Capitulo 13: Unas historias no muy felices.

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Kia

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Kia

Alex tenía razón, algún día me iba a estallar todo mi pasado en la cara, algún día lo debía enfrentar...

Pero jamás pensé que ese día sería hoy.

Cuando escuché que la madre de Aarón abrió la puerta de la casa no dude en irme de ahí. Suficiente daño había hecho esa maldita con decir todo lo que dijo.

Aún no estaba lista...

Nunca lo había estado, siempre evadía los pensamientos para no caer en una crisis o sonreía para mostrale a las personas una Kia que en realidad no existía.

¡Yo no estaba lista joder! Ella no tenía el derecho de hacerme abrir una herida que aún no había sanado.

Mis pasos hacia la puerta principal fueron decididos pero temblorosos, entré a la casa y cuando escuché la puerta cerrarse me quebré.

Lloré.

Lloré con unas fuerzas que no sabía que tenía.

Lloré porqué aún me dolía todo y definitivamente no estaba lista para recordar como mi vida se había esfumado...

Y aunque mi cerebro lo quisiera censurar, también lloré porque sentía que esto alejaría de mi vida a Aarón, y estoy segura que si se va o me deja de hablar, mi vida volverá a ser la misma vida monótona de una chica que jamás sabrá cómo encontrarse a sí misma.

Inhale hondo y miré a la señora Morris, ella me observa callada y paciente, como si me entendiera perfectamente. Tomó mi mano y me guío hacia la parte de arriba de la casa, cruzamos en el pasillo y entramos a una habitación que estaba a oscuras, ella caminó hasta la cama y nos sentamos juntas en ella.

Paso un tiempo en dónde solo se escuchaban mis sollozos y algunos grillos de fondo, luego repentinamente la señora Morris me tomo de los hombros y me obligó a recostar mi cabeza en su hombro mientras acariciaba un poco mi cabello. Ese acto solo hizo que mi llanto detonara aún mas y mis lágrimas salieran como río desbordado.

--Debes respirar un poco linda, trata de respirar.- Aconsejó ella.

-Señora Morris, su hijo me ha ayudado en este corto tiempo a saber muchas cosas de mi misma que necesitaba descubrir, muchas cosas de lo que yo era y que necesito recuperar. Aunque el no lo crea, lo aprecio, realmente lo hago, el salvó mi vida y cada detalle que tiene conmigo me hace pensar que merezco aunque sea un poco de la felicidad que perdí. -Respire un poco y continué-No le diga esto, pero me aterra que se aleje sin siquiera haberle dado una oportunidad.

-Yo conozco a mí hijo, Kia. El no huye de las cosas, yo lo crié así. -Se separa de mi y sonrie con nostalgia- No sé si Aarón te dijo esto, pero su padre murió cuando el solo era un niño, el lo vio estallar en el fuego.

»Luego de ese accidente nuestra vida se fue a pique, Oliver era nuestro pilar y cuando el murió todo se derrumbó en nuestras narices. Recuerdo que hubo un mes dónde solo comimos un huevo revuelto con sal para aliviar un poco el hambre, y apenas podíamos pagar los servicios la casa. Fue muy duro para mí buscar trabajo porque nunca lo había hecho, mi esposo siempre se había encargado de nosotros dos desde que se enteró a sus diecinueve años que sería padre.

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