❦ 𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 15

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~♡ (T/N)_____ pov.

Había pasado dos semanas desde que estaba en una relación con Edward, hoy los Cullen habían ido a cazar lo más seguro es que no vería a Edward hasta mañana, fui una de las primeras en llegar al instituto junto a Bella.

-pude seguir durmiendo.-refunfuñe molesta.-por cierto ¿Porque Anthony ha estado algo serio?.-pregunte.

-El ha sentido nuestros miedos, ya le explique que tuve un mal sueño pero él no esta convencido sobre todo por ti.-respondió frunciendo el ceño.-no me explicó mucho solo murmuró: tratando de ignorar un miedo.-aparté la vista ¿a que se refería? Tenia que ver con él y Carolina.

- ¡Bella!¡_____! —oí gritar a alguien, y parecía la voz de Mike.

-ahí viene tu perro faldero.-me burle, ella puso sus ojos en blanco.

-Dirás él tuyo.-repuso. Todo el mundo llevaba camisetas, algunos incluso
vestían shorts a pesar de que la temperatura no debería sobrepasar los doce grados. Mike se acercaba saludando con el brazo, lucía unos shorts de color caqui y una camiseta a rayas de rugby.

-No me había dado cuenta antes de que tu pelo tiene reflejos rojos.-comentó Mike a Bella mientras atrapaba entre los dedos un mechón del cabello de mi prima que flotaba con la ligera brisa.

-Sólo al sol.-dijo Bella incómoda cuando colocó Mike el mechón detrás de su oreja. Si se enteraba Anthony tendríamos a un Mike muerto.

-_____  ¿Qué hiciste ayer?.-El tono de su voz era demasiado posesivo. Bien le podía responder un: Que te importa.

-Nada interesante.-respondí tratando de ser cortés e ignorando su mirada.

-¡Newton era hombre muerto!.-gruño ¿Anthony?, Mike se hecho a correr asustado.

-¿Me extrañaste?.-pregunto Edward abrazandome por detrás.

-Pensé que estarías de caza.-dije frunciendo el ceño.

-Y dejar que Mike te acose.-rió entre dientes.

-Tienes razón no puedes dejar a tu novia sola.-le seguí él juego. Después de terminar él día en él instituto, me despedí de Edward era necesario que cazara junto al idiota de Anthony, aunque esta vez estaba agradecida de que hubiera amenazado a Mike.

-Nos vemos mañana.-dije dándole un casto beso en los labios algo que no paso desapercibido por los alumnos de la escuela, en realidad no me importaba lo que opinaran. Sobre todo sentía la intensa mirada de Lauren y Jessica. Antes de que pudieran acercarse a mi jale a Bella del brazo para ir directo a su auto.

-¡rápido!.-dije para que solo Bella me escuchara.

-No soy un vampiro.-repuso mientras sonreía al ver como quería huir. Después de llegar a la casa, cheque si había algún mensaje para mi.

Hemos estado demasiado ocupados ha habido demasiado trabajo, pero nos alegra que te este adaptando bien en Forks recuerda que solo sera temporal, te queremos...

Suspire entendía que mis padres tenían demasiado trabajo y se esforzaban por estar al pendiente de mi, mire a Bella que estaba entretenida en su lectura.

-¿Tu crees que es necesario que mis padres sepan de Edward?.-necesitaba una opinión.

-Yo en realidad no quería que Charlie se enterara y Renée no lo sabe.-hizo una pausa.-será tu decisión.-suspire.

Yo también los quiero, se que tienen demasiado trabajo, ustedes saben algo de Carolina le he mandado demasiados mensajes pero no los responde.

Al final decidí por él momento no decirles nada de Edward, también aproveche por preguntar sobre Carolina ¿Porque no contestaba mis mensajes?. Al día siguiente Edward me llevo a la casa Cullen.

-Mi habitación.-me informó al tiempo que abría la puerta y me hacía pasar.
Su habitación tenía vistas al sur y una ventana del tamaño de la pared, igual que en el gran recibidor del primer piso. Toda la parte posterior de la casa debía de ser de vidrio. La vista daba al meandro que describía el río Sol Duc antes de cruzar el bosque intacto que
llegaba hasta la cordillera de Olympic Mountain. La pared de la cara oeste estaba totalmente cubierta por una sucesión de estantes repletos de CD.

El cuarto de Edward estaba mejor surtido que una tienda de música. En el rincón había un sofisticado aparato de música, de un tipo que no me atrevía a tocar por miedo a romperlo.
No había ninguna cama, sólo un espacioso y acogedor sofá de cuero negro. Una gruesa alfombra de tonos dorados cubría el suelo y las paredes estaban tapizadas de tela de un tono ligeramente más oscuro.

- ¿Para conseguir una buena acústica?.- aventuré. Edward rió entre dientes y asintió con la cabeza. Tomó un mando a distancia y encendió el equipo, la suave música de jazz, pese a estar a un volumen bajo, sonaba como si el grupo estuviera con nosotros en la habitación. Me fui a mirar su alucinante colección de música.

-¿Cómo los clasificas?.-pregunté al sentirme incapaz de encontrar un criterio para el orden de los títulos.

-Esto... Por año, y luego por preferencia personal dentro de ese año.-contestó con aire distraído. Al darme la vuelta, le vi mirarme con un brillo muy peculiar en los ojos.

-¿Qué ocurre?.-pregunte.

-Contaba con sentirme aliviado después de habértelo explicado todo, de no tener secretos para ti, pero no esperaba sentir más que eso. Me gusta.- se encogió de hombros al
tiempo que sonreía imperceptiblemente.-Me hace feliz.

-Me alegro.-Le devolví la sonrisa.-hay algo que me da demasiada curiosidad ¿Que haces en las noches?.-por un momento se tenso.

-Tocando piano, platicar con Anthony o cazar, cuando no duermes en las noches tienes muchas cosas que hacer.-respondió restándole importancia. Pero entonces, mientras sus ojos estudiaban mi expresión, su sonrisa se apagó.

-Aún sigues esperando que salga huyendo.-supuse elevando una ceja.- gritando espantada, ¿verdad?.-
Una ligera sonrisa curvó sus labios y asintió.-Lamento estropearte la ilusión, pero no inspiras tanto miedo, de veras. De hecho, no me asustas nada en absoluto.-confese. Se detuvo y arqueó las cejas con manifiesta incredulidad. Una sonrisa ancha y traviesa recorrió su rostro.

-No deberías haber dicho eso, de veras.- Edward emitió un sordo gruñido gutural y los labios mostraron unos dientes perfectos  al curvarse hacia atrás. De repente, su cuerpo cambió, se había agachado, tenso como un león a punto de acometer.-No deberías haberlo dicho.- volvió a repetir. No lo vi saltar hacia mí, fue demasiado rápido. De repente me encontré en el aire y luego caímos sobre el sofá, que golpeó contra la pared por el impacto. Sus brazos formaron una protectora jaula durante todo el tiempo, por lo que apenas sentí el zarandeo.

-¿Qué era lo que decías?.-preguntó juguetón.

-Que eres un monstruo realmente aterrador.-repliqué mientras reía.

-Mucho mejor.-aprobó.

-En realidad no creo que seas un monstruo.-dije viéndolo directamente a los ojos.

-_____, contigo es tan fácil ser yo mismo.-dijo mientras yo me sentaba en su regazo.

-dijo mientras yo me sentaba en su regazo

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𝕃𝕠𝕤 𝕙𝕖𝕣𝕞𝕒𝕟𝕠𝕤 𝕘𝕖𝕞𝕖𝕝𝕠𝕤 ℂ𝕦𝕝𝕝𝕖𝕟 (𝔼𝕕𝕨𝕒𝕣𝕕 𝕪 𝕋𝕦)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora