Capitulo 18: Los mismos colores

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Kia

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Kia

Se preguntarán que sucedió con nosotros ¿Cierto?

Luego de caminar aproximadamente cinco minutos pudimos tomar un taxi. Al llegar a la casa donde nos íbamos a quedar, cada uno tomó su rumbo a una habitación distinta. Yo por mi parte tomé una ducha en el lujoso baño de mi habitación, en realidad, todo en la casa se veía muy costoso y acomodado, era una gran casa.

Mientras sacaba el jabón de mi cuerpo recordé esa bochornosa escena que hice en ese avión. Por Dios, eso fue lo más estúpido que he hecho en mi vida ¿De verdad le dije a Aarón que prefería morir haciéndolo? ¿Qué pasó conmigo?

Bueno, estoy segura que nadie me podría juzgar, así reaccionaba la gente cuando sentía que iba a morir ¿verdad?

No, claro que no Kia.

Suspire frustrada y pegué mi frente a una de las paredes del baño. Mi conciencia tenía razón, cuando alguien se sentía en peligro de muerte no iba y se quitaba la blusa frente a la persona que le gustaba.

Cada vez que tenía cerca a Aarón todo se descontrolaba y me sentía como una adolescente frente a él, y a decir verdad, era lógico. Jamás tuve un novio de mi elección, jamás me enamoré voluntariamente ¡Jamás tuve un orgasmo real! Mi primera vez fue con Elián y luego no se repitió porque logré quedar embarazada.

Recopilando toda esta información y analizando mi deprimente vida, llegué a la conclusión de que soy una virgen. Una mujer virgen que no sabe cómo reaccionar al tacto o atenciones de un hombre.

Gracias mamá por seguir cagándome la vida hasta estos momentos.

Cerré la llave del agua y salí de la bañera para luego secar mi cuerpo con la toalla. Aproveché que había traído mi bolso al baño y me puse la pijama que Alex me había empacado. Salí del baño y decidí bajar a hurtadillas para ver qué había en la nevera, tenía mucha hambre, no había comido desde que salimos de Londres.

Bajé las escaleras con cuidado de no hacer ruido y al llegar a la cocina casi sufro un paro cardíaco al ver a una señora mayor de cabello canoso sentada en una mesa redonda leyendo el periódico. Al verme se levantó rápidamente y sacudió su uniforme.

—Buenas noches señorita ¿En qué le puedo servir?

—Hola, mi nombre es Kia— Sonreí y me acerqué hasta la señora para estrechar su mano. Ella tomo mi mano y la estrechó igualmente— solo quería saber si había algún bocadillo por aquí.

—Por supuesto ¿Quiere algo en especial? — Rodeó el mesón y fue directo a la cocina para sacar unos sartenes.

—¡No! No se moleste, solo quería saber si había algún cereal o algo así.

—No se preocupe, si quiere algo en específico, lo haré. Llevo meses cocinando para el jardinero y para mí. Estoy aburrida de hacer lo mismo, así que si quiere algo, puede decirme.

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