Capitulo 11: Si no limpias con música entonces no lo hagas.

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Maratón 3/3

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Maratón 3/3

Aarón

Cuando eres un hombre soltero, intelectual y con buena posición económica, esperas que tu celular explote de llamadas excitantes pidiendo algo indecente o algo parecido...

No esperas que tu madre te llame a las cinco de la mañana gritando como una demente.

—¿Hola? ¿Mamá? ¿Está todo bien?— pregunté adormilado.

¡Excelente! Si contestaste ¿Cómo estás cariño?— Habla entusiasmada.

— Mamá ¿Estás bien? Son las cinco de la mañana ¿Que sucede?

Oh... Nada— Responde— Solo quería hacerte una propuesta.

—Mamá debía levantarme a las ocho para ir a una reunión con la junta de la empresa y apenas me dormí a las dos de la mañana porque tenía que hacer unos diseñados y revisar unos trabajos, además, le buscaré trabajo a Kia.

¡Ella! ¡Ella! ¡De ella quería hablar!— grita eufórica por el celular— ¿Que te parece si la traes en uno de estos días para cenar? Es que ella es tan encantadora.

Si, encantadora, sobre todo con un sartén en la mano.

—Si, me parece genial.

Se que te gusta esa chica, hijo.

—Sabes que no te oculto nada, y así es.

¡Bien! Entonces pregúntale cuando puede venir y me llamas— Expresó entusiasmada—Adiós cariño, hablamos luego.

No me dejó decir una palabra más cuando ya había colgado. A veces pienso que yo debo tener algún gen demente que no he desarrollado, es decir, Cailyn me había despertado a las cinco de la mañana exclusivamente para decirme que quería que invitara a Kia a una cena ¿No podía esperar hasta que por lo menos el sol saliera?

Dejé el celular en mi mesita de noche y me volví a cubrir con las sábanas, me acurruqué en mi enorme cama y me volví a quedar dormido.

🦋🦋

Mierda.

Voy tarde.

A decir verdad no sé qué sucede últimamente conmigo que estoy llegando tarde a todos lados, me levanto tarde y tengo mucha flojera... Supongo que me lo contagio Kia.

Aparqué mi auto en el estacionamiento privado del edificio y guarde mis llaves en el bolsillo, tome mis carpeta y mi maletín y me dispuse a caminar hacia la puerta principal.

Al entrar saludé a la recepcionista, luego fui directo al ascensor y antes que sus puertas se cerraran para llevarme al piso ocho, un tacón de aguja junto con una pierna estilizada irrumpen en las puertas de la caja de metal en donde estoy.

Asalto Al Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora