Capítulo 26: Buena compañía

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Aarón

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Aarón

Inhalé hondo y suspiré extasiado al hundir mi nariz en un pequeño espacio del hombro de Kia y percibir el olor cítrico que desprendía su piel, ese olor que tanto me encantaba. Era algo que la caracterizaba y de verdad me gustaba.

-Es algo extraño que me estés oliendo -Mencionó Kia haciendo círculos en mi espalda.

No nos habíamos movido de donde estábamos desde hace varios minutos y permanecimos en silencio hasta ahora.

- ¿Entonces es raro que me gustes tanto? - Pregunté separándome un poco de ella y enfocándome en mirarla a los ojos, ya tenía puesta de nuevo su camiseta pero el recuerdo de sus pechos desnudos estaba grabado en mi mente. Ella me miró y se sonrojo, sin embargo su mirada no quería demostrar vergüenza, sino más bien la confianza interna que siempre llevaba consigo.

Kia era una chica que se sonrojaba por lo más mínimo y era tan adorable, pero también era muy buena ocultando en sus ojos y sus expresiones sus emociones.

-Si, estoy un poco rota por dentro, soy una demente y suelo ser antipática con la gente. -Hizo una pausa y junto sus labios en una línea - Además de que te golpee con un sartén.

-Ese fue el golpe que me hizo decir: Demonios si que me gusta esta demente.-Sonreí y ella negó con su cabeza sonriendo también.

Suspiré y estiré la mano para ver la hora de mi celular.

-Debo irme- Anuncié. Necesitaba concentrarme por fin en mi trabajo. Kia había sido mi centro en estas últimas semanas y quería que lo siguiera siendo, pero yo necesitaba ocuparme de mi trabajo y de los proyectos que he aplazado.

Kia abrió sus ojos alarmada y empezó a restregar su cabeza en mi pecho, como si de un gato se tratase.

-No te vayas...

Reí y baje mis manos en una suave caricia hasta su trasero, ella se reacomodo dandome un poco más de acceso.

-Quien diría que la chica que casi me manda a la mierda en varias ocasiones es la misma que está frente a mi pidiéndome que no me vaya.

Ella levanto su cabeza de golpe y su cara se volvió totalmente neutra.

-Aun puedo mandarte a la mierda si así lo deseas.

-Eres muy versátil.

-Deja molestarme.

-Mejor me quedo con esta versión de ti, la tierna y dulce- bromeé.

-¿Sabes que? No. Lárgate - Levanto sus cejas y soltó un sonrisa fingida.

-Pero...

-No hay peros ¿Eres masoquista? Está bien. Lárgate - Tomo mis manos que anteriormente estaban cómodamente sobre su trasero y las apartó con rudeza.

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