Había pasado tres semanas desde que trabajaba en la tienda de música, se podía decir que era feliz en mi nueva vida si, aunque el horario de trabajo era algo duro pues empezaba por la mañana a las 10am y terminaba por la tarde a las 8pm, teníamos solo un descanso de dos horas para ir a comer o lo que quisiéramos, también trabajábamos todos los días menos el sábado por la tarde y el domingo pero realmente no me importaba porque me gustaba estar ahí y siempre nos la pasábamos hablando con Jason y a veces cuando no había a nadie a quien atender podíamos tocar los instrumentos. Al acabar la jornada por las noches habíamos ido a los ensayos de Megadeth 2 semanas y media atrás con Jason lo cual me sirvió para despejarme bastante y divertirme. Ahora Dave y su banda se habían ido hace tiempo a Miami siguiendo a Metallica por lo cual nuestras noches de juerga con ellos habían acabado.-azul? Violeta?- intentaba adivinar Jason mientras mordía su hamburguesa.
-eres pésimo adivinando lo sabías?- dije riendome de él mientras le ponía ketchup en la punta de la nariz.
-rosa?- preguntó burlón.
Yo le pegué con una botella de plástico y el rió.
-no es obvio? Tan solo tienes que mirarme para saberlo!- dije.
Sus ojos me analizaron mi ropa y sonrió apenado.
-ohhh negro- respondió.
-claro que sí, el negro combina con negro- respondí feliz.
-bueno, ya que he adivinado tu color favorito ahora te toca a ti adivinar mi álbum favorito- dijo el rizado.
-está bien pero necesito pistas-
-por qué? Tú nunca me diste pistas- se quejó el chico.
-no es tan obvio, tu solo tuviste que mirarme para decir que era negro y ni siquiera acertaste- reí.
-bueno como digas...-
-disculpa me la llevo- dijo una voz conocida mientras me cogía del brazo y tiraba de mí.
Extrañada miré al tipo con capucha que agarraba mi brazo con fuerza para llevarme con él, al ver su mano reconocí los anillos que decoraban sus dedos y sentí que me daría un ataque al corazón allí mismo.
-que carajos! - saltó Jason para sostenerme del otro brazo.
- sueltala- ordenó el rubio.
-no eres nadie para darme órdenes, déjala- respondió mi amigo.
James se bajó la capucha y dejó ver su cara, en esos momentos la expresión de Jason fue épica porque estaba viendo a uno de sus ídolos delante de él y no sabía si lanzarse para abrazarlo o pedir perdón. Pero creo que la escena era demasiado extraña teniendo en cuenta que todos nos estaban mirando y nos encontrábamos en un banco de un parque infantil comiendo hamburguesas y hablando hasta que James apareció de la nada como un dementor para chuparse mi alma.
-James Hetfield?- dijo Jason en un susurro.
-El mismo, ahora si no te importa tengo que hablar con ella- dijo el rubio amenazadoramente mientras miraba como mi amigo todavía me sostenía
Él al notar su mirada me soltó de inmediato nervioso y rojo de pena.
-ahora vuelvo Jase no te preocupes- dije intentando tranquilizarlo y a mí a la vez.
Caminé con James todavía agarrando mi brazo unos metros hasta perdernos detrás de él grueso tronco de un árbol, molesta me solté de su agarre.
-que quieres?- pregunté seca.
El suspiró y se llevó las manos a la cabeza, se notaba que estaba en mejor estado que la última vez en que lo ví, que parecía un personaje de The walking dead, llevaba puestos sus típicos vaqueros rasgados y una sudadera negra.
-lo siento- dijo sincero.
En ese preciso momento mi pequeño corazoncito estaba saltando de emoción, a lo mejor esto significaba nuestra reconciliación.
-que?- pregunté todavía sin poder creermelo.
-mira he estado buscándote como loco todo este tiempo para pedirte perdón por la manera en la que te traté aquella vez, necesitaba hablar contigo y aclarar las cosas antes de que te vayas-
-la manera en la que me trataste no tiene perdón, sabes por lo que he pasado?- dije triste.
Un lado de mi querría haber saltado sobre él y besarlo apasionadamente, pero mi lado racional de mujer luchadora me decía que no había que ser tan fácil y dejar que demostrará que merecía mi perdón.
James suspiró y me miró molesto.
-enserio Elizabeth? No me vas a perdonar? Pues quieres que te diga algo? Yo también lo he pasado muy mal! No te hagas la víctima!- se quejó James de manera agresiva.
Su repuesta me tomó por sorpresa y retrocedí algo asustada.
-no te atrevas a hablarme así de nuevo!- intenté defenderme.
-así como? Me equivoqué en la manera que te grité aquella vez lo admito pero vengo a buscarte como un loco creyendo que sigo enamorado y encima te encuentro con otro! Pobre hombre, le has dicho que eres del futuro ya y que te vas a ir?-
Las lágrimas empezaban a salir de mis ojos.
-escuchame bien, primero que todo no te he remplazado, es solo un amigo, segundo siempre has sido el único hombre de mi vida, porque por tí lo daría todo o lo haría todo pero al llegar aquí me di cuenta de que ya no merecía la pena malgastarme solo por un hombre y estoy aprendiendo a vivir sola, vine aquí por tí, porque te amaba y te sigo amando, era un viaje sin regreso, ahora estoy aprendiendo a apreciar mi vida y arreglarmelas sola gracias a tí- dije terminando mi discurso para dar media vuelta orgullosa y salir andando en dirección a mi amigo.
Creo que esa fue la última vez que vi a James en años, mi corazón se había hecho añicos al dedicarle esas palabras como lo hizo el de él.
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-estás bien?- preguntó él rizado mirándome con pena.
Seguramente mi cara lo decía todo, no paraba de llorar.
-sí, solo necesito distraerme- respondí entre llantos mientras intentaba limpiar mis lágrimas avergonzada.
Jason se paró y pasó su brazo por mi hombro.
-vamos no te preocupes, si quieres podemos pedirle la tarde libre a Eddie y te llevo a casa- dijo.
Yo asentí y lo abracé agradecida por tener un amigo como él.
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Continuará...
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De Vuelta (James Hetfield/ Metallica
Ficción históricaSegunda parte de Hasta la luna roja