El inicio de una nueva vida

Capítulo 44

Andrew se encontraba en un cuarto completamente blanco, no parecían haber ventanas pero de alguna forma el lugar se sentía aireado. Él seguía inconsciente reposando en una cama siendo rodeado por tres duendes mientras que en otro rincón de la habitación se estaban Ragnok y Ricbert discutían sobre la situación ante la mirada de una serpiente conmocionada siendo sostenida por Matt.

- ¿Qué haremos Ragnok? (Preguntaba Ricbert)

- Haremos que despierte, no perderé al único mago que estoy dispuesto a aguantar. (Dijo Ragnok)

- Eso es claro pero podría volver a colapsar si no averiguamos que es lo que está pasando, tampoco lo podemos dejar alejado del público por mucho tiempo. (Dijo Ricbert empezando a alterarse)

- Los magos son los que tal vez puedan arruinarlo, por mí se puede quedar en nuestro pueblo. (Dijo Ragnok con convicción)

- ¿Qué dirá nuestro pueblo? ¿No causaron revuelo por un mago? ¡Es un mago! (Dijo Ricbert)

- Él puede pasar por cualquier cosa, en mi opinión no parece un mago. (Dijo Ragnok)

- Que no lo parezca no quiere decir que no lo sea. (Dijo Ricbert)

- Todo tiene un precio, como duende lo sabes, en un momento terminarán aceptando. (Dijo Ragnok)

De pronto empezaron a escuchar golpes ligeros en la puerta, hasta que esta se abrió lentamente dejando ver a un duende joven que venía un poco preocupado.

- Permiso, duende Ragnok el libro de herencia está presentando cambios. (Dijo el duende rascandose ligeramente el cuello)

- Eso es extraño... (Dijo Ricbert)

- Habla claro joven ¿Que está pasando exactamente? (Cuestiono Ragnok)

- Se trata del Lord Potter, usted pidió que hiciéramos lo que fuera para descubrir su padecimiento, dijo que no sería posible involucrar a los sanadores magos así que tomamos un poco de la sangre del Lord para procesarla en el libro esperando ver si podía ayudar.

- Tienes suerte de que podría ayudar o estarías en grandes problemas. (Dijo Ragnok)

- Lo sé, lo siento señor. (Dijo el duende dando un paso al costado para que Ragnok se dirigiera a ver el libro)

- Hablaremos luego de los procedimientos correctos a realizar joven. (Dijo Ricbert antes de seguir a Ragnok)

En la oficina de Ragnok el libro de herencia estaba sellado pero brillando sin descanso en uno de los estantes, los dos duendes se empezaron a acercar al libro cautelosamente hasta que Ricbert sin previo aviso lo agarró con precisión y lo abrió. Las hojas pasaron rápidamente hasta el nombre del Lord Potter donde los duendes apreciaban como las palabras se iban agregando a su página, podían observar también que tenía una sobrecarga mágica acompañado de un pedido de la casa Black.

Ambos duendes se preocuparon, la magia del Lord se empezaría a recuperar una vez que eligiera las casas con las que quedarse pues él era muy joven para la sobrecarga que estaba presentando pero para que se quede lo suficientemente estable deberían trasladar un poco de su magia. Los duendes se miraron confirmando así que ambos pensaban lo mismo de la situación, llevando el libro consigo fueron al cuarto donde se encontraba Andrew.

- Agnes sabes que quieres a tu maestro, en este momento tiene una sobrecarga mágica, necesitamos que él haga unas elecciones importantes. (Dijo Ricbert)

- Y para eso vamos a necesitar trasladar un poco de su magia ¿Estarías dispuesta a conectarte de esa forma con tu maestro? Sabemos que ya eres su familiar pero es tu decisión. (Dijo Ragnok)

- Yo haría todo por proteger a mi maestro, mi trabajo es protegerlo. (Dijo Agnes)

- Perdón, nosotros no entendemos, solo asiente o niega querida. (Dijo Ricbert)

Cuando Agnes asintió la llevaron a la cama de su maestro donde la acostaron encima del estómago de Andrew. Los duendes que estaban cuidando del estado de salud del mago se apartaron dejando que Ragnok se encargará de la situación. Ricbert se acercó pasándole una navaja pequeña a Ragnok quien cortó a la serpiente en el lomo y al mago en su mejilla.

Una vez que Agnes se calmara el duende procedió a forzar a la magia del joven a trasladarse poco a poca en la serpiente que empezaba a sisear, cuando el duende vio que era muy probable que la serpiente ya no aguantara más paro de golpe cayendo bruscamente al suelo.

- Listos, estamos listos. (Dijo Ricbert)

- No podemos esperar a que se despierte naturalmente. (Dijo Ragnok)

- ¿Qué planeas Ragnok? (Dijo Ricbert con una mirada sospechosa)

- Busquen a un mago, haganlo venir con el precio justo pero véndele los ojos. (Dijo Ragnok)

- Tu ¿Estás bromeando? (Dijo Ricbert)

- Nunca bromeo, traiganme a un mago. (Dijo exigente Ragnok)