes de morir.

—Por qué tu papá — pensé.

Lo abrí justo a la mitad de un golpe y al comenzar a leer afirme los hechos que me acaba de relatar Jolich solo que estaban descritos desde un punto de vista diferente.

Cientos de formas para combinar poderes, cientos de nombres de personas muertas en intentos, listas y listas de dones compatibles, posibles candidatos y luego están ellos.

Un extraño sentimiento se apoderó de mi y entre mi propio enojo arranque gran parte de las hojas de dicho libró.
Quería terminar con todo, quería demostrarles a todos que yo no era como mi padre, ahora entendía perfectamente de todos aquellos que conocían de el y sabían lo que esté había echo, posiblemente ellos creían que yo estaba aquí para terminar el trabajo de mi padre y eso no era cierto.

—Se que las palabras no pueden arreglar sus actos y mucho menos pienso defender sus actitudes pero yo quisiera demostrarles que no soy igual a el... Por favor déjenme acompañarles y ponerle fin a esta farsa historia —dije sin atreverme a mirarlos.

No esperaba una respuesta afirmativa por parte de ellos incluso llegué a pensar que me echarían de su casa sin embargo y con toda la seguridad, Selen tomo mi mano impulsándome a ponerme de pie.

—Se que no eres como él, ninguna de las tres son como sus familias —nos miro a las tres —, a pesar de haber crecido en ellas. De mi parte pueden formar parte solo habría que comentárselo a Dalian para que nos integre al plan y solo...

—Dalian cree que su justicia terminará en una celda o en un pozo bajo tierra pero yo no, yo iré a matarlo. Partiré mañana a mediodía y nadie podrá impedírmelo a menos que se quieran sumar a el. Esto es algo entre el y yo pero si quieren sumarse adelante —nos dijo, camino hacia las escaleras para seguramente ir a su habitación y sin más la perdimos de vista.

A pesar de que parecía ser la más afectada hace unos instantes ahora aparentaba no afectarle. Quise ser como ella en ese momento hasta que poco después entendí que se debía a la cantidad enorme de veces que seguramente recordó su historia.

Todos estuvimos distantes todo aquel día,. Selen se había marchado hacia donde Dalian para seguir con el plan que ya estaba en marcha. Yam y Vash siguieron entrenado fuera de casa, mientras que yo estaba en mi habitación leyendo todo aquel libro.

La noche transcurrió demasiado lento para mí gusto. Cada vez que cerraba los ojos y trataba de conciliar el sueño las pesadillas invadían mis sueños una y otra vez por lo que me quedé despierta, esperando el día siguiente.

Lo primero que hice al salir de mi habitación al día siguiente fue ir directo a la mesa y ahí espere por un rato.
Había pensado muy bien mis próximos movimientos. Podía unirme a Dalian pero extrañamente compartía la visión de Jolich y aunque sabía que mi propio padre había formado parte de ello quería que nadie volviera a pasar por esa misma situación.

No sabíamos si Dalian había tenido éxito con su espontáneo ataque y de no ser así me encargaría personalmente de ello.

Seguía sumida en mis pensamientos que ni siquiera me di cuenta que Vash, Yam y Selen estaban frente mío hasta que escuche que hablaban entre ellos como si idearan un plan.

—Si nos aliamos con Dalian es muy probable que nos utilicen al final para enfrentar a Arch...

El sonido de una botas resonando por la casa los obligó a detenerse y por inercia propia giramos hacia donde provenía el sonido para ver a Jolich bajar por las escaleras.
Decir que estaba decidida era poco. Su rostro reflejaba la irá contenida. Llevaba un traje de Guardian negro con capa roja, su cabello lo había recogido, en su mano portaba un arco y en la otra llevaba las flechas de este.

Me levanté de la silla enseguida.
Esta era mi oportunidad. Caminé hasta ella esquivando a Yam y estando lo suficientemente cerca le dije:

—Iré contigo

Solo asintió con su cabeza y siguió caminando. No se detuvo a mirar a los demás buscando una respuesta o alguna opinión por qué así lo había dicho ayer y ahora lo estaba cumpliendo.
Caminé tras ella e inmediatamente sentí sus miradas sobre mi. Quise ahorrarme la explicación y seguí avanzando, no obstante alguien tomo mi brazo y al instante que giré mire a Vash negando.

—No lo hagas por perdón. El error es de nuestros padres y a pesar de ser sus hijos no tenemos la obligación de enmendar sus errores —me zafe de su agarre y la imite negando con la cabeza.

—No lo hago por perdón... si yo fuera ella abría hecho lo mismo —le respondí y al instante me soltó.

Camine hacia fuera donde se encontraba Jolich sobre su corcel, lista para emprender el viaje. Me hizo una seña con su cabeza haciéndome entender que me subiera en aquel corcel que estaba a un lado suyo. Lo hice.

—¿Qué arma utilizaré? —le pregunte al mirar como se colocaba el arco en la espalda.
Se me había olvidado por completo que no llevaba algún tipo de arma. Quizá no la necesitaría pero por protección tenía que llevar una.

—Tengo todo controlado. Vámonos —me dijo antes de que nos pusiéramos en marcha.

Cuando estuvimos lo suficientemente lejos de su casa y a punto de salir de la neutral un grupo de guardias nos intercepto.

—Nadie puede salir de la Neutral —respondió aquel guardia que comandaba el escuadrón

—Dalian está al tanto de mis planes —le respondió firme. Un gran hormigueo se apoderó de mi, lo único que nos faltaba era esto. Teníamos que buscar una excusa para largarnos de aquí ahora.

—Escuche los planes ayer y en ellos, no se nos notifico de tu salida. Ahora regresa a tu casa —Le apunto con su espada, se reusaba a dejarnos ir.

Jolich no se movió, ni mucho menos se mostró afectada o amenazada.
En cuestión de segundos aquel hombre que la amenazó se encontraba en la misma situación. La punta de una flecha le rozaba su cabeza, pues Jolich, al notar su actitud y al saber que no cambiaría de opinión simplemente optó por lo mejor que sabía hacer: amenazar a muerte.
Los otros demás guardias se acercaron y antes de que estuvieran lo suficientemente cerca de nosotras Jolich hablo:

—Saben quién soy y créanme cuando les digo que si no me dejan salir, yo misma me encargaré de que este sea su último parpadeo.

Aquel guardia que le apuntaba a Jolich bajo su espada y con un sutil gesto les indico a los otros que le alejaran, acto seguida, el hombre se movió hacia un lado y cuando Jolich se aseguró que nos dejaría pasar, ella dejo de apuntarle.

Sin más, nos pusimos en marcha.

—De todas las personas que creí que me apoyarían ninguna lo hizo y de la que no esperaba nada está acompañándome —me dijo cuando estuvimos lo suficientemente lejos de aquellos Guardias.

—Al parecer ellos serán utilizados como comodín y Dalian espera que derroten a Arch solos —le dije de pronto esperando que me diera el mínimo de posibilidad de volver a ver a mis amigas de nuevo.

En efecto me había separado de ellas por qué mis decisiones y mi corazón así lo habían echo pero eso no significaba que había dejado de preocuparme por ellas.
Eran como mis hermanas.

—La idea de Dalian es absurda, ella esperaba que yo me uniera a su ejército para que junto con Selen derrotáramos a Arch, pero lo que ella no sabe es que ni yo puedo hacerlo. El es superior a nosotros conoce trucos y...

Un extraña suposición se había formado en mi cabeza mientras me hablaba de Arch y su poder invencible. Si eso era cierto, ella con que propósito querría venir sola hasta acá.

Ella por supuesto noto mi confusión y paro de hablar enseguida.

—Si sabes que ni tú puedes detenerlo para que ir sola hasta el —al escucharme decir aquello pude ver cómo se tenso.
Nuestro entorno era silencioso puesto que no había nadie cerca y aún así trato de buscar algo con que evadir mi respuesta, sin embargo al no encontrarlo prosiguió a contestarme.

—Si logro llegar a dónde están mis hermanos tal vez podríamos derrotarlo.

—Pero y si Arch está fuera esperando tu llegada, de ser así no llegarás a ellos —le recalque enseguida. Cerro los ojos enseguida tratando de disimular su frustración.

—Para que quieres oír mi respuesta si ya la sabes Marli —me dijo sin más.

Estaba en lo cierto. Ella en efecto quería rescatar a sus amigos aunque diera su vida a cambio. Ese había sido su plan desde un principio esto no era más que un plan suicida.



Nos deteníamos cada cierto tiempo para no sobreexponer a los corceles y para poder descansar un poco

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Nos deteníamos cada cierto tiempo para no sobreexponer a los corceles y para poder descansar un poco. Jolich me había dicho que Said no quedaba muy lejos y que no nos tomaría más de dos días llegar, sin embargo teníamos que ir algo despacio para evitar ser descubiertos.

La noche del primer día había llegado.

Jolich había hecho una fogata para poder mantenernos calientes durante la noche.
Éramos solo nosotras dos, solas en medio de un interminable bosque, y a pesar de que solo estábamos ambas cada una trataba de mantener distancia.
Las copas de los árboles me impedían ver por completo las estrellas pero aún así podía ver unas cuantas.
Recordé enseguida nuestra tradición como Eris y como es que regresamos a nuestro lugar de origen después de nuestro recorrido terrenal, entonces me pregunté si el estaría ahí arriba observándome. Por inercia mire hacia arriba y una pequeña sonrisa se me formo en los labios.

—¿Extrañas a tus padres? —le pregunté a Jolich aún sin mirarla. Disimuladamente observe como me miró para después imitarme y mirar también las estrellas.

—Recuerdo absolutamente todo de ellos. Los extraño demasiado

—Y con todo este tiempo viviendo ¿No has pensado en crear tu propia familia? Sin querer escuché cuando dijiste que te casarías

—Me sorprende las veces en las dices las cosas —me sonrió por lo bajo — yo creo que es tiempo, y si, espero algún día casarme... con Indivar

La mire y por primera vez desde que la conocí, ella estaba sonriendo, una si risa tan sincera y llena de esperanza.

—Termina tu comida y duerme, mañana nos espera un largo día —me dijo acostándose en la Tierra, tomo su capa y se cubrió con ella dispuesta a dormir, no tardó mucho en que hice lo mismo, no sin antes mirar las estrellas una última vez.



Dark truths (Oscuras Verdades)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora