¿Qué pasaría si algún día decides tomar el atajo equivocado, pero te encuentras con la persona correcta?
Kia era una sarcástica y arrogante joven que escondía muchas marcas de su pasado con algunas sonrisas y chistes.
Aaron era un confiado y galante...
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Kia
La humanidad...
Aquella que es tan ignorante, tan manipulable, tan idiota y tan llena de malas decisiones, que ya es un milagro que siga existiendo.
Estoy segura que todos hemos conocido a esa persona que va por la mundo diciéndo: "La vida es una y hay que vivirla", y aunque no le quito la razón, el problema surge cuando esas personas se sostienen de ese argumento para hacer cosas estúpidas y tomar malas decisiones, como las drogas, el alcoholismo excesivo, robo, y demás acciones que su idiota conciencia cree que están bien solo por el hecho de que "la vida es una sola". Y aunque, repito, no está mal ese lema, todo depende de cómo lo usemos, porque luego estoy segura que no habrá una jodida vida que vivir.
También estoy consciente que cuándo hablo de la humanidad me encuentro dentro de ese gran número de personas sensibles a la manipulación y a la ignorancia... Especialmente a la manipulación ya que soy el vivo ejemplo de ello. Viví una vida que no me correspondía, en el tiempo que no me correspondía, fui obligada a cruzar la línea entre la adolescencia y la adultez de la noche a la mañana.
Sé que pude haberlo detenido, sé que pude haberme negado, pero estaba tan aterrada de quitarme esa venda de los ojos que no tuve el valor de hacerlo, sólo me quedé allí a esperar lo inevitable, a esperar que un día la vida me pasara factura de mi ignorancia y mi temor.
Ahora, siento que estoy pagando un precio demasiado elevado gracias a la acumulación de sentimientos y pensamientos que retuve durante tantos años, tantos miedos que nunca pude soltar y que en la actualidad azotan mi conciencia recordándome cada mal paso que di.
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Colores...
Muchos colores.
Miré hacia mi alrededor y me encontraba como en una especie de parque con muchas personas, dónde habían flores de todo tipo, tamaño y color. El sol se posaba sobre la fresca grama y los olores que percibían mis fosas nasales eran increíbles.
-¡Mami!-Gritó una pequeña voz infantil a la lejanía.-¡Mami ven! ¡Hazme un pajadito y levántame!
Una hermosa niña de cabello castaño venía corriendo hacia mi con una hermosa sonrisa, ella abrió sus brazos y cuando llegó hasta donde me encontraba la tomé entre mis brazos y la alcé lo más alto que pude. Ella rió y me abrazó.
-Mamá eres muy, muuuuy dinda. Eres tan dinda que pareces una graaan pinchesa-sonrió. Reí por la pronunciación de sus palabras.
-Tu eres lo más especial y hermoso de mi vida, cariño, además tú eres la princesa del castillo que hay en mi corazon-me acerqué a su rostro y frote nuestras narices. Ella sonrió, pero luego su sonrisa fue reemplazada por una mueca de tristeza.
-Oye linda ¿Qué sucede? ¿Estás bien?
-Dices que soy lo más especial y hermoso de tu vida, pero entonces... ¿Por qué me asesinaste mami?
