Al día siguiente pude salir del hospital con Cliff, llegamos a la conclusión de que lo mejor para mí salud de futura madre era estar alejada de James pues necesitaba mantener el ánimo ya que todo podría afectar a bebé, por lo cual me mantendría también por ende alejada de la banda por lo menos hasta que naciera el niño o niña. Claro estaba que Lars, Kirk y cliff podrían acercarse a mi.
Cliff me llevó con Corinne a un pequeño pero bonito apartamento de la ciudad donde me ayudaron a alojarme. Tendría que buscar algún trabajo y empezar a acomodarme para asegurar mi futuro y el del pequeño.
Habían sido unos días duros y algo extraños, pero me gustaba el ambiente de los 90, resultaba refrescante y acogedor.
-venga siéntate, tienes que descansar- dijo Corinne tirando de mi al gran sofá.
-está bien pero ya no me siento mal, solo emocionalmente un poco-
-entiendo...Cliff me contó lo ocurrió- dijo la pelinegra dándome consuelo.
Yo me mordí el labio algo incómoda y triste al recordar las palabras del rubio.
-de verdad me siento tremendamente agradecida por todo lo que me estáis ayudando- dije sincera.
-venga Lizzy somos tus abuelos! Es extraño decirlo porque apenas te llevamos unos años de edad y cuando nos volvamos viejos te veremos crecer como una pequeña niñita pero si!!! Cuidaremos de ti siempre cuando sea necesario-
Yo sonreí y la abracé, Corinne siempre había sido demasiado dulce.
-por ahora tendréis que aguantar mi trasero metalero- dije riendo.
-ese no es ningún problema creeme- respondió ella también entre risas.
-un seguirás a cliff en su gira?- pregunté interesada cambiando de tema.
-sí, decidimos tener tiempo en familia, el niño lo extraña mucho cuando él está fuera por eso en esta gira estaremos juntos- respondió la pelinegra mientras veía como sus ojos brillaban de alegría.
-me alegro por vosotros- dije sincera.
-un tu qué piensas hacer Liz? Si no fuera porque el idiota de James va a estar ahí todo el maldito tiempo por ser el cantante estarías más que invitada y lo sabes-
-Lo sé, la verdad quiero ahora dejarlo de lado y empezar una nueva vida, al menos estoy en la época que me gusta, Cliff dijo que me conseguiría papeles y así podré buscarme un trabajo para mantenernos- dije ya empezando a entusiasmarme más con la idea de hacer una nueva vida en Denver.
-me alegro que te sientas fuerte de seguir adelante tú sola, es admirable- dijo mi abuela feliz.
-Sí, quiero ser una mujer luchadora, no me dejaré derrumbar por un estúpido hombre de cabello largo y sedoso, ojos claros como el mar y cuerpo esculpido por los dioses....-
-eheeemmm- interrumpió Corinne alzando una ceja.
-que quieres que te diga?! Ese maldito es perfecto!- dije quejándome.
Ella río y me tendió un baso de agua.
-Lo sé Lizzy pero hay más hombres en el planeta, de eso te darás cuenta- dijo Corinne.
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Las olas crujían bajo mis pies mientras caminaba por el silencioso y misterioso bosque, el lugar del mundo que más adoraba, había pasado mi infancia ahí aunque no la recordara casi.
Una brisa suave refrescaba el ambiente cosa que mi cuerpo agradeció. No sé que estaba buscando pero seguía caminando en dirección de ese árbol que tan bien conocía y había sido mi lugar especial por años.
Al llegar el lugar no estaba vacío y solitario como lo estaba siempre, me escondí tras el tronco de un árbol para espiar a lo que parecía ser una pequeña y preciosa niña de unos 4 años de la mano de un hombre rubio que la cuidaba.
La niña quería subir al árbol entonces él la ayudaba.
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.
.Me desperté del sueño algo triste, aquell imagen había sido tranquilizante y me traía recuerdos de cuando iba al bosque de pequeña con Cliff a escalar ese mismo árbol, siempre tengo el extraño recuerdo de que había alguien más, James...... Supuse que la niña del sueño era yo y suspiré triste.
Decidí ese día salir a caminar y ponerme a buscar algún trabajo, así que de ese modo me sí una bofetada mental por estar pensando en James y no estar arreglando me para salir.
Desayuné lo primero que encontré y me puse algo de ropa que me había dejado Corinne para por fin salir por la puerta acompañada de mi inseparable compañero el cual tenia qie hacer sus necesidades.
Caminé por las ruidosas y alegres calles de Denver en busca de algún trabajo, lo más parecido que había era como camarera, estaría bien para comenzar pero no sería suficiente si quería sobrevivir allí. Por eso seguí el resto del día caminando sin rumbo procurando no perderme.
Cansada por mi búsqueda sin éxito decidí meterme en un supermercado para comprar algo de comida para mí y winter.
-quedate aquí amigo- dije dirigiéndome al perro.
Él me miró con sus ojos azules y se sentó en la acera tranquilo, siempre me había sorprendido lo obediente que llevaba a ser a veces.
Caminé por los pasillos cogiendo cosas básicas como arroz, latas de conservas y comida para perros para luego ponerme en la fila de la caja.
Delante de mí había un chico alto, su cabello rojo caía por su espalda de manera desordenada. Él se volteó y me analizó con sus ojos avellana, podía llegar a ser bastante intimidante, de la vergüenza bajé la mirada y lo ignoré.
-oye te importaría sostenerme esto?- preguntó el chico pasándome una caja de latas de cerveza.
Yo extrañada lo miré.
-ehh supongo que no- dije.
-perfecto, toma-
Como pude cogí el pesado paquete entre mis brazos para que el chico se diera la vuelta de nuevo y se pusiera a pagar el resto de su compra ya que era su turno.
En ese momento estaba demasiado dormida intentando averiguar de qué diablos me sonaba tanto su cara en vez de preguntarme porque tenía yo sus cervezas y porque parecía que no tenía interés en decirle a la cajera que eran de él y no mías.
-15 dólares- dijo la chica ajustando sus gafas.
-ah, que robó, toma- dijo el chico a regañadientes extendiéndose un par de billetes.
Ella acostumbrada al trato de los clientes siguió a lo suyo.
El chico me miró entonces y cogió las cervezas de mis brazos.
-gracias encanto, adiós!- dijo saliendo despavoridamente más rápido de lo esperado.
-ohh dios mío!!! LAS CERVEZAS!!- dijo la chica dándose cuenta entonces de lo ocurrido.
Yo también sorprendida desperté de mi trance y empecé a reírme viendo como la cajera salía corriendo tras el pelirrojo inútilmente.
Fue cuando me di cuenta de quién era... Nada más ni menos que Dave Mustaine.
Al no ver aparecer la cajera y verme sola en el lugar dejé un billete ahí y salí del pequeño supermercado local riendo por lo sucedido para reunirme de nuevo con Winter.