Kia
Estaba dormida cuando unos golpes insistentes en la puerta perturbaron mi sueño.
—¡Voy! —Grité mientras me levantaba de la cama y me colocaba lo único tenía limpio y eso era el jersey de Aarón. Ya me había quedado sin dinero para ir a la lavandería y pues tampoco tenía ropa limpia.
La verdad me había quedado dormida con el jersey puesto, pero a medianoche se desató un horrible calor y me lo quité para dormir con un sostén deportivo.
Cuando salí de la habitación los golpes en la puerta se hicieron más fuertes y frecuentes. Esa tenía que ser Alex, todos los sábados íbamos a cualquier lugar para divertirnos un rato, pero esta vez yo le había dicho que no podía por la obvia falta de ingresos de mi parte.
—Carajo, Alex. Cálmate ya voy, te dije que no podría salir contigo hoy— grité a través de la puerta— Además, sabes que no tengo ropa limpia, tuve que dormir con el jersey del señor sonrisita— Exclamé refiriéndome a Aarón.
Cuando por fin pude pasar mis brazos y parte de mi cabeza por la prenda, ésta se quedó atascada justo en mi cara y no me dejaba ver nada, y por más que trataba no podía bajarla, así que como ya estaba frente a la puerta giré el pestillo y la abrí.
—¿Podrías ayudarme? Este jodido jersey me ha dado más problemas de los que debería— Pregunté y de inmediato Alex me ayudó a terminar de bajar lo que había quedado atascado.
El problema es que no era Alex quien estaba frente a mí. Era Aarón.
La verdad no me avergonzaba el hecho de que me haya ayudado a bajar el jersey porque no vio nada importante, pero lo que si me avergonzaba es que los pantaloncillos que tenía puestos estaban muy desgastados y con hoyos.
—Tu... No eres Alex—Dije señalando lo obvio.
—Buenos días, cerecita. —Hizo una pausa y me observó—Lindo jersey — Sonrió y señaló la prenda. Observe como tranquilamente entró a mi departamento y se sentó en mi sofá. —Te traje desayuno, tal como dijiste que te gustaba— hizo un ademan para señalar un bolsa de Mc 'Donalds que traía en su mano— papas fritas, refresco de cola...— Fue nombrando las cosas mientras la sacaba de la bolsa— salsa de tomate y por último traje un helado. Espero que te guste, es de cereza— Me miro directo a los ojos y la sonrisa que tanto lo caracterizaba jamás abandonó su irritable rostro.
—Espera un segundo, te detendré allí —lo señalé—¿No sé supone que la cita era en la noche? ¿Qué haces aquí tan temprano y con un desayuno? — Cuestione.
—Efectivamente mi cereza agridulce—Fruncí el ceño ¿Cereza Agridulce? Que apodos tan feos se inventa este chico— la cita es en la noche, pero ayer escuché que este era tu desayuno favorito así decidí traerlo— se levantó del sofá y me ofreció una papita que había sacado del paquete.
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Asalto Al Amor
Romans¿Qué pasaría si algún día decides tomar el atajo equivocado, pero te encuentras con la persona correcta? Kia era una sarcástica y arrogante joven que escondía muchas marcas de su pasado con algunas sonrisas y chistes. Aaron era un confiado y galante...